Las guías de tratamiento para síndrome de piernas inquietas (SPI) recomiendan usar gabapentinoides (como pregabalina y gabapentina) como tratamiento de primera línea para SPI persistente debido a su eficacia y menor riesgo de eventos adversos. Los agonistas de dopamina, aunque eficaces, deben usarse con precaución por su riesgo de aumento y trastornos del control de impulsos. Los opioides se reservan para casos refractarios. Es esencial evaluar niveles de hierro y considerar abordaje no farmacológico, como cambios en el estilo de vida y medidas de higiene del sueño.

El SPI es un trastorno neurológico1 caracterizado por necesidad incontrolable de mover las piernas como consecuencia de una sensación incómoda o desagradable, que empeora por la noche y en reposo y se alivia de forma temporal con el movimiento.2 En América Latina, esta enfermedad tiene prevalencia de 5 a 13% de la población general, y llega a 15% en personas que consultan por otros trastornos neurológicos.3 En 20234, el Royal Australian College of General Practitioners (RACGP) actualizó su guía de práctica clínica de diagnóstico y tratamiento del SPI.2 <h3>Criterios diagnósticos2 </h3><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1723148730/Tabla_1_GI_RACGP_2023_guia_de_diagnostico_y_tratamiento_de_sindrome_de_piernas_inquietas_GRAF_Mesa_de_trabajo_1_copia_18_01_304417cb87.webp" /></figure><h3>Clasificación2</h3>Se basa en la carga de síntomas y el curso clínico. Esto es útil para cuantificar la gravedad y tomar decisiones terapéuticas:<ol><li>SPI intermitente: síntomas presentes (cuando no se trata) menos de dos veces por semana durante el último año con mínimo cinco eventos en el día.</li><li>SPI crónico-persistente: síntomas presentes (cuando no se trata) mínimo dos veces por semana durante último el año.</li></ol><h3>Fisiopatología2</h3>De forma breve, recordemos que:<ul><li>No hay comprensión completa de la fisiopatología de este síndrome.</li><li>Aunque no es una enfermedad neurodegenerativa, el SPI tiene alta incidencia familiar, con concordancia de gemelos monocigóticos entre 54 y 83%. La herencia suele ser autosómica dominante, sobre todo en casos con inicio temprano. Estudios genéticos informan más de 20 locus implicados.</li><li>La disfunción dopaminérgica es fundamental, pero no se trata de una simple deficiencia de dopamina en el sistema nervioso central, aunque los pacientes mejoran con agentes dopaminérgicos y agonistas de la dopamina.</li><li>La deficiencia de hierro cerebral, no sérica, también está asociada al síndrome, respaldada por niveles bajos de hierro en muestras neuropatológicas, imágenes de resonancia magnética y funcional, y en el líquido cefalorraquídeo.</li></ul><h3>Diagnóstico2</h3>Suele ser clínico con los criterios esenciales y asociados (tabla 1, figura 1).<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1723148744/Figura_1_GI_RACGP_2023_guia_de_diagnostico_y_tratamiento_de_sindrome_de_piernas_inquietas_GRAF_Mesa_de_trabajo_1_copia_18_02_3fed2606dc.webp" /></figure><h3>Diagnóstico diferencial2 </h3>Existen diferentes síntomas que imitan el SPI y forman parte del diagnóstico diferencial. Excluir las siguientes manifestaciones antes de hacer detección definitiva:<ul><li>Calambres en piernas</li><li>Malestar posicional</li><li>Mialgia</li><li>Estasis venosa</li><li>Edema de las piernas</li><li>Artritis.</li></ul>Es importante interrogar si hay alteración de sueño ya que puede ser el único motivo para acudir a consulta de atención primaria, con quejas sobre inicio y mantenimiento de sueño. También revisar los medicamentos debido a que algunos precipitan o exacerban el síndrome. Por ejemplo:<ul><li>Antihistamínicos (en particular sedantes)</li><li>Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)</li><li>Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN)</li><li>Antagonistas de la dopamina (como metoclopramida)</li><li>Antidepresivos (mirtazapina).</li></ul><h3>Tratamiento2</h3><ul><li>Ofrecer tratamientos farmacológicos y no farmacológicos (figura 2, tabla 2).</li><li>Establecer gravedad y frecuencia de síntomas para orientar la terapia (figura 3).</li></ul><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1723148755/Figura_2_GI_RACGP_2023_guia_de_diagnostico_y_tratamiento_de_sindrome_de_piernas_inquietas_GRAF_Mesa_de_trabajo_1_copia_18_03_c194e5bb32.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1723148765/Figura_3_GI_RACGP_2023_guia_de_diagnostico_y_tratamiento_de_sindrome_de_piernas_inquietas_GRAF_Mesa_de_trabajo_1_copia_18_04_a3e328c251.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1723148781/Tabla_2_GI_RACGP_2023_guia_de_diagnostico_y_tratamiento_de_sindrome_de_piernas_inquietas_GRAF_Mesa_de_trabajo_1_copia_18_05_2a1c5626b5.webp" /></figure><h4>Perlas clínicas2</h4><ul><li>Los síntomas clave del SPI incluyen necesidad de mover las piernas, empeoramiento nocturno y alivio con movimiento.</li><li>Hacer diagnóstico de SPI según criterios clínicos y exclusión de otras condiciones.</li><li>Usar gabapentinoides como primera línea para el SPI persistente debido a su eficacia y menor riesgo de eventos adversos.</li><li>Emplear agonistas de dopamina, pero tener precaución con riesgo de trastornos del control de impulsos.</li><li>Utilizar opioides solo en casos refractarios cuando otros tratamientos no hayan sido efectivos.</li><li>Evaluar y corregir la deficiencia de hierro.</li><li>Algunos medicamentos, como antihistamínicos y antidepresivos, pueden exacerbar los síntomas del SPI y deben ser evitados o usados con precaución.</li><li>Recomendar intervenciones no farmacológicas, como cambios en el estilo de vida y medidas de higiene del sueño.</li></ul> <figure class="poll" data-id="1169">{ Poll ID: 1169}</figure>

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RACGP 2023: guía de diagnóstico y tratamiento de síndrome de piernas inquietas

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