El hecho de que los pagos de la industria farmacéutica funcionen principalmente para facilitar la educación continua sobre nuevos fármacos puede parecer tranquilizador, pero quizá no lo sea del todo cuando una de las variables es el grado de precisión de la información o “educación” suministrada. Pero ¿qué evidencia permite confiar que esto sea cierto en la práctica? Sin importar cómo se aborde, es preferible que sean estos objetivos en vez de otros, no tan bien intencionados, los que aproveche la industria.

La relación financiera entre profesionales de la salud y la industria farmacéutica es un fenómeno cada vez más común.1,2 Tan solo en los Estados Unidos, en 2019, el valor total de los pagos a los médicos, directos y en especie, por parte de la industria, superó los 2000 millones de dólares.1Estos pagos han sido objeto de un sinnúmero de críticas dada la <a href="https://www.docred.com/articulos/ar-avances-terapia-carcinoma-