Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial, y se estima que producen 1.8 millones de muertes anuales en la región de las Américas. 
Se han descubierto factores de riesgo y tratamientos específicos para le enfermedad ateroesclerótica cardiovascular, pero la prevalencia de estilos de vida poco saludables sigue siendo alta en pacientes con riesgo elevado. Por ejemplo, la presión arterial elevada, es responsable del 7% de la discapacidad global ajustada por años-vida; y el tabaquismo es responsable de 50% de todas las muertes evitables en fumadores.

<ul><li>Los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular deben tratarse en un abordaje escalonado en base a una clasificación general: personas aparentemente sanas, pacientes con enfermedad ateroesclerótica establecida, pacientes con diabetes mellitus, y pacientes con otros factores de riesgo específicos. </li><li>La prevención cardiovascular debe ser tanto a nivel individual, como colectivo.</li><li>La prevención cardiovascular se traslada desde un modelo centrado en la enfermedad, a uno centrado en el paciente. </li><li>Para la mayor parte de las categorías, debe determinarse tanto el riesgo cardiovascular a 10 años, como el riesgo de por vida. </li></ul>La Sociedad Europea de Cardiología publicó este 2021 una guía de práctica clínica para prevenir eventos cardiovasculares reduciendo el riesgo según identificación y clasificación del riesgo, así como prevención específica1. RECOMENDACIONES IMPORTANTES Sobre la clasificación del riesgo: Los principales factores de riesgo causales y modificables de la enfermedad ateroesclerótica cardiovascular son los niveles de colesterol LDL, presión arterial elevada, tabaquismo, diabetes mellitus, y adiposidad.  <ul><li>Evaluar sistemáticamente el riesgo cardiovascular global en individuos con cualquier factor de riesgo vascular mayor (como historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura, hipercolesterolemia familiar, y factores de riesgo como tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hiperlipidemia, obesidad, u otras comorbilidades).</li><li>Identificar y clasificar a pacientes según el beneficio que podrían obtener del tratamiento de factores de riesgo.</li><li>Considerar la edad como uno de los mayores determinantes del riesgo cardiovascular.</li><li>Implementar un abordaje que inicie con medidas preventivas para todos, independientemente del riesgo cardiovascular. Luego, estratificar el riesgo específico en 4 grupos específicos:</li></ul><ol><li>Personas aparentemente sanas.</li><li>Pacientes con enfermedad ateroesclerótica cardiovascular establecida.</li><li>Pacientes con diabetes mellitus tipo 2.</li><li>Pacientes con factores de riesgo específicos (como enfermedad renal crónica, hipercolesterolemia familiar, etcétera).</li></ol><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632839849/DOCRED_Plataforma_GPC_02_495770b899.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632839992/DOCRED_Plataforma_GPC_01_c8b020f49c.webp" /></figure><ul><li>Estimar el riesgo y beneficios de por vida para la comunicación y el proceso de toma de decisiones compartida, tomando en cuenta las comorbilidades, fragilidad y preferencias del paciente tanto para los pasos 1 como 2 del tratamiento de los factores predisponentes.</li><li>Considerar intensificar el tratamiento de factores de riesgo (paso 2) en todos los pacientes, según un proceso de toma de decisiones compartida.</li><li>Discutir el riesgo cardiovascular y los beneficios del tratamiento ajustados a la necesidad de cada paciente.</li><li>Considerar reclasificar el riesgo cardiovascular en base al puntaje de calcio arterial coronario, de forma adicional a los factores de riesgo tradicionales.</li><li>Considerar la fragilidad como un estado multidimensional, independiente de la edad y la multimorbilidad, que es un factor de riesgo funcional para resultados desfavorables para la morbimortalidad cardiovascular y no cardiovascular.</li><li>Tomar en cuenta el estado socioeconómico y estrés laboral como factores asociados de forma independiente con el desarrollo de enfermedad ateroesclerótica cardiovascular y el pronóstico en ambos sexos.</li><li>Intensificar la atención y apoyo en pacientes con trastornos mentales para mejorar la adherencia al tratamiento y los cambios en el estilo de vida.</li><li>Promover la adherencia a medicamentos, ya que ésta es responsable del 50% de la prevención primaria y 66% de la prevención secundaria de la enfermedad ateroesclerótica cardiovascular.