La Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD) actualizó en 2023 las recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los pacientes se reclasificaron en tres grupos: A, B y E. Los medicamentos iniciales consisten en terapia dual con agonistas beta-2 de acción larga (LABA) + antimuscarínicos de acción larga (LAMA) para aquellos del grupo B y E, mientras que para los individuos del grupo A se recomienda utilizar un broncodilatador de acción larga o corta (monoterapia).
De acuerdo con la OMS, la EPOC ocupa la tercera causa de muerte a nivel mundial.1 En 2019, causó 3.23 millones de muertes globales, de las cuales 534 242 correspondieron a la región de las Américas.2
La GOLD actualizó recientemente la guía de práctica clínica para el abordaje, diagnóstico y tratamiento de la EPOC. Los cambios con respecto a las pautas de 2022 se describen a continuación.3
Enfermedad pulmonar heterogénea caracterizada por cuadro clínico respiratorio crónico (disnea, tos, producción de esputo y/o exacerbaciones) causado por afecciones de las vías respiratorias como bronquitis, bronquiolitis o enfisema, que generan obstrucción del flujo de aire, a menudo progresivo.
La presencia de una obstrucción del flujo de aire no reversible confirma el diagnóstico. Esto se considera cuando existe una relación de volumen espiratorio forzado en un segundo (VEF1)/capacidad vital forzada (CVF) < 0.7 después de la broncodilatación cuantificada por espirometría (tablas 1 y 2).
Sin embargo, algunos pacientes muestran síntomas respiratorios y/o lesiones pulmonares estructurales (enfisema) y/o anomalías fisiológicas (VEF1 normal bajo, atrapamiento de gases, hiperinflación, capacidad de difusión pulmonar reducida y/o disminución rápida del VEF1) sin limitación del flujo de aire. Esta condición recibe el nombre de pre-EPOC.
También se propuso el término espirometría con deterioro de la relación conservada (PRISm, por sus siglas en inglés) para clasificar a personas con relación VEF1/CVF normal, pero con espirometría alterada. Los individuos con ambas condiciones (pre-EPOC y PRISm) presentan mayor riesgo de desarrollar obstrucción del flujo de aire con el tiempo.
El papel de la espirometría para identificar EPOC en la población general es debatido. En general, no está indicada en personas asintomáticas sin exposición importante al tabaco u otros factores de riesgo. Cuando existen síntomas o ciertos factores como el historial de tabaquismo >20 paquetes-año, infecciones torácicas recurrentes o eventos tempranos en la vida, el estudio está considerado como herramienta de detección temprana.
Considerar el estudio para todos los pacientes con EPOC y exacerbaciones persistentes, manifestaciones desproporcionadas con relación a la gravedad de la afección en las pruebas de función pulmonar, VEF1 < 45% del valor previsto con hiperinsuflación significativa y atrapamiento de gases, o para personas con criterios de detección de cáncer pulmonar.
Las nuevas guías proponen iniciar con terapia farmacológica de acuerdo con la valoración inicial de cuadro clínico y riesgo de agudización (tabla 3), que ahora está dividida en tres grupos: A, B y E.
Las exacerbaciones se definen como todo evento caracterizado por incremento de disnea y/o tos con esputo que empeora en < 14 días. Esto puede acompañarse de taquipnea, taquicardia y se relaciona con aumento local y sistémico de inflamación debido a infección, contaminación u otra lesión de las vías respiratorias.
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Codigo: GI-CG-3-9296
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