La tecnología “Repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas” o en inglés Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats (CRISPR) es un mecanismo de edición génica que permite modificar un gen de interés, su expresión y funcionalidad. Esto tiene gran potencial clínico al silenciar, modificar o reparar los genes causantes o que empeoran el pronóstico de patologías monogénicas y el cáncer.
CRISPR es un mecanismo de defensa bacteriano adaptativo descubierto en Streptococcus pyogenes, en el que la bacteria inserta secuencias cortas y repetidas en fragmentos de ADN pertenecientes a los virus invasores, a fin de crear protección contra estos últimos.1-3
Esta inmunidad adaptativa bacteriana ya estaba descrita por múltiples investigadores, pero CRISPR fue caracterizada en 2012-2013 por los investigadores Jennifer Doudna, Emmanuelle Charpentier y Feng Zang. Se creó como una herramienta de edición genética y desde entonces ha sido objeto de múltiples investigaciones y ha evolucionado, al punto que en la actualidad tiene alta especificidad, sensibilidad y eficacia.1,2
Estas secuencias repetidas en el ADN bacteriano se pueden leer en ambas direcciones y están asociadas a una proteína nucleasa llamada CAS9. La tecnología permite realizar edición genética dirigida puntualmente al área del ADN de interés, sin afectar el resto del genoma, es decir, permite un “corte dirigido” para modificar el ADN genómico y por tanto su expresión génica.1,2
A grandes rasgos, CRISPR funciona de la siguiente manera:1,2
Gracias a los anterior, la edición CRISPR puede reemplazar el gen, ya que introduce una nueva secuencia génica extraída de otro ADN cuyo gen no tiene mutaciones, o estimula la reparación del ADN en el sitio de la alteración.1-3
CRISPR-CAS9 abre un nuevo arsenal terapéutico en casos donde la expresión o no de un gen es la clave de la fisiopatología de una condición. Los siguientes son algunos ejemplos de aplicaciones: 1,2
Actualmente, CRISPR está en etapa de investigación. Para ingresar a la célula, esta tecnología depende de un vector viral, por lo que su seguridad no está bien dilucidada.1-3
Sin embargo, se han hecho estudios en seres humanos. En 2016, la revista Nature publicó un trabajo de investigadores chinos que modificaron linfocitos de manera extracorpórea de un paciente en quien evidenciaron ralentización de la progresión de un cáncer de pulmón.2
En 2023, se realizó el primer ensayo fase 1b para el tratamiento de hipercolesterolemia familiar heterocigótica. El objetivo fue desactivar el gen que codifica la proteína PCSK9 y así reducir los niveles de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (cLDL). https://www.docred.com/noticias/noticia-medica-terapia-crispr-para-reducir-colesterol
El uso de CRISPR también reinició las discusiones bioéticas sobre el uso de terapia de edición genética en las células germinales y en embriones con fines de eugenesia, para “mejorar” las capacidades o rasgos hereditarios según creencias políticas o religiosas.2
En conclusión, CRISPR es una gran herramienta de edición de genes genómicos, con alta sensibilidad y especificidad, pero con seguridad en estudio. Tiene un gran potencial en múltiples enfermedades, sobre todo en aquellas asociadas a genes puntuales que modifican significativamente su historia natural.
CRISPR abre una gran puerta a las investigaciones en ciencias básicas genéticas que se vienen realizando. Aunque todavía no tiene una acción clínica, es un blanco terapéutico que podría cambiar de manera significativa la evolución y vida de los pacientes.
Codigo: AR-CG-3-10076
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