Las enfermedades crónicas no transmisibles, como el asma y la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica, son las responsables de casi tres cuartas partes de muertes en el mundo cada año. Aunque involucran diferentes características demográficas y se han demostrado factores ambientales y genéticos en su fisiopatología, en los últimos años se ha publicado un gran volumen de evidencia que ubica estas entidades sobre un mecanismo común: la inflamación sistémica. Estos hallazgos podrían representar el camino para desarrollar una medicina dirigida e individualizada.

Más de 339 millones de personas padecen asma en el mundo y su prevalencia es cada vez mayor.1 Por su parte, la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica (ASCVD, por sus siglas en inglés) es la principal causa de muerte en Estados Unidos1 y ambas hacen parte de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) que, según la Organización Mundial de la Salud, son las responsables del 71% de todas las muertes en el mundo.2La ASCVD se relaciona con la acumulación de grasa al interior de las arterias,3 e <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-timidez-salud-cardiometabolica" target="_self">involucra características sociodemográficas, hábitos de vida, antecedentes personales</a> y familiares de enfermedades, patrón dietético y de sueño, niveles de actividad física, medidas antropométricas y clínicas, etc.2 La placa carotidea, detectada por ecografía, es una manifestación casi patognomónica de ateroesclerosis, típicamente subclínica;1 incluye engrosamiento de la íntima, infiltración de células espumosas e inflamatorias y formación de capa fibrosa,1 y es un predictor de desenlaces cardiovasculares mayores.1En las últimas décadas, los estudios han demostrado que la inflamación desempeña un papel clave en el inicio y la progresión de los desenlaces clínicos asociados a la ASCVD.1,3 Biomarcadores inflamatorios como la proteína C reactiva y la interleucina 6 (PCR, IL-6), asociados con un aumento en la incidencia de estos eventos cardiovasculares,1 son más altos en personas con asma y aumentan todavía más durante las exacerbaciones.1 Hasta la fecha, existe poca literatura sobre la asociación entre asma, su severidad y la carga de placa aterosclerótica.1<h3>La noticia</h3>Aunque los datos son limitados,1 en la cohorte multiétnica de aterosclerosis (MESA, por sus siglas en inglés) el asma persistente se asoció con la presencia de placa carotidea, incluso en los modelos ajustados por posibles confusores y por niveles séricos de PCR o IL-6.1 Estudios adicionales han demostrado un aumento del espesor de la íntima-media carotidea en adolescentes con asma, pero por su edad, la aterosclerosis no era un hallazgo esperado;1 además, aunque el espesor de la íntima-media y la placa carotidea están relacionados,1 representan procesos fisiopatológicos diferentes.1<h3>Aplicabilidad clínica</h3>La asociación entre asma y placa carotídea puede tener varias bases fisiopatológicas.1 Las alteraciones compartidas en el sistema inmunitario podrían contribuir en la regulación positiva de las células efectoras y las citoquinas, que a su vez favorecen la inflamación sistémica.1<h3>Para el futuro</h3>Aunque podría tratarse del estudio más grande que investiga la presencia y la carga de la placa carotidea en una cohorte multiétnica,1 es un análisis observacional,1 cross-sectional, que no establece la relación temporal de la asociación,1 por lo que sus hallazgos pueden no ser causales.1 Debido a que la prevalencia del asma y la ASCVD continúa en aumento, crea una carga significativa para la salud pública y sustenta la necesidad de estudios adicionales para definir sus fundamentos mecánicos compartidos.1A medida que se obtiene más información sobre los mecanismos moleculares de la ASCVD,3 sus complejas interdependencias parecen forjar un camino que comienza con el inicio del proceso inflamatorio y abre una forma completamente nueva de <a href="https://www.docred.com/articulos/efectos-alirocumab-sobre-placa-aterosclerotica" target="_self">intervenir la principal causa de muerte en el mundo</a>.3 Si bien los tratamientos actuales son ante todo de control de daños (con algunas medidas preventivas pasivas), la exploración adicional de estos mecanismos conducirá, sin duda, a una medicina dirigida e individualizada, tanto preventiva como curativa.3Comentario editorialEl estado inflamatorio evidente en asma persistente y ateroesclerosis carotidea representa el futuro en la prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles que comparten esta base fisiopatológica. Hace falta más evidencia que respalde el uso de moléculas que mitiguen estos procesos inflamatorios, pero representa un punto de partida interesante para desarrollar estrategias de salud pública.

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Asma persistente se asoció con ateroesclerosis carotidea

La inflamación sistémica parece ser la base fisiopatológica de varias enfermedades crónicas no transmisibles. Lea la noticia completa acá.