Según The Journal of Headache and Pain evaluó la presencia de la osmofobia en pacientes con cefalea primaria. Los resultados reportaron que el 37.9% de las personas estudiadas informaron este síntoma, que predominó en mujeres con un 42.7% vs. 28.2% en hombres. Asimismo, esta prevaleció en los diferentes subtipos de migraña, como migraña sin aura (MO), migraña con aura (MA), migraña crónica (MC), mientras que estaba ausente en las cefaleas episódicas de tipo tensional y la cefalea en racimos.

La osmofobia definida como miedo, aversión o hipersensibilidad psicológica a los olores, es una fobia aislada muy rara. Es común entre los pacientes con cefalea primaria y con prevalencia de migraña. Se ha sugerido su inclusión entre los criterios diagnósticos de migraña más que la fotofobia y la fonofobia. De hecho, la presencia aislada de este síntoma durante los ataques de cefalea debe considerarse un criterio diagnóstico.  La literatura reciente mostró una asociación entre la osmofobia y los síntomas de sensibilización central, como la alodinia. En general, los pacientes osmofóbicos tienen un cuadro clínico más florido y síntomas más afectivos; incluso están más propensos a tener niveles más altos de depresión y ansiedad que aquellos sin osmofobia. Además, pudiera inclusive tener un papel pronóstico durante la cronicidad de la migraña.  Un estudio1 reciente y publicado por The Journal of Headache and Pain evaluó la prevalencia y las características clínicas de los pacientes con osmofobia en una cohorte con cefalea primaria. Asimismo, verificaron el posible papel predictivo del síntoma en la respuesta al tratamiento preventivo en una subcohorte de pacientes con migraña.  Los resultados indicaron que, de los 1.170 pacientes el 37.9% refirió osmofobia (444 pacientes con osmofobia y 726 sin osmofobia) y predominó en las mujeres con un 42.7%, mientras que en hombres fue de 28.2%. Asimismo, se evidenció mayor presencia en los diferentes subtipos de migraña, como migraña sin aura (MO), migraña con aura (MA), y migraña crónica (MC). Mientras que estaba ausente en las cefaleas episódicas de tipo tensional y la cefalea en racimos.  Dentro de las características clínicas, la presencia del síntoma se asoció con edad avanzada, intensidad del dolor, duración del historial de cefalea, discapacidad, síntomas de ansiedad, depresión, y alodinia. Teniendo en cuenta estos hallazgos, su presencia indicó una migraña más grave, en términos de intensidad de ataque único y discapacidad, más que en términos de frecuencia.  Aunque el efecto de las terapias en la cohorte de migraña evaluada después de meses de tratamiento preventivo, no era prioritario para los investigadores, confirmaron que hay un alto porcentaje de pacientes por debajo del umbral del 50% de reducción de la frecuencia de cefalea, aunque en el estudio encontraron más respondedores. También hubo una leve mejoría general de los principales aspectos clínicos de la migraña, mientras que la flunarizina confirmó un mejor efecto sobre la frecuencia y la amitriptilina sobre el estado de ánimo.  En conclusión, la osmofobia muestra relaciones estrictas con síntomas de sensibilización central, como la alodinia, y los factores que la facilitan como los rasgos psicopatológicos, pero está igualmente representada entre los migrañosos episódicos y crónicos.  No es relevante predecir la evolución de la migraña después de un abordaje preventivo de primera línea. Aunque la osmofobia tiene un enlace estrecho con la alodinia, esta última por sí sola sigue siendo la característica predictiva más sólida del fracaso de los fármacos.

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Osmofobia es más prevalente en pacientes con migraña 

La osmofobia se puede definir como un miedo, aversión o hipersensibilidad psicológica a los olores y es más común en pacientes migrañosos. Lea más acá. 