Entre las numerosas incógnitas que persisten alrededor del virus SARS-CoV-2 y de la emergencia pública suscitada por la COVID-19, está su impacto preciso sobre gestantes. La falta de claridad ha afectado la calidad de vida en embarazadas y puesto en duda la necesidad verdadera de vacunar este grupo prioritario.  Para evaluar objetivamente los resultados maternos y perinatales de embarazadas con COVID-19 en comparación a gestantes sin el diagnóstico, un estudio clínico publicado en JAMA Pediatrics muestra una clara asociación del virus con mayor mortalidad materna, preeclampsia, y parto pretérmino (1).  El estudio de cohorte inició en marzo de 2020, y se prolongó durante 8 meses en 43 instituciones a lo largo de 18 países. Incluyó 706 embarazadas con diagnóstico establecido de COVID-19 (bien sea por confirmación de laboratorio y/o hallazgos radiológicos, o 2 o más síntomas específicos predeterminados) y 1424 embarazadas con la misma edad gestacional o en fases similares del parto como grupo control, sin COVID-19. Por primera vez, el diseño de un estudio en la pandemia incluye 2 mujeres por cada embarazada diagnosticada con COVID-19 como punto prospectivo.  Las mujeres diagnosticadas con COVID-19 durante el embarazo tenían 22 veces más probabilidades de morir que las que no contrajeron el virus. Además, tanto las madres como sus recién nacidos tenían mayor riesgo de parto pretérmino y bajo peso al nacer, preeclampsia -y síndrome de HELLP- y admisión a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o de intubación. El 44% de las mujeres con COVID-19 estaban asintomáticas, y las que tenían comorbilidades previas (como hipertensión, diabetes, obesidad) al embarazo tenían mayor riesgo de resultados adversos.  Entre las gestantes con COVID-19, 12.9% de los neonatos resultaron positivos para el virus, con infecciones variando de asintomáticas a leves en su mayoría. Por otro lado, las embarazadas diagnosticadas ameritaron mayor cantidad de cesáreas, y los bebés nacidos por cesárea tuvieron mayores probabilidades de resultar positivos para el virus SARS-CoV-2. No se encontró asociación entre la lactancia materna y la positividad para COVID-19 en recién nacidos.  ¿Quién es responsable, el virus o el sistema inmune? Los hallazgos de un estudio clínico de la Universidad de Yale apuntan a que la placenta de gestantes infectadas con el virus SARS-CoV-2 muestra hiperactivación del sistema inmune en comparación a embarazadas sin el virus, y que esta puede ser la causa de los peores resultados (2). Aunque la presencia del virus en la placenta raramente se ha evidenciado, la respuesta inmune tan robusta podría ser la responsable de los efectos contraproducentes en embarazadas con COVID-19, y sus hijos.  <figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/v1621003987/DOCRED_Plataforma_Grafica_Infeccion_COVID_Embarazo_01_8b5638b83b.png" /></figure>A pesar de que al principio de la pandemia era considerado un grupo de bajo riesgo, las embarazadas muestran ahora mayores probabilidades de complicaciones, por razones que aún no son bien comprendidas. Lo que si queda claro con los nuevos descubrimientos es la necesidad imperativa de reconsiderar el estado de embarazo como una condición vulnerable a la COVID-19, y traducir los hallazgos en esquemas de vacunación coherentes a escala global.

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Embarazo y COVID-19, mayor morbimortalidad materna y neonatal 

Los estudios clínicos apuntan al papel de la inmunidad sobre un mayor riesgo de parto pretérmino, y mortalidad en gestantes y neonatos con COVID-19. 