La guía de la Sociedad de Infecciones Quirúrgicas (SIQ) introduce cambios clave en la selección y administración de antimicrobianos. Se prioriza el uso de agentes específicos, tiempos de intervención tempranos y tratamientos de corta duración. Las recomendaciones específicas para patologías como apendicitis y trauma mejoran la personalización del manejo. Estas pautas representan un avance hacia tratamientos más eficaces y seguros en contextos hospitalarios.1

<h3>Definición </h3>Las infecciones intraabdominales (IIA) son procesos infecciosos complejos y potencialmente mortales que afectan la cavidad peritoneal, el retroperitoneo o los órganos abdominales. Pueden clasificarse en infecciones complicadas, que se extienden a tejidos estériles como el peritoneo, o infecciones no complicadas, confinadas a órganos huecos como el intestino​. La SIQ actualiza este año sus guías para el manejo de estas infecciones, en las que resalta el uso de antibióticos y estrategias de control de la fuente basadas en evidencia sólida.1<h3>Epidemiología </h3>En América Latina, las IIA son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad en pacientes hospitalizados, especialmente en aquellos sometidos a intervenciones quirúrgicas. La región enfrenta desafíos únicos, como la alta prevalencia de patógenos resistentes y limitaciones en el acceso a terapias antimicrobianas avanzadas. La tasa de infecciones hospitalarias en general varía de 3 a 40%, y es significativamente más alta que en países desarrollados debido a factores como la falta de recursos, capacitación insuficiente y prácticas inadecuadas de control de infecciones​. Además, el aumento de patógenos multidrogorresistentes (MDR), como Enterobacteriaceae, productores de betalactamasa de espectro extendido, ha limitado la eficacia de los tratamientos convencionales y ha resaltado la necesidad de un manejo estricto y racional de los antimicrobianos.1,2<h3>Nuevas recomendaciones </h3>La nueva actualización introduce cambios importantes para optimizar el manejo de IIA basados en evidencia reciente. Estas modificaciones responden a la necesidad de enfrentar la creciente resistencia antimicrobiana y mejorar los resultados en pacientes de alto y bajo riesgo.1<h4>1. Selección y administración de agentes antimicrobianos</h4>La nueva guía enfatiza el uso racional de antimicrobianos, basado en el tipo de paciente y la probabilidad de patógenos resistentes. Este enfoque tiene el objetivo de reducir la resistencia antimicrobiana y mejorar la eficacia del tratamiento:1,3Nuevos agentes recomendados: entre los cambios más destacados, se incluye la recomendación de agentes antimicrobianos más recientes como ceftolozano-tazobactam y ceftazidima-avibactam en combinación con metronidazol para la terapia empírica en pacientes con infecciones de alto riesgo, especialmente en aquellos con riesgo de infecciones por Pseudomonas aeruginosa resistente. Estos agentes han mostrado ser eficaces contra patógenos resistentes y ofrecen una alternativa viable frente a opciones más convencionales​.1Recomendación contra aminoglucósidos: en una diferencia notable con respecto a las guías previas, esta versión desalienta el uso de aminoglucósidos como terapia de combinación en infecciones severas. En su lugar, recomienda el uso de combinaciones con betalactámicos e inhibidores de betalactamasa, ya que ofrecen una mayor efectividad con menor riesgo de efectos adversos, como la nefrotoxicidad, asociada con los aminoglucósidos​.1Uso de glicilciclinas y carbapenémicos específicos: se recomienda ahora el uso de eravaciclina y biapenem como alternativas para infecciones complicadas, especialmente en infecciones resistentes. Eravaciclina, en particular, se sugiere para pacientes de alto riesgo debido a su amplio espectro contra patógenos resistentes y a su eficacia comprobada en estudios recientes​.1Antifúngicos en pacientes de alto riesgo: en contraste con las versiones anteriores, la guía desaconseja el uso empírico de agentes antifúngicos en pacientes de bajo riesgo, reservándolo exclusivamente para aquellos con alto riesgo de infecciones fúngicas, como los pacientes inmunocomprometidos o aquellos con sepsis grave. Esta recomendación se basa en estudios que no demuestran un beneficio en la mortalidad o reducción de complicaciones al administrar antifúngicos de manera preventiva en pacientes sin factores de riesgo​.1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1730929091/Tabla_1_Seleccion_y_administracion_de_agentes_antimicrobianos_96a54f86b8.webp" /></figure><h4>2. Control de la fuente de infección</h4>Se enfatiza la importancia de controlar la fuente como un pilar esencial en el manejo de las IIA.1Tiempos de intervención más agresivos: se recomienda realizar el control de la fuente dentro de las primeras 12 horas para los pacientes de bajo riesgo y dentro de las primeras 6 horas para aquellos con sepsis o choque séptico. Estos cambios responden a evidencia reciente que muestra que los retrasos en el control de la fuente están directamente asociados con un aumento de la mortalidad, particularmente en los pacientes con signos de inestabilidad hemodinámica​.1Abordajes mínimamente invasivos: se continúa promoviendo el uso