En los últimos días la viruela símica ha sido motivo de interés mundial en salud pública. La aparición de brotes en regiones donde la enfermedad es infrecuente preocupa a la comunidad médica mundial, por lo que es importante entender al máximo el comportamiento de esta condición para prevenir sus complicaciones y una eventual diseminación del virus. Aunque no existe tratamiento específico algunos fármacos son prometedores y la evidencia derivada de estudios observacionales permitirá conocer mejor esta patología con el fin de tomar mejores decisiones para su abordaje y prevención

La viruela símica es una enfermedad ocasionada por el virus que recibe el mismo nombre y que se relaciona con el virus de la viruela humana. El primer caso reportado fue en 1970 en África, y desde entonces ha tenido presentación endémica en algunos países de ese continente con casos escasos reportados en otras latitudes. En 2003 se reportó el brote de 47 casos de viruela símica en Estados Unidos debido a importación de animales desde Gambia, los cuales transmitieron el virus a perros que fueron vendidos como mascotas. En otros países como Reino Unido, Israel y Singapur también se han descrito casos importados de esta infección. Clínicamente se caracteriza por fiebre, erupción cutánea y linfadenopatías. Algunas complicaciones incluyen neumonitis, encefalitis y queratitis grave. La mortalidad asociada a esta enfermedad varía entre el 1% y el 10% siendo mayor en niños, individuos con coinfección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y en personas infectadas con cepas más virulentas.No hay tratamiento específico para la viruela símica en humanos. En cuanto a la viruela humana, existen actualmente dos fármacos de administración oral para su tratamiento en caso de un evento de bioterrorismo: brincidofovir y tecovirimat, este último en plan de acceso expandido en la República Central Africana, donde los brotes de este tipo de viruela son comunes. En el Reino Unido esta enfermedad es considerada un evento infeccioso con consecuencias importantes para la salud pública, por lo que el manejo de las personas infectadas y sus contactos es una prioridad. Un reciente estudio desarrollado en ese país describe las características clínicas de 7 pacientes con viruela símica, así como algunas consideraciones sobre la cinética viral y algunas opciones para el tratamiento en humanos. El estudio observacional retrospectivo incluyó pacientes con hallazgos clínicos compatibles y confirmación viral por reacción en cadena de la polimerasa (PCR).<ul><li>De los 7 pacientes incluidos se determinó que cuatro se infectaron fuera del Reino Unido y tres lo hicieron dentro del país. Dos pacientes eran procedentes de Nigeria y uno se infectó durante la atención médica prestada a un individuo portador del virus.</li><li>Todos los pacientes presentaban lesiones cutáneas tipo pápulas, vesículas, pústulas o úlceras y todas fueron positivas para ADN del virus mediante PCR. De las muestras de tracto respiratorio el 100% fueron positivas, mientras que en sangre 6 pacientes presentaron ADN viral y solo 4 tuvieron resultado positivo en las muestras de orina.</li><li>Tres pacientes que recibieron 3 dosis semanales de brincidofovir 200 mg desarrollaron elevación de alanina aminotransferasa (ALT) por lo que ninguno completó el esquema de tratamiento. No hubo asociación consistente entre el número de dosis recibidas del fármaco y los parámetros clínicos o virológicos durante el seguimiento.</li><li>Dos pacientes presentaron lesiones ulceradas inguinoescrotales persistentemente positivas para la presencia de ADN viral luego de aclaramiento de la viremia y de la curación de las otras lesiones cutáneas, razón por la cual tuvieron aislamiento extendido hasta que las lesiones resolvieron por completo.</li><li>En dos individuos la erupción cutánea resolvió luego de 2 semanas, sin embargo, la detección del ADN viral en sangre y muestras de tracto respiratorio se mantuvo hasta 45 a 48 días después del inicio de la enfermedad.</li><li>Un paciente presentó linfadenopatías inguinales que aumentaron de tamaño luego de su egreso y que se asociaron con pústulas y úlceras localizadas. El paciente permaneció durante un corto período bajo vigilancia hasta que las lesiones cutáneas formaron costras y las muestras repetidas de tracto respiratorio fueron negativas.</li><li>Uno de los afectados presentó malestar general, cefalea, faringitis y lesiones diseminadas en tórax positivas para el virus. Luego de 4 días desde el inicio de síntomas se indicó aislamiento y un curso de tratamiento con tecovirimat por dos semanas (600 mg dos veces al día) con el fin de prevenir complicaciones y reducir el tiempo de estancia hospitalaria.