<p>Mujer de 28 años, G2P1, con obesidad e hipotiroidismo consulta a las 37.2 semanas de embarazo por presentar dos días de hipertensión arterial (150/100 mmHg) sin síntomas premonitorios y sin alteraciones en pruebas diagnósticas. </p><p>Fue diagnosticada con hipertensión gestacional y se manejó con dinoprostona para inducir el parto vaginal, sin requerir la administración de sulfato de magnesio o antihipertensivos. Al segundo día de hospitalización ocurre el parto, del cual se obtiene un neonato masculino de 2627 gramos. A las 24 horas postparto, la paciente manifiesta visión borrosa y diplopía.</p><h4>Examen físico:</h4><p>El examen neurológico revela que la abducción del ojo derecho estaba alterada (imagen 1), sin otras manifestaciones neurológicas asociadas.</p><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1598903694/Imagen_1_72fa6ada73.webp" /><figcaption><strong>Imagen 1. Parálisis del nervio abducens del ojo derecho. </strong></figcaption></figure><figure class="poll" data-id="18">{ Poll ID: 18}</figure><h4>Pruebas diagnósticas</h4><p>Recuento de plaquetas, función renal, función hepática normales.</p><p>Proteinuria de 146 mg en 24 horas.</p><p>Resonancia cerebral simple normal.</p><p>Angiorresonancia normal.</p><p>Punción lumbar normal</p><p>Líquido cefalorraquídeo normal.</p><h4>Diagnóstico y tratamiento</h4><p>La paciente fue diagnosticada con parálisis del nervio abducens aislada asociada al desorden hipertensivo, ya que no se documentaron eventos cerebrovasculares isquémicos, ni lesiones ocupantes de espacio o trombosis del seno cavernoso. La punción lumbar excluyó hipertensión intracraneal y los estudios del líquido cefalorraquídeo excluyeron meningitis. La paciente fue dada de alta al tercer día postparto sin otra sintomatología asociada con resolución completa del déficit a los 3 meses (imagen 2).</p><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1598903840/Imagen_2_8436c1d72d.webp" /><figcaption><strong>Imagen 2. Control posparto a los 3 meses. Recuperación completa.</strong></figcaption></figure><h4>Discusión:</h4><p>Los desórdenes hipertensivos del embarazo pueden relacionarse con un amplio espectro de alteraciones neurológicas, desde cefalea hasta el ataque cerebrovascular isquémico. La parálisis del nervio abducens durante el embarazo es extremadamente rara y sus causas son difíciles de establecer debido al recorrido intracraneal extensivo del nervio, pero suelen corresponder a enfermedades vasculares, traumáticas, infecciosas y neoplásicas. </p><p>La parálisis del nervio abducens durante el embarazo es una condición inusual y su fisiopatología no es clara. En casos de hipertensión severa, se desarrolla edema cerebral y vasoespasmo severo que desplaza el VI par hacia abajo, lo cual lleva a isquemia y parálisis. En otros casos su fisiopatología se relaciona con fuga de líquido cefalorraquídeo secundario a la analgesia epidural.</p><p>En la literatura se han reportado 21 casos de mujeres embarazadas o en el período posparto que desarrollaron esta parálisis, de los cuales el 38% se asociaron a desórdenes hipertensivos del embarazo, 29% a trauma durante la analgesia epidural, 14% a enfermedades infecciosas, 14% a lesiones del sistema nervioso central y 5% sin causa clara. </p><p>En las mujeres que se asoció la parálisis del abducens con desórdenes hipertensivos, estas tenían diagnósticos de hipertensión gestacional, preeclampsia y eclampsia. En este <strong>caso clínico</strong>, la única manifestación previa a la parálisis fue 2 días de hipertensión arterial, confirmando que esta complicación puede ocurrir sin disfunción orgánica, sin signos de severidad y con presiones arteriales controladas durante el déficit neurológico.</p><p>La parálisis del nervio abducens puede ser dividida en aislada o no aislada. Los criterios diagnósticos para definir el primer <strong>caso clínico</strong> son un déficit en la abducción ipsilateral y la exclusión de otros diagnósticos diferenciales que semejen los síntomas clínicos. </p><p>Existen algunos reportes que evalúan el tiempo de recuperación de la parálisis por causas no traumáticas, documentando que a los 2.4 meses, el 78.4% de los casos presentan recuperación espontánea. En los reportes de parálisis relacionados con desórdenes hipertensivos del embarazo, la resolución espontánea puede ocurrir entre los primeros 5 días a máximo 6 meses.</p><p>Cuando se presenta la parálisis del VI par asociada con hipertensión, parece ser una condición benigna, sin embargo, cuando se presente una paciente con estas características, deben descartarse otras enfermedades sistemáticamente, particularmente lesiones intracraneales, neoplasias o miastenia gravis, que pueden afectar el manejo intraparto y su evaluación debe ser realizada por imágenes neurorradiológicas (tomografía simple y/o resonancia magnética).</p><h4>Conclusión:</h4><p>La parálisis del nervio abducens como manifestación de un desorden hipertensivo del embarazo es rara. La evaluación inicial debe incluir pruebas de laboratorio e imagenológicas que excluyan otras enfermedades subyacentes serias. El pronóstico de recuperación es bueno y en todos los casos la resolución se alcanza sin tratamientos específicos.</p>

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Caso clínico: Parálisis del nervio abducens en hipertensión gestacional

Una mujer de 28 años, con obesidad e hipotiroidismo y en embarazo por lleva  dos días con hipertensión arterial. Descubra más aquí.