La tuberculosis (TBC) es un problema de salud pública mundial. La situación es más evidente en los países en vías de desarrollo; casi el 60% de todos los pacientes diagnosticados con esta patología viven allí. A continuación, se presenta un caso a nivel del cérvix en una mujer posmenopáusica.

El órgano más comúnmente afectado por la TBC son los pulmones; sin embargo, también pueden verse afectadas otras zonas de cuerpo, como ganglios linfáticos, pleura, abdomen y cerebro.1 La TBC genital femenina es causada por Mycobacterium tuberculosis (con menos frecuencia los agentes etiológicos pueden ser Mycobacterium bovis y/o micobacterias atípicas), y por lo general es secundaria a tuberculosis de pulmones u otros órganos con diseminación hematógena, linfática o directa de una infección abdominal. 2 Las trompas de Falopio se ven afectadas en el 90% de las mujeres, el endometrio en un 70% y los ovarios en alrededor del 25%. Esta infección puede causar disfunción menstrual e infertilidad. Algunos casos son asintomáticos.2 La TBC primaria ocurre en mujeres cuyas parejas masculinas tienen TBC genitourinaria, como la epididimitis tuberculosa, y se transmite a través del semen infectado.3 La tuberculosis que compromete al cérvix es rara y se reporta principalmente en estudios retrospectivos. Sus características clínicas son inespecíficas y por lo general imitan el carcinoma de cuello uterino cuando ocurre después de la menopausia.1  A continuación, se presenta el caso clínico de una mujer posmenopáusica con TBC de cérvix. <h3>Presentación del caso1 </h3>Mujer de 64 años, G2 P2, se presentó a la consulta con un cuadro clínico de 1 año de evolución de flujo vaginal blanquecino maloliente y disuria de 6 meses. También refirió hiporexia de 1 mes.1  Negaba antecedentes de tos crónica, fiebre, diaforesis nocturna, consumo de tabaco y alcohol y antecedentes de cáncer en la familia. Tenía hipertensión arterial desde hacía 25 años y 10 años de diabetes mellitus en tratamiento con amlodipina de 5 mg y metformina de 1 g. Refería antecedente de depresión tratada con escitalopram.1 <h3>Examen físico1 </h3>La paciente se encontraba en buen estado general, no presentaba masas ni adenopatías. La exploración genitourinaria local mostró una vulva sana. La especuloscopia reveló un cérvix de aspecto poco saludable cubierto con secreción blanquecina que llegaba hasta el canal vaginal. En el examen bimanual, los fondos de saco bilaterales eran normales y una secreción espesa se podía apreciar al tacto de la vagina. No se pudo determinar el tamaño exacto del útero. Con estos hallazgos, se consideró la posibilidad de carcinoma de cuello uterino. <figure class="poll" data-id="326">{ Poll ID: 326}</figure>Se tomó citología cérvico-vaginal y múltiples biopsias cervicales. El estudio de frotis reveló una inflamación extensa, sin evidencia de lesión intraepitelial o malignidad.1 La biopsia de cérvix mostró múltiples granulomas de epitelioides con células gigantes de Langerhans. Se hizo un diagnóstico de TBC de cérvix por los hallazgos histopatológicos.1 <h3>Evolución1 </h3>La paciente inició tratamiento antituberculoso, con una evolución favorable y remisión de síntomas en el seguimiento a dos años.1 <h3>Discusión1 </h3>La incidencia real de TBC genital no se puede determinar con precisión ya que el 11% de las pacientes permanecen asintomáticas y la enfermedad se diagnóstica de manera incidental.1 La presentación más común es la infertilidad. Otros síntomas comunes incluyen dismenorrea, oligomenorrea, menorragia, dolor abdominal y dispareunia. Esta enfermedad en el cérvix es infrecuente y representa del 0.1% al 0.65% de todos los casos de tuberculosis y del 5% al 24% de TBC genital.1  En raras ocasiones, la TBC de cérvix puede ser la lesión primaria como lo fue en este caso.1 Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento es similar a cualquier otra forma de TBC, con una combinación de isoniazida, rifampicina, etambutol y pirazinamida.1 <h3>Conclusión1 </h3>La TBC de cérvix es una enfermedad poco habitual, con síntomas clínicos inespecíficos. Puede aparentar carcinoma. Sin embargo, una vez que se sospecha y se diagnostica, el desenlace generalmente es bueno con un tratamiento adecuado. Los ginecólogos tratantes deben ser conscientes de esta entidad y la necesidad de tener un umbral de sospecha incluso entre las mujeres posmenopáusicas.1 <h3>COMENTARIO EDITORIAL </h3>En países donde la TBC es endémica, los médicos debemos sospechar y tener en mente las presentaciones poco frecuentes de esta infección.También le puede interesar: <a href="https://www.docred.com/casos/caso-clinico-tuberculosis-congenita" target="_self">Tuberculosis congénita</a>

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Caso clínico: tuberculosis de cérvix

¿Conoce las características clínicas de la tuberculosis que afecta al cérvix?