</li></ul>Luego de 48 horas de tratamiento con tecovirimat las muestras de sangre y tracto respiratorio fueron negativas para la presencia de ADN viral, no hubo aparición de lesiones cutáneas adicionales luego de las 24 horas de tratamiento y no se reportaron eventos adversos asociados. Ninguno de los pacientes a quienes se realizaron pruebas serológicas fue positivo para la presencia de anticuerpos tipo IgG e IgM. <h3>Puntos a tener en cuenta</h3>Los resultados obtenidos a partir de este estudio realizado en una pequeña muestra de pacientes tienen como aspectos notables la posibilidad de entender mejor la cinética viral, la evidencia sorpresiva de persistencia del ADN viral a largo plazo y los resultados sobre el uso de antivirales novedosos para el tratamiento de la enfermedad. Brincidofovir: Dado el pequeño número de pacientes en los que fue usado este antiviral es difícil inferir una relación causal entre el medicamento y la evolución de la enfermedad. Los resultados obtenidos en términos de reducción en la carga viral no fueron duraderos o consistentes entre los pacientes y se desconoce si la administración más temprana del fármaco o su uso a dosis diferentes pueda llevar a mejores desenlaces. Tecovirimat: Su uso está basado en evidencia derivada de modelos animales y datos sobre seguridad comprobada en humanos. El objetivo de administrar este antiviral es prevenir la progresión a enfermedad severa y la duración de la estancia hospitalaria. En el paciente en quien se administró tecovirimat se logró establecer una relación temporal entre el uso del fármaco y la respuesta positiva clínica y virológica, sin embargo, no es posible decir con certeza que este resultado sea gracias al tecovirimat. La evidencia disponible sugeriría que un esquema de tratamiento de 5 días es suficiente para lograr respuesta clínica. Niños: Se ha descrito mayor frecuencia de complicaciones y de mortalidad en niños con viruela símica en comparación con adultos. El uso de algunos fármacos antivirales novedosos no ha sido aprobado para uso en niños menores, por lo que las alternativas de tratamiento son reducidas y suelen requerir un seguimiento multidisciplinario estricto para reconocer tempranamente los signos de potenciales complicaciones y poder actuar oportunamente. Profilaxis post-exposición: Algunas vacunas modificadas (Ankara) están indicadas en los primeros 4 días luego de exposición al virus como profilaxis, aunque puede considerarse su uso hasta en un tiempo máximo de 14 días post-exposición. Tecovirimat no está aprobado para esta indicación, sin embargo, actualmente se encuentra en trámite una solicitud para extender su licencia de uso. Cinética viral: Existen pocos datos acerca de la cinética viral de la viruela símica en humanos. Basado en este estudio se observó que la tasa de positividad de las pruebas PCR en sangre y muestras respiratorias fue similar a las encontradas en modelos primates no humanos de infección por viruela humana y viruela símica. Se ha establecido que la infectividad de persona a persona se mantiene hasta que todas las lesiones están cicatrizadas, no obstante, la infectividad de los pacientes con muestras positivas de tracto respiratorio permanece sin conocerse, por lo que priorizar su estudio tendría importantes implicaciones relacionadas con el uso de recursos en salud, seguridad del paciente y prevención de la transmisión. Recaída: Uno de los pacientes presentó recaída clínica y virológica de la enfermedad luego de una relación sexual lo cual puede sugerir la existencia de reservorio genital del virus como se ha reportado con otros agentes patógenos, sin embargo, se requiere investigación adicional donde además se aporte a la evidencia la evaluación de la presencia del virus en líquido seminal. Comentario editorial: Aunque la viruela símica es una enfermedad con una baja tasa de letalidad y de presentación escasa en nuestro medio, no estamos exentos de tener brotes periódicos del virus en regiones en donde no estamos acostumbrados a su presencia o no conocemos la enfermedad. Con el brote actual se debe crear conciencia en los profesionales de la salud acerca de los signos y síntomas tempranos de la enfermedad para su reconocimiento temprano y la adopción de medidas de aislamiento que impidan la diseminación del virus. Además, con una mayor visibilización del problema que afecta a poblaciones menos favorecidas en África, se podría avanzar en el estudio de alternativas terapéuticas accesibles a regiones en las que la circulación del virus entre humanos es alta.

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Serie de Casos: Viruela Símica en Reino Unido

Los reportes de caso ayudan a describir el comportamiento de algunas enfermedades. Conozca acá algunos casos sobre viruela símica en Reino Unido. 