Varios estudios han demostrado que la quimiorresistencia puede surgir de la expansión clonal de un subconjunto de células tumorales con una mutación preexistente o adquirida de novo que la promueve. Las células similares a las del glioblastoma (GSC, por sus siglas en inglés), por ejemplo, se consideran moduladores del microambiente del tumor y dan como resultado la progresión de este. Un grupo de científicos de la Universidad de Jaén, en España, demostró que las células quimiorresistentes surgen con mayor frecuencia como propiedad de una red funcional de genes preexistentes.

La quimioterapia todavía se considera una estrategia de primera línea insustituible para combatir casi todos los tipos de cáncer, y la quimiorresistencia a múltiples fármacos representa un obstáculo común que compromete los resultados clínicos.1,2 Una mejor comprensión de los mecanismos subyacentes de esta tolerancia puede ser <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-comparacion-terapias-preservadoras-cancer-de-vejiga" target="_self">fundamental para lograr terapias alternativas</a> y así mejorar el pronóstico de los pacientes oncológicos.2Numerosos estudios han demostrado que la quimiorresistencia puede surgir de la expansión clonal de un subconjunto de células tumorales con una mutación somática preexistente o adquirida de novo que la promueve.1 Las GSC, por ejemplo, se consideran moduladores del microambiente del tumor (y por ende, de la radio/quimiorresistencia), y dan como resultado su progresión.3<h3>¿Por qué combatir la quimiorresistencia?</h3>Los enfoques terapéuticos emergentes, dirigidos contra las células madre cancerosas y el microambiente tumoral, podrían <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-nauseas-emesis-inducidas-por-quimioterapia" target="_self">reducir la quimiorresistencia y los efectos adversos asociados</a>.1,2 Cada vez es más evidente que estas estrategias, capaces de mejorar la eficacia de los tratamientos de primera línea y, por tanto, de reducir la aparición de recaídas, tienen más probabilidades de generar mejoras sólidas en los pacientes.1Por lo general, se considera que la selección clonal de células cancerosas resistentes durante el curso de la quimioterapia o la terapia dirigida está impulsada por mecanismos genéticos.1 Sin embargo, los mecanismos no genéticos también podrían desempeñar un rol importante en este proceso.1 En este sentido, varios estudios han demostrado que el ruido de la expresión génica puede contribuir a la resistencia no genética mediante la aparición de una población de células raras con altos niveles de expresión de genes individuales que promueven este fenotipo resistente.1<h3>La noticia</h3>Un grupo de científicos del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén, en España, demostró que las células quimiorresistentes surgen con mayor frecuencia como propiedad de una red funcional de genes preexistentes.1 Desde un punto de vista evolutivo, esta heterogeneidad puede haber surgido como un mecanismo de supervivencia durante el estrés ambiental, como se ha demostrado en las levaduras.1 En consecuencia, los genes implicados en la respuesta al estrés son generalmente más ruidosos en comparación con los genes proteasómicos.1<h3>Utilidad clínica</h3>Tanto en estudios preclínicos como en ensayos clínicos aleatorizados (ECA) ya se han utilizado varios inhibidores de histona desacetilasa (HDAC) para el neuroblastoma,1 pero solo vorinostat y panobinostat han progresado hasta ECA fase 2.1 Vorinostat es un inhibidor de HDAC de clase I/II, que tiene actividad contra las células de neuroblastoma tanto en monoterapia como en combinación con doxorrubicina (quimioterapia estándar) y con radioterapia.1Ninguno de estos estudios ha investigado el uso potencial de vorinostat como agente de preparación, capaz de restaurar la capacidad apoptótica de las células antes de la quimioterapia estándar.1 El uso de un régimen de tratamiento de preparación o secuencial se ha sugerido previamente para reconfigurar las redes de señalización apoptóticas y se considera un enfoque emergente en otro tipo de tumores.1Esta administración secuencial tiene varias ventajas sobre las terapias típicas. La más importante es el potencial de maximizar la respuesta a la quimioterapia y minimizar la toxicidad que a menudo se ve agravada por las terapias combinadas.1<h3>En perspectiva</h3>Si bien se requiere más trabajo para convertir este enfoque en una estrategia terapéutica clínicamente relevante, desde un punto de vista mecanicista, la efectividad de la preparación del inhibidor de HDAC y la terapia combinada con quimioterapéuticos es una clara demostración de las múltiples capas de ruido de expresión génica que finalmente manifiestan la estocasticidad de la apoptosis.1 Estudios recientes se han centrado en el desarrollo y la personalización de terapias dirigidas para tratar el neuroblastoma y muchos otros tumores.1 Sin embargo, estos resultados representan una oportunidad para mejorar la respuesta a tratamientos existentes y emergentes, mediante la aplicación de una comprensión detallada de los procesos que promueven la heterogeneidad en la señalización apoptótica inducida por fármacos a nivel celular.1<figure class="poll" data-id="501">{ Poll ID: 501}</figure>Comentario editorialLa comprensión de los mecanismos no genéticos detrás de la quimiorresistencia de algunos tipos de tumores a los medicamentos de primera línea permitirá, en un futuro cercano, el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que, en monoterapia o combinadas con tratamientos estándar, logren retrasar la progresión del cáncer y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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¿Qué hay detrás de la quimiorresistencia de algunos tumores?

Algunos mecanismos no genéticos pueden desempeñar un rol importante en la tolerancia a quimioterapéuticos. Lea acá la noticia completa.