Cada vez se cuenta con más evidencia a favor de extender la duración del ayuno nocturno por encima de las 12 horas, o sea, la alimentación con restricción de tiempo (TRE, por sus siglas en inglés) para mejorar múltiples indicadores clave de la salud cardiometabólica (peso corporal, presión arterial [PA] e inflamación) y disminuir la incidencia de varias enfermedades cardiovasculares (ECV). Científicos europeos desarrollaron un estudio en el que encontraron los beneficios asociados a cenar más temprano.

La dieta es uno de los principales factores de riesgo modificables que contribuyen a la carga global de ECV.1 Se considera, por ende, <a href="https://www.docred.com/articulos/ar-dieta-mediterranea-combatir-resistencia-insulina" target="_self">la piedra angular de la prevención y el tratamiento</a> de estas patologías, con efectos importantes sobre la salud en general.2,3“Que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”, reza la famosa frase de Hipócrates que superó la prueba del tiempo.3No obstante, el acelerado estilo de vida moderno, sumado a la percepción de falta de tiempo y el aumento de las prácticas alimentarias que promueven la omisión de comidas, ha llevado a conductas nutricionales inadecuadas, como cenar tarde en la noche y saltarse el desayuno.1,2<h3>Crononutrición</h3>El ciclo diario de alimentación/ayuno es un importante sincronizador de los ritmos circadianos en diversos órganos y tejidos (hígado, corazón, riñones y páncreas) e influye en varias funciones cardiometabólicas (incluida la regulación de la glucosa y la PA), particularmente cuando la ingesta de alimentos se produce a destiempo en comparación con el “reloj circadiano” del cuerpo.1-3La crononutrición surge como una nueva área de interés en la nutrición para desentrañar la relación entre el momento de la ingesta, los ritmos circadianos y la salud.1,3 Cenar tarde en la noche se ha relacionado en estudios observacionales con:1, 2<ul><li>alteración en la <a href="https://www.docred.com/noticias/noticia-medica-comida-chatarra-calidad-sueno" target="_self">latencia, duración y calidad del sueño</a>;</li><li>factores de riesgo cardiovascular (rigidez arterial, obesidad, dislipidemia, síndrome metabólico), especialmente en mujeres.</li></ul>Sin embargo, tal y como afirma la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), una limitación importante es la falta de consenso respecto a las definiciones empleadas, en vista de que (generalmente) se basan en lo que cada participante define como comida y en su concepto sobre la hora de comer.1 Por ejemplo:1<ul><li>Comer algo a las 11:00 a. m. podría ser considerado por una persona como desayunar, pero otra no lo concibe así.</li><li>La interpretación de cenar tarde puede variar en función de diferencias culturales.</li></ul>Dicho fenómeno es propenso al sesgo de clasificación.1 Por otro lado, cada vez más evidencia sugiere que extender la duración del ayuno nocturno &gt; 12 horas, o sea, la TRE, podría relacionarse con una mejora de múltiples indicadores clave de la salud cardiovascular (peso corporal, PA e inflamación).1, 2<h3>La noticia</h3>Hasta ahora, ningún estudio había investigado la asociación directa entre la duración del ayuno nocturno y el riesgo de ECV.1 Un grupo de científicos del oeste de Europa (con datos de la cohorte prospectiva NutriNet-Santé) exploró esta asociación,1 y señaló que una ingesta más tardía en la última comida del día se asocia de forma independiente con un mayor riesgo de ECV.1Estas asociaciones fueron más fuertes en mujeres que en hombres,1 y no se observó ningún vínculo entre el número diario de comidas (u “ocasiones” para comer) y el riesgo general de ECV.1 Estudios previos ya habían demostrado que cenar más tarde puede provocar resistencia a la insulina y aumento de los niveles de colesterol, los triglicéridos y del peso corporal.1La ingesta de alimentos cuando los niveles de melatonina son elevados (durante la fase de descanso) también se ha relacionado con la prevalencia de intolerancia a la glucosa e hiperglucemia:1 una hora más tardía para ingerir la última comida (por cada hora de retraso) se asocia con un mayor nivel de hemoglobina glicosilada (HbA1c).1<h3>Utilidad clínica: el potencial de la TRE</h3>Los autores encontraron una asociación inversa entre la duración del ayuno nocturno y el riesgo de ECV.1 Estos hallazgos están en línea con la creciente evidencia sobre la TRE y su impacto positivo en los marcadores de salud cardiometabólica, como la PA reducida, el aumento de la sensibilidad a la insulina y la reducción del peso corporal.1, 2Teniendo en cuenta esta evidencia, sería razonable preferir practicar la TRE <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-crononutricion-comer-a-la-hora-adecuada" target="_self">con una primera y última comida del día temprano</a>; es decir, una TRE temprana,1 para garantizar la aparente acción protectora cardiovascular asociada a esta modalidad, en lugar de (por ejemplo) saltarse el desayuno.1,3 Las recomendaciones son las siguientes:3<ul><li>consumir la mayoría de los carbohidratos a la hora del almuerzo,</li><li>procurar comer en horarios consistentes/regulares,</li><li>evitar hacerlo a altas horas de la noche.</li></ul><figure class="poll" data-id="927">{ Poll ID: 927}</figure>Comentario editorialEstos hallazgos deben ser replicados en otras cohortes (a gran escala) en diferentes entornos y utilizar otros enfoques para minimizar el riesgo de sesgo. Sin embargo, es claro que, más allá de la calidad de la dieta en sí, las recomendaciones relacionadas con el horario de las comidas para nuestros pacientes pueden ayudar a promover una mejor salud cardiometabólica.

Medicina Interna

Cardiología

Medicina Familiar

Docred

Las ventajas de cenar temprano: nuevos hallazgos en riesgo cardiovascular

Alinear el horario de las comidas con el ritmo circadiano natural puede producir efectos favorables en la salud cardiometabólica. Acá le explicamos por qué.