</li><li>Prescribir una estatina de alta intensidad a la dosis más alta tolerada para alcanzar los objetivos de colesterol LDL para el grupo específico de riesgo.</li></ul>Sobre la prevención en personas aparentemente sanas: Las personas aparentemente sanas son aquellas sin enfermedad ateroesclerótica cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2, o comorbilidades severas.  <ul><li>Recomendar dejar de fumar y mantener una presión arterial sistólica &lt;160 mmHg, y sugerir cambios sobre el estilo de vida a todos.</li></ul><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632840120/DOCRED_Plataforma_GPC_04_ff97e97179.webp" /></figure>Sobre la prevención en pacientes con enfermedad ateroesclerótica cardiovascular establecida: Los pacientes con enfermedad ateroesclerótica cardiovascular están en riesgo muy alto de eventos cardiovasculares recurrentes si no se tratan los factores de riesgo. Por tanto, debe considerar como un factor de riesgo residual permanente de enfermedad cardiovascular.  <figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632840708/DOCRED_Plataforma_GPC_06_16c12dcef4.webp" /></figure><ul><li>Aproximar el riesgo cardiovascular de por vida en base a la experiencia, con criterios clínicos como edad, modificadores del riesgo, o puntuaciones específicas (como la escala SCORE2).<ul><li>El riesgo de por vida es un estimado de la edad a la cual hay 50% de probabilidad de que una persona haya experimentado una enfermedad cardiovascular o haya muerto. Iniciar el tratamiento antihipertensivo con una combinación de dos fármacos en la mayoría de los pacientes, preferiblemente en una sola pastilla.</li></ul></li><li>Tratar los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular con una perspectiva de por vida.</li><li>Utilizar un tratamiento para reducir lípidos con la meta de &lt;1.4 mmol/L (55 gr/dl), y más de 50% de reducción en el colesterol LDL.<ul><li>Si no se alcanzan los objetivos con una estatina de alta intensidad, considerar combinar con ezetimiba.</li><li>Para prevención secundaria en pacientes que no alcanzan los objetivos con estatinas y ezetimiba, considerar un inhibidor de PCSK9.</li></ul></li><li>Clasificar la presión arterial como óptima, normal, normal-alta, o hipertensión en grados 1-3, según tomas en el consultorio.<ul><li>Para evaluar la presencia de daño a órgano blanco por hipertensión, medir creatinina sérica, tasa de filtración glomerular estimada, electrolitos, relación albumina/creatinina, y electrocardiograma de 12 derivaciones.</li><li>Solicitar ecocardiografía para pacientes con anormalidad en el electrocardiograma o aquellos con signos o síntomas de disfunción del ventrículo izquierdo.</li><li>Realizar fondoscopia o solicitar imágenes retinianas en pacientes con hipertensión grado 2 o 3 y todos los pacientes hipertensos con diabetes mellitus.</li></ul></li><li>El objetivo primario del tratamiento de la hipertensión arterial es disminuir la presión arterial a &lt;140/90 mmHg en todos los pacientes, y las mediciones subsecuentes deben ajustarse a la edad y comorbilidades.<ul><li>En pacientes con edades comprendidas entre 18 a 69 años la presión arterial sistólica debería disminuirse a un rango objetivo de 120-130 mmHg.</li><li>En pacientes mayores de 70 años, la presión arterial sistólica debería disminuirse a un rango objetivo menor a 140 y hasta 130 mmHg, si se tolera.</li><li>Tratar a todos los pacientes con el objetivo de reducir la presión arterial diastólica a menos de 80 mmHg.</li></ul></li><li>Iniciar el tratamiento antihipertensivo con una combinación de dos fármacos en la mayoría de los pacientes, preferiblemente en una sola pastilla.  </li></ul><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632840767/DOCRED_Plataforma_GPC_03_d6fe5ca291.webp" /></figure>Sobre la prevención en pacientes con diabetes mellitus: La diabetes mellitus tipo 2 duplica el riesgo cardiovascular y reduce la expectativa de vida en un promedio de 4 a 6 años, con mayor riesgo absoluto en aquellos con daño a órgano blanco.  <ul><li>Considerar a las personas con diabetes mellitus como con alto riesgo cardiovascular, especialmente a aquellas con daño a órgano blanco.</li><li>Incluir como modelos que podrían modificar la estimación del impacto de la diabetes mellitus: la duración de la enfermedad, los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c), y la presencia de daño a órgano blanco.</li><li>Estratificar el riesgo cardiovascular de igual manera en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2.</li><li>Implementar una terapia de reducción de lípidos con un objetivo de reducción de &gt;50% del colesterol LDL, o &lt;1.4 mmol/L (55 mg/dl), en pacientes con diabetes y riesgo cardiovascular muy alto.