El uso de la mascarilla es algo más que un accesorio universal para protegerse, representa el cuidado por el otro, la aceptación de tiempos difíciles e incluso la libertad de poder socializar frente a frente. Las marcas que el uso prolongado de tapabocas han dejado en el personal médico no son sólo físicas, y la reflexión sobre el simbolismo que puede darse a un objeto como éste, resulta ser un nuevo símbolo de esperanza.De diferentes tipos, colores y materiales, el barbijo, mascarilla o tapabocas se ha convertido en un accesorio universal para la protección de las vías respiratorias; al inicio de la pandemia, se consideraba prudente que sólo quienes estuviesen con síntomas respiratorios debían usarlos, sin embargo, todo cambió cuando el director del programa de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó el empleo de las mascarillas (incluyendo las de tela), como respuesta a la enfermedad.Aunque, para los profesionales en salud fuese un implemento cotidiano, el tapabocas se convirtió en un implemento imprescindible en todas las personas del planeta; hacer uso correcto de mascarilla, está directamente relacionado con una actitud prosocial en la pandemia, pues este artículo que se usa en la cara ha evolucionado a través de los años. Puede ser, que se cuestione la mandatoriedad del mismo por parte de entidades gubernamentales, que colectivos negacionistas tilden de alarmistas a quienes abogan por las campañas promascarilla o insistan en que se trata de una contienda de control social, sin embargo, encontrar las ventajas que tiene hacer uso correcto del tapabocas, desestiman todo tipo de posiciones en contra del mismo.<h3>Al menos 500 años en historia de la humanidad</h3>A pesar de creer que el tapabocas sólo era común entre personal de salud, este adminículo ha acompañado a la sociedad desde hace un tiempo prudente, siendo de gran importancia en otras pandemias y problemáticas ambientales. En el siglo XIV, durante la peste negra, la teoría miasmática de la enfermedad afirmaba que las enfermedades se propagaban a través de aire envenenado (el miasma), y creaban desequilibrio en el cuerpo de una persona; los médicos, cubrían su cara con una sombría máscara de pájaro que llevaba dentro ramilletes de hierbas y plantas aromáticas, aunque éstos médicos buscaban protegerse, la siniestra imagen del individuo que parecía la Sombra de la Muerte creó en el imaginario colectivo la relación entre el cubrimiento de la cara con la enfermedad y el miedo.Del mismo modo sucedió con otro tipo de máscaras, específicamente máscaras de gas que debían usarse durante ante la amenaza de una Segunda Guerra Mundial; la precaución, se tomó ante el conocimiento sobre el uso de gas cloro y gas mostaza durante la Gran Guerra, al menos en Londres, para 1938 se habían distribuido 35 millones de respiradores para todos los civiles.Otros factores como el smog, hicieron usar a la población artículos con telas que pudieran de una u otra forma filtrar los contaminantes, la suciedad y el polvo en el aire. Cabe resaltar que, durante el brote de influenza de la gripe española, las empresas intentaron frenar la propagación rociando una solución antigripal sobre los vehículos, y efectivamente, pidiendo a sus empleados usaran tapabocas.Según un relato de la BBC, en la revista Nursing Times de 1918, se incluyó una descripción de cómo las hermanas del hospital St Marylebone Infirmary en North Kensington, Inlgaterra, instituyeron particiones desinfectadas entre cada cama, además de hacer que cada enfermera, médico y ayudante de sala que entrara en el ala epidémica, usase un tapabocas y  un traje de cuerpo completo.<h3>Usar mascarilla, salva cualquier vida</h3>Los expertos concuerdan en que el uso de tapabocas es una forma de precaución para vacunados y no vacunados, si bien las instrucciones y recomendaciones van modificándose, es importante hacer uso de éste especialmente en espacios cerrados mal ventilados más que en exteriores, donde el riesgo de infección es extremadamente bajo. Hoy en día, la frecuencia de su uso dependerá de la tolerancia y riesgo de salud personal, las tasas de infección y vacunación en la comunidad en la que se encuentre, además de las personas con las que se relacione; estas instrucciones de la OMS también aplican para médicos cuando se encuentran fuera del recinto hospitalario.Las estrategias pactadas para tomar medidas que supriman la transmisión de COVID-19, entre otras condiciones que puedan existir a futuro, necesitan incluir el uso de mascarilla de forma integral, pues no es el único recurso de protección; por sí solas, no han demostrado ser profilácticas en contra de la infección, se necesita acompañamiento del lavado de manos y el distanciamiento social, prácticas ya normalizadas. Es importante reiterar la importancia de seguir usando tapabocas, aunque se encuentre vacunado con esquema completo ya que:<ul><li>Ninguna vacuna es 100% efectiva</li><li>Las vacunas no brindan protección inmediata</li><li>Es posible que las vacunas no impidan propagar el virus</li><li>Las máscaras protegen a personas con sistemas inmunitarios comprometidos</li><li>Las máscaras protegen contra cualquier cepa del coronavirus, la original y las nuevas mutaciones</li></ul><h3>Nacimiento de un símbolo</h3>Seguramente, en el futuro cuando ya no sea necesaria la recomendación o la obligación, considerar usar tapabocas ante un resfriado común no será una idea descabellada para la sociedad, pues la documentación sobre su importancia estará disponible en diversos formatos y espacios de consulta. Hablar sobre usar tapabocas será la forma en la que a pesar de tener alguna condición, una persona puede relacionarse minimizando el riesgo de contagiar y ser contagiado.Finalmente, es importante hablar sobre la ‘cultura del tapabocas’, una apropiación de la obligación mutua y deber cívico que une a varias personas que enfrentan una amenaza en común; la carencia de normas sociales, distancia la reflexión sobre la pandemia no sólo como suceso biológico, sino también como social. El éxito de la sociedad se encuentra en la unión de sus integrantes, que en este caso, usan mascarilla facial para demostrar que están dispuestos a sobrellevar las condiciones que sean necesarias para protegerse a sí mismos y a otros de la enfermedad.Estas intervenciones que pueden ser llamadas paradojas de prevención, brindan un beneficio moderado a los individuos a largo plazo, así como el uso del cinturón de seguridad en un auto, que es del tipo obligatorio según normas internacionales, previniendo muertes en el momento de un accidente, la aceptación del uso de tapabocas conllevará a que cada ciudadano se enfoque en la solidaridad que este símbolo representa, dando una respuesta global a la pandemia basada en el altruismo y la solidaridad.También puede interesarle: <a href="https://www.docred.com/articulos/comportamientos-prosociales-la-cara-amable-de-la-pandemia" target="_self">Comportamientos Prosociales: La Cara Amable de la Pandemia</a>

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El Uso del Tapabocas Como Símbolo de Altruismo y Solidaridad

Un implemento cotidiano en el mundo médico, se convierte en símbolo de la lucha contra la pandemia. Lea más aquí.