de técnicas menos invasivas para el control de la fuente, como el drenaje percutáneo o la laparoscopia, en lugar de laparotomías abiertas cuando sea posible. Esta preferencia se fundamenta en la reducción de las complicaciones posoperatorias y la disminución de la estancia hospitalaria, beneficios que ofrecen los métodos menos invasivos.13. Duración de la terapia antimicrobianaLa duración de la terapia antimicrobiana ha sido un tema de constante revisión en las guías. En 2024, se presentan nuevas recomendaciones basadas en estudios recientes que confirman la eficacia de tratamientos más cortos, siempre y cuando se logre un control adecuado de la fuente.1Reducción de la duración en pacientes con buen control de la fuente: para pacientes con control de la fuente mediante drenaje percutáneo o en aquellos que presentan sepsis sin complicaciones, se recomienda limitar la terapia antimicrobiana a cuatro días. Esta recomendación se basa en estudios recientes que no muestran diferencias significativas en las tasas de recurrencia o mortalidad entre tratamientos de corta duración y tratamientos prolongados, lo que ayuda a reducir el riesgo de resistencia antimicrobiana y los efectos adversos de los fármacos​.1Tratamiento prolongado para pacientes críticos: se sugiere que los pacientes críticamente enfermos que requieren un tratamiento prolongado por infecciones resistentes o complicadas reciban una terapia de hasta ocho días después de lograr el control de la fuente. Esta recomendación refleja un balance entre la necesidad de controlar infecciones complejas y la prevención de efectos adversos relacionados con la terapia antimicrobiana prolongada​.1<h4>4. Enfermedades específicas</h4>Se sugieren las siguientes recomendaciones para el tratamiento de patologías intraabdominales específicas, como apendicitis, trauma abdominal e infecciones hepatopancreatobiliares (tabla 2).1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1730929098/Tabla_2_Recomendaciones_para_enfermedades_especificas_dc369254e9.webp" /></figure><h3>Estrategias de administración antimicrobiana y control de calidad</h3>Son pilares fundamentales en la prevención y tratamiento eficaz de las IIA, especialmente en un contexto de creciente resistencia a los antimicrobianos. La guía enfatiza la importancia de implementar protocolos estrictos que permitan no solo una administración rápida y adecuada de los antibióticos, sino también una vigilancia continua para ajustar la terapia según la evolución clínica y los resultados microbiológicos del paciente.1Estas estrategias incluyen el inicio temprano de la terapia en casos de sepsis, la implementación de protocolos de terapia empírica y el desescalamiento terapéutico, con el objetivo de optimizar el uso de antimicrobianos, mejorar los resultados clínicos y reducir la aparición de resistencia.1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1730929105/Figura_1_Estrategias_de_administracion_antimicrobiana_y_control_de_calidad_b489010a9c.webp" /></figure>La integración de estas medidas, especialmente en unidades de cuidados intensivos, busca garantizar una respuesta rápida y personalizada ante IIA graves y mejorar la eficiencia de los tratamientos a nivel hospitalario, promoviendo al mismo tiempo la sostenibilidad de los recursos antimicrobianos a largo plazo. 1<h3>Conclusión</h3>La nueva guía proporciona recomendaciones actualizadas y detalladas para el manejo de las infecciones intraabdominales, al enfocarse en el uso racional de antimicrobianos, tiempos óptimos de control de fuente, y estrategias específicas según la patología. Estas pautas, basadas en evidencia robusta, buscan mejorar la eficacia del tratamiento y reducir la resistencia antimicrobiana, adaptándose a los retos de los entornos hospitalarios actuales. Su implementación puede representar una mejora en el manejo de las IIA especialmente en el contexto de resistencia antimicrobiana y recursos limitados, siempre que se adapten a las necesidades y características locales.1<h4>Perlas clínicas</h4><ul><li>Las infecciones intraabdominales (IIA) son procesos infecciosos complejos y potencialmente mortales que afectan la cavidad peritoneal, el retroperitoneo o los órganos abdominales.</li><li>Las IIA complicadas pueden extenderse a tejidos estériles como el peritoneo.</li><li>La nueva guía enfatiza el uso racional de antimicrobianos, basado en el tipo de paciente y la probabilidad de patógenos resistentes.</li><li>En pacientes de alto riesgo, se recomienda evitar aminoglucósidos y usar en su lugar combinaciones con betalactámicos e inhibidores de betalactamasa.</li><li>Los aminoglucósidos presentan mayor riesgo de nefrotoxicidad sin mejorar significativamente los resultados en comparación con las combinaciones de betalactámicos​.</li><li>Se aconseja el uso de moxifloxacino oral para el tratamiento empírico en pacientes de bajo riesgo con apendicitis no complicada, que se manejan de forma no quirúrgica.</li></ul> <figure class="poll" data-id="1201">{ Poll ID: 1201}</figure>

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Directrices para el tratamiento de las infecciones intraabdominales, actualización 2024

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