Caso clínico de paciente que acude a urgencias por cefalea intensa, náuseas, vómitos, visión borrosa, diplopía intermitente, mareo e imposibilidad para sostener la marcha de forma independiente. Por la sintomatología inicial se sospechó aumento de la presión intracraneal y se plantearon los siguientes diagnósticos diferenciales: tumor cerebral, absceso cerebral, hemorragia intraparenquimatosa y quiste coloide. Debido al abordaje oportuno la paciente tuvo una resolución clínica satisfactoria.

Adolescente femenina de 16 años acude al servicio de urgencias con cefalea intensa de inicio agudo, asociado a náuseas, vómitos, visión borrosa y diplopía intermitente. Refiere mareo al caminar y no puede sostener la marcha de forma independiente. Esta es su primera visita al médico por cefaleas que han sido episódicas durante las últimas 2 semanas. Los dolores involucran toda la cabeza, no es pulsátil, sin presencia de aura y no ocurren en un momento determinado del día. La gravedad aumenta al toser o hacer fuerza; refiere fotofobia y fonofobia durante estos episodios. Anteriormente, las cefaleas respondían a los analgésicos de venta libre, pero ahora son intolerables y no se alivian con medicamentos.No tiene antecedentes médicos significativos, excepto por traumatismo craneal menor mientras montaba en bicicleta hace 1 mes. Su única medicación es anticonceptivo oral que toma desde hace 2 años. No usa drogas ilícitas y la historia familiar es positiva para migrañas atípicas; su madre recibe medicamentos para esta condición durante años.Al examen físico, está agitada debido al dolor. Se registran los siguientes signos vitales: FC: 65 X’, TA: 165/95 mm Hg y Temp. 37°C. No se evidencian anomalías en la cabeza, cuello, tórax, abdomen o extremidades.Se realiza examen neurológico completo que revela disminución de la agudeza visual en cada ojo a 6/10. La oftalmoscopia muestra papiledema, ingurgitación venosa y disminución del pulso venoso. Se evidencia parálisis bilateral del VI nervio craneal. Otros exámenes neurológicos, incluidos los exámenes sensoriales y motores, los reflejos tendinosos profundos y las pruebas cerebelosas se encuentran dentro del rango normal.Durante la valoración inicial desarrolla crisis convulsiva tónico-clónica generalizada, que se controla inmediatamente con diazepam intravenoso. La TA se eleva a 175/100 mm Hg y la FC es de 60 X’ después de la convulsión. El nuevo examen neurológico revela reflejos plantares extensores bilaterales y pupilas medianas con ligera reacción a la luz. Después de iniciar una dosis de carga de fenitoína intravenosa, se realiza tomografía computarizada (TC) de la cabeza urgente.<h3>Discusión y conclusiones</h3>La aparición de cefalea con náuseas, vómitos, visión borrosa y diplopía sugería fuertemente aumento de la presión intracraneal en esta paciente. La presencia de parálisis bilateral del VI nervio y papiledema bilateral en el examen neurológico confirmó esta sospecha. Las pruebas de laboratorio revelaron electrolitos normales, función renal y hemograma completo. La TC del cerebro reveló hidrocefalia ventricular lateral aguda, con edema periventricular y masa redonda hiperdensa dentro del tercer ventrículo que causaba obstrucción del foramen de Monro. El diagnóstico más probable fue quiste coloide del tercer ventrículo.Estos quistes coloides representan del 10% al 15% de los tumores intraventriculares. Son las masas más comunes del tercer ventrículo encontradas en adultos, son de origen congénito y se ha informado sobre la aparición familiar de la enfermedad; sin embargo, no se identificó ningún gen específico. La herencia autosómica dominante es el mecanismo propuesto en tales casos.Los quistes son masas benignas de paredes delgadas con contenido gelatinoso. Están ubicados en el área anterior del tercer ventrículo y están conectados a la cara rostral de su techo, se proyecta inferiormente cerca de los agujeros de Monro.Otros síntomas pueden incluir alteración del estado mental, náuseas, vómitos, convulsiones, vértigo y ataques repentinos de debilidad en las piernas. Se ha informado ceguera cortical debida a infarto bilateral del lóbulo occipital por compresión de la arteria cerebral posterior. La presentación más grave es la muerte súbita y la causa suele ser discutible, pero puede ser secundario a eventos cardíacos reflejos debido a la compresión del hipotálamo por parte del quiste, o por bloqueo agudo del líquido cefalorraquídeo con hernia instantánea o descompensación en la hidrocefalia crónica. El diagnóstico diferencial incluye una amplia gama de tumores del tercer ventrículo anterior. Estas lesiones suelen originarse por fuera y deforman el ventrículo al invadir el parénquima circundante; sin embargo, los tumores intraventriculares también pueden ser la fuente del bloqueo de las vías del líquido cefalorraquídeo. El quiste se puede encontrar incidentalmente en la TC o cuando el paciente presenta síntomas y signos de aumento de la presión intracerebral que sugiere hidrocefalia obstructiva aguda. Generalmente es una masa hiperdensa homogénea redonda dentro del tercer ventrículo a nivel de los agujeros de Monro.En la resonancia magnética (RMN) ponderada en T2, el quiste puede ser hipointenso o hiperintenso, la recuperación de la inversión atenuada por líquido muestra edema periventricular en la etapa aguda de la hidrocefalia como hiperintensidad que rodea el ventrículo lateral.La intervención quirúrgica está indicada después de considerar ciertos factores, como la edad del paciente, los síntomas y el tamaño del quiste. Debido a la amenaza de muerte súbita, se recomienda la cirugía para quistes de más de 1.5 cm de diámetro en jóvenes, incluso en casos asintomáticos. Los individuos sintomáticos siempre deben recibir tratamiento, las opciones incluyen la extirpación endoscópica del quiste y la cirugía abierta con diferentes abordajes, como los transcortical o transcalloso interhemisférico.<figure class="poll" data-id="266">{ Poll ID: 266}</figure>En este caso, la paciente fue llevada al quirófano. Se insertó drenaje ventricular externo bilateral en las astas frontales de los ventrículos laterales. El tumor fue resecado totalmente mediante un abordaje transcalloso interhemisférico bajo microscopio quirúrgico. El aspecto macroscópico del tumor era quiste suave que sugería quiste coloide. En el primer día posoperatorio se resolvió la diplopía y la cefalea de la paciente. Tuvo un posoperatorio sin incidentes y fue dada de alta 6 días después de la cirugía. Recibió fenobarbital durante 6 meses, que se redujo y suspendió después de electroencefalograma normal. Se observó la mejora gradual de la agudeza visual y recuperó la visión completa 5 meses después.<figure class="poll" data-id="267">{ Poll ID: 267}</figure>

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Caso de Convulsión tras Cefalea Súbita en Adolescente

Caso clínico de adolescente que presentó cefalea súbita acompañada de náuseas, vómitos, diplopía y episodio de convulsión, ¿sabe cual es el diagnóstico?