Mujer con dolor abdominal de 10 días de evolución acude a urgencias para atención. Después de una ecografía, se hace diagnóstico de embarazo abdominal y se realiza laparotomía a las 29 semanas de gestación con extracción exitosa. El embarazo ectópico abdominal es raro, pero representa alto riesgo de hemorragia materna y mortalidad fetal. Algunos criterios diagnósticos incluyen la ausencia de útero ocupado, aumento irregular de gonadotrofina coriónica humana (beta-hCG) y ecografía. El tratamiento puede ser médico o quirúrgico según las condiciones clínicas de la paciente. 

Mujer de 37 años que vive en área rural remota acude a urgencias con dolor abdominal de 10 días de evolución. Los antecedentes ginecológicos incluyen dos partos vaginales a término, un aborto espontáneo y ninguna infección de transmisión sexual u otra cirugía previa. Al examen físico se evidencia abdomen grávido. Se indica ecografía que informa endometrio engrosado, útero vacío y embarazo abdominal de 23 semanas de gestación. La resonancia magnética de abdomen reporta útero no grávido (figura 1, círculo azul), feto intraabdominal formado normalmente (figura 1, flecha verde) y placenta adherida al peritoneo por encima del promontorio del sacro. <figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1705709366/Figura_1_Caso_clinico_fuera_de_lo_comun_nace_bebe_de_embarazo_abdominal_d84d0729c7.webp" /></figure>En vista de los hallazgos, se realiza diagnóstico de embarazo abdominal, un raro tipo de embarazo ectópico. Por el alto riesgo de hemorragia materna y muerte fetal, la paciente se deriva a institución de tercer nivel, donde se hospitaliza y se mantiene bajo estrecha vigilancia médica. A las 29 semanas, se realiza laparotomía, embolización arterial placentaria y extirpación parcial de la placenta. El bebé nace e ingresa a la unidad de cuidados intensivos neonatal, con puntuaciones de Apgar de 2 y 6 al minuto y a los 5 minutos, respectivamente. A los 12 días del posoperatorio, se retira mediante cirugía la placenta restante. La madre y el recién nacido son dados de alta 25 días y 2 meses, respectivamente, después del nacimiento. <h3>Discusión2,3</h3>El embarazo ectópico ocurre en 1-2% de todas las gestaciones, sobre todo en las trompas de Falopio. Sin embargo, existe la variante abdominal, que representa cerca del 1% de todos los casos. Esta forma de embarazo es peligrosa debido al riesgo de hemorragia en la zona de implantación, lo que incrementa la morbilidad y mortalidad materno-infantil.Los factores de riesgo asociados abarcan historial de embarazo ectópico, intervenciones quirúrgicas en las trompas, endometriosis y enfermedades inflamatorias pélvicas.<h4>Diagnóstico de embarazo abdominal2</h4>Aunque la detección es desafiante debido a sus síntomas variables, existen señales como dolor abdominal intenso o movimientos fetales dolorosos que sugieren la existencia del caso. En ciertas ocasiones, el diagnóstico inicial se realiza mediante la ecografía, que reporta útero vacío con masa gestacional fuera de su lugar típico. Para confirmar, se utilizan resonancias magnéticas o se analizan los niveles de beta-hCG, sobre todo si estos son altos y no se detecta saco gestacional intrauterino.Algunos autores proponen criterios específicos de diagnóstico: <ol><li>Ausencia de útero ocupado</li><li>Falta de dilatación tubárica o masas anexiales</li><li>Saco gestacional rodeado por tejido intestinal y separado por peritoneo</li><li>Movilidad libre, similar a la fluctuación del saco.</li></ol>Los niveles de la beta-hCG varían según las etapas del embarazo normal, con aumentos regulares y luego estabilización hacia el segundo y tercer trimestre. Cualquier desviación significativa en la progresión de estos valores indica problemas, como la disminución de mínimo 21% durante dos días, lo que sugiere embarazo intrauterino fallido o embarazo ectópico si la disminución es menor.<h4>Tratamiento del embarazo abdominal2,3</h4>El abordaje comprende opciones médicas o quirúrgicas. El enfoque médico con metotrexato es efectivo en ciertos casos, con tasas de éxito que oscilan entre 71 y 94%, de acuerdo con el régimen utilizado, los niveles de beta-hCG y la edad gestacional. Sin embargo, la cirugía es preferible en situaciones específicas: paciente con inestabilidad hemodinámica, signos de ruptura ectópica en curso o hemorragia intraperitoneal, y/o si el tratamiento médico está contraindicado.El abordaje quirúrgico se ejecuta mediante cirugía abierta o laparoscópica. Se prefiere la laparoscopia cuando la madre se encuentra estable desde el punto de vista hemodinámico y no muestra signos de shock.A pesar de la gravedad, se reportan casos excepcionales en los que se logra llevar a término un embarazo abdominal diagnosticado. No obstante, debido al alto riesgo para la madre y el feto, es crucial asesorar y tomar decisiones compartidas entre la paciente y el médico para determinar el plan de tratamiento.<h3>Comentario editorial</h3>Este caso ilustra la singularidad del embarazo abdominal, a menudo desafiante en su diagnóstico y manejo. ¿Cómo podemos mejorar la identificación temprana de estos embarazos atípicos? ¿Existe alguna forma de desarrollar criterios diagnósticos más precisos y estándares para garantizar un tratamiento oportuno? Además, ¿cómo afecta esta infrecuente presentación en la toma de decisiones compartida entre pacientes y médicos? <figure class="poll" data-id="967">{ Poll ID: 967}</figure>

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Caso clínico fuera de lo común: nace bebé de embarazo abdominal

¿Cómo se identifica y trata el embarazo abdominal? Acá la respuesta.