</li><li>Implementar una terapia de reducción de lípidos con un objetivo de reducción de &gt;50% del colesterol LDL, o &lt;1.8 mmol/l (70 mg/dl).</li><li>Recomendar cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, una dieta alta en fibra y baja en grasas saturadas, así como actividad física aeróbica y entrenamiento de fuerza.</li><li>Recomendar reducir la ingesta de energía para ayudar a disminuir el peso corporal, o prevenir la ganancia de peso.</li><li>Utilizar una hemoglobina glicosilada objetivo de &lt;7.0% (53 mmol/l).</li><li>Formular metformina como terapia de primera línea -previa evaluación renal- a pacientes sin enfermedad ateroesclerótica cardiovascular previa, enfermedad renal crónica, o insuficiencia cardíaca.<ul><li>Usar un inhibidor del cotransportador de sodio y glucosa 2 en pacientes con diabetes y enfermedad renal crónica y/o insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida.</li></ul></li></ul><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1632840896/DOCRED_Plataforma_GPC_05_fd279425ac.webp" /></figure>Sobre la prevención en pacientes con factores de riesgo específicos: <ul><li>Evaluar la enfermedad ateroesclerótica cardiovascular en todos los pacientes con enfermedad renal crónica (con o sin diabetes mellitus), incluyendo monitorear cambios en albuminuria.<ul><li>En pacientes con enfermedad renal crónica estadio 3-5 no dependientes de diálisis, usar estatinas o una combinación de estatinas y ezetimiba.</li></ul></li><li>Monitorear disfunción cardíaca usando técnicas de imagen y biomarcadores circulatorios antes, durante, y después, del tratamiento en pacientes con cáncer, y optimizar su perfil de riesgo cardiovascular.</li><li>Investigar la presencia de factores de riesgo para enfermedad ateroesclerótica cardiovascular en todos los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.</li><li>Considerar los trastornos de salud mental como factores cardiovasculares influyentes sobre el riesgo total.</li></ul>Sobre la prevención cardiovascular en general: <ul><li>Recomendar al menos 150-300 minutos a la semana de actividad física moderada o 75-150 minutos a la semana de actividad física aeróbica vigorosa, o la combinación equivalente de ambas, a adultos de todas las edades.</li><li>Recomendar la reducción del sedentarismo con –por lo menos- actividad física ligera durante el día.</li><li>Recomendar ejercicios de resistencia, en adición a la actividad aeróbica, 2 o más días a la semana, para reducir la mortalidad por todas las causas.</li><li>Promover una dieta saludable como pilar de la prevención cardiovascular en todos los individuos.<ul><li>Recomendar una dieta mediterránea o similar.</li><li>Recomendar reemplazar las grasas saturadas por no saturadas.</li><li>Recomendar reducir la ingesta de sal.</li><li>Recomendar una alimentación basada en plantas y rica en fibra.</li><li>Recomendar restringir el consumo de alcohol a un máximo de 100 gramos por semana.</li><li>Recomendar comer pescado al menos una vez por semana, y restringir carnes procesadas.</li><li>Recomendar restringir el consumo de azúcar libre, especialmente las bebidas azucaradas, a un máximo del 10% de la ingesta de energía.</li></ul></li><li>Recomendar la pérdida de peso a individuos obesos o con sobrepeso.</li><li>Promover el cese total del tabaquismo.</li><li>Para la prevención secundaria de enfermedad cardiovascular y en pacientes con infarto al miocardio previo o revascularización, prescribir 75-100 mg diarios de aspirina.</li><li>Como alternativa o en caso de intolerancia a la aspirina, prescribir 75 mg de clopidogrel al día.</li><li>Implementar medidas para reducir la contaminación del aire y el uso de combustibles fósiles, así como para limitar la emisión de dióxido de carbono.</li></ul>PERLAS CLÍNICAS: <ul><li>Los principales factores de riesgo para la enfermedad ateroesclerótica cardiovascular son el colesterol, presión arterial, tabaquismo, diabetes mellitus, y adiposidad.</li><li>El estrés psicosocial está asociado con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.</li><li>La contaminación de aire está fuertemente asociada con el desarrollo de enfermedad ateroesclerótica cardiovascular.</li><li>Debe evaluarse el riesgo cardiovascular en todos los pacientes con obesidad.</li></ul>

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Prevención de enfermedad cardiovascular - Guía de la ESC, 2021 

Lo más relevante de la guía de práctica clínica para la prevención de enfermedades cardiovasculares de la ESC este 2021, acá. 