La falta de sueño que acompaña las largas jornadas laborales es frecuente en los cirujanos. El impacto de la fatiga aumentada en su habilidad clínica, tanto cognitiva como quirúrgica, es importante ya que puede tener consecuencias nefastas en los pacientes. A continuación, se muestra un estudio que evalúa el impacto de la privación de sueño en la habilidad clínica del cirujano.

El descanso y la adecuada calidad de sueño son fundamentales en muchos escenarios. La privación de sueño está directamente relacionada con la fatiga, y esta última se asocia con una reducción en la habilidad de realizar actividades cognitivas y manuales, lo que crea una brecha significativa entre el tiempo laboral y el necesario para el descanso.1 Las especialidades quirúrgicas son altamente demandantes. Se caracterizan por largas jornadas laborales con muy baja cantidad de sueño o de tiempos de descanso. En este sentido, organizaciones internacionales como el Concejo de Acreditación para Médicos en Posgrado y las directivas europeas del tiempo laboral (EWTD 2003/88/EC) han limitado el número de horas continuas que un médico puede trabajar semanalmente. Sin embargo, el 40% de los galenos en Estados Unidos aún trabaja en promedio 80 horas semanales, lo que sobrepasa en exceso estos límites.1,2La privación de sueño podría tener una repercusión enorme en la habilidad diagnóstica y quirúrgica de los cirujanos. Hasta el momento, la evidencia es contradictoria; alrededor del 70% de los estudios publicados al respecto no establece un impacto negativo en la habilidad quirúrgica, y no se ha registrado un aumento en el número de complicaciones posoperatorias o de mortalidad perioperatoria.1,2Por otra parte, algunos estudios han reportado un sinnúmero de situaciones negativas derivadas de la privación de sueño en la práctica clínica, como menor certeza diagnóstica, aumento de los errores médicos y, en general, reducción de la habilidad clínica en un 32%. De hecho, la hipersomnia diurna tras una guardia nocturna es equivalente a un nivel de alcoholemia de 0.04-0-05 g%.1,3Por lo anterior, un grupo de estudio irlandés se propuso explorar el estado actual de la privación de sueño en los cirujanos y el impacto en su habilidad clínica, tanto cognitiva como quirúrgica, además de identificar las variables demográficas que pueden mitigar el impacto negativo de la fatiga en los cirujanos.1<h3>Diseño del estudio</h3>El estudio se realizó en un solo centro con cirujanos que trabajan más horas de las sugeridas a la semana, bien sea durante 5 noches consecutivas de turno o bien en jornadas de 24 horas cada dos días. Los participantes se reclutaron entre septiembre 2019 y febrero 2020, con un promedio de 4 semanas entre el reclutamiento y la evaluación final.1Se excluyeron los cirujanos con algún evento físico mayor reciente que requiriera intervención médica, ya que esto podría afectar sus niveles basales de fatiga. Tampoco se tuvieron en cuenta a quienes no completaran en su totalidad los turnos programados. El grupo control estuvo conformado por fisioterapeutas de la misma institución.1La evaluación objetiva del sueño se hizo mediante electroencefalograma tanto al iniciar la jornada laboral como al finalizar el turno. Adicionalmente, se utilizaron varias escalas para evaluar la calidad de sueño, los niveles de fatiga e hipersomnia diurna, el rendimiento cognitivo y las habilidades manuales quirúrgicas.1 También se consideraron otras variables como la curva de aprendizaje (no es lo mismo considerar a los residentes o estudiantes que a los cirujanos experimentados), el ciclo circadiano y el consumo de cafeína.1Los datos fueron analizados con estadística no paramétrica debido al tamaño de la muestra y la heterogeneidad de la misma.1<h3>Principales hallazgos</h3>Se reclutaron 20 participantes en total, 75% hombres, casi la mitad con menos de 5 años de experiencia quirúrgica tras recibir el título de especialistas y en su mayoría menores de 30 años.1En promedio, se reportó una pobre calidad de sueño de acuerdo con las escalas previamente mencionadas, con una media de 6.6 horas de sueño diarias y 245 minutos de sueño profundo restaurador.1En cuanto a la latencia del sueño, al electroencefalograma le tomó aproximadamente 360 segundos registrar alguna fase del sueño en el personal de guardia, mientras que en el posguardia le tomó 164 segundos.1La fatiga no fue la excepción. En estado posguardia se reportaron niveles más altos de fatiga que al iniciar la jornada laboral. En la parte motriz, tomó más tiempo completar las actividades como enhebrar una aguja en el posturno.1Este estudio demuestra de manera objetiva que existe una privación del sueño entre los cirujanos. Esto se evidencia no solo en las escalas diligenciadas, sino también en los hallazgos de electroencefalograma, ya que tiempos cortos de latencia de sueño sugieren hipersomnia, la cual puede tomarse como marcador indirecto de fatiga.1La falta de energía, la debilidad, la dificultad para concentrarse, los problemas con el cansancio excesivo y la dificultad para iniciar nuevas actividades fueron sentimientos reportados de manera frecuente en la posguardia.1El rendimiento clínico cognitivo se afectó mucho más que el motriz. La atención vigilante fue utilizada como una medida de la habilidad cognitiva de los cirujanos, y su comportamiento fue similar al evidenciado en otros estudios que apuntan a que el cansancio provoca una gran dificultad para dar abasto cognitivamente en un ambiente tan ajetreado.1Es interesante que la destreza manual no se viera severamente afectada. Esto podría explicarse porque las salas de cirugía son ambientes altamente estimulantes que sopesarían el cansancio y la privación de sueño. Además, el nivel de error técnico fue mucho menor entre los cirujanos con más experiencia, razón por la cual esta variable demográfica específica podría funcionar como factor protector de errores médicos en estados de privación de sueño.1En conclusión, los cirujanos basalmente tienen privación de sueño, y esta aumenta significativamente luego de largas jornadas laborales. La habilidad quirúrgica no se afectó de manera severa en estos estados, pero podría estar relacionada con la experticia del cirujano. Finalmente, las tareas que demandaban alta atención cognitiva fueron severamente afectadas.1De lo anterior podrían derivarse recomendaciones en torno a la distribución de la carga laboral, como dejar las funciones que requieran mayor atención vigilante para las jornadas previas a las guardias, con el fin de garantizar la calidad clínica y la seguridad del paciente.1<h4>Comentario editorial</h4>El descanso es imperativo en todos los seres humanos. En los médicos es fundamental para preservar la habilidad diagnóstica y por ende la seguridad de los pacientes. Reconocer el impacto que tiene la privación de sueño en el ámbito quirúrigico es fundamental para desarrollar sistemas de recuperación efectivos y evitar errores médicos fatales. ¿Qué medidas de descanso adoptaría usted como cirujano para preservar su capacidad diagnóstica?

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Privación de sueño y habilidad clínica en el cirujano

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