Globalmente, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta de 3 a 4% de los niños, y los Trastornos del Especto Autista (TEA) tienen una prevalencia estimada del 1%. Ambos son trastornos del neurodesarrollo que interfieren con el aprendizaje y funcionamiento normal durante la infancia y adolescencia, con una carga considerable para la salud pública e incógnitas psicosociales mundiales.
El entorno ambiental influye en el niño incluso desde el vientre materno, y el desarrollo cerebral del feto es extremadamente susceptible a químicos que puedan interferir con los procesos estándar de formación neurológica. En el caso de metales tóxicos (como mercurio y plomo), aún es controversial el nivel de exposición seguro para gestantes. Un estudio clínico prospectivo del Instituto Noruego de Salud Pública midió los niveles de metales pesados en embarazadas y encontró una asociación con mayor riesgo de TDAH y TEA en sus hijos.
Para la investigación, se evaluaron 2136 madres del Estudio de Cohorte Noruego Madre, Padre e Hijo (MoBa, por sus siglas en el idioma de origen), entre los cuales se encontraron 705 casos clínicos de TDAH, 397 con un diagnóstico médico de TEA, y 1034 casos control entre niños nacidos de 2002 a 2009.
En la semana 17 de gestación, se midieron 11 metales (arsénico, cadmio, cesio, plomo, mercurio) y elementos esenciales (cobalto, cobre, manganeso, selenio, zinc y magnesio) en muestras sanguíneas maternas a través de espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente.
Incluso al tomar en cuenta factores como educación materna, edad, paridad, consumo de comida de mar, tabaquismo, sexo del infante y año de nacimiento, se encontró:
Exposición neurológica desde la gestación
Numerosos metales pesados como los estudiados en el presente estudio clínico se encuentran en cantidades considerables en las situaciones diarias más comunes, desde comidas y bebidas, productos de limpieza y construcción, hasta esmalte de uñas.
A pesar del amplio riesgo inherente a la exposición ambiental sobre el neurodesarrollo infantil –previamente establecido, especialmente con investigaciones sobre plomo y mercurio-, es poco lo que se conoce de metales y minerales en la fisiopatología de condiciones cada vez más frecuentes y crecientes como son el TDAH y los TEA.
Por el diseño del estudio y por no incluir mediciones de los mencionados elementos en la sangre de infantes, no se puede establecer una relación causal segura entre los 11 metales pesados y minerales esenciales estudiados sobre el desarrollo de TEA y TDAH. Sin embargo, los hallazgos podrían inaugurar un campo poco conocido en la medicina materno-fetal, e incluso dejar camino a profundizaciones preventivas y terapéuticas en condiciones que apenas están empezando a tener la visibilidad que ameritan.
Codigo: NT-CG-2-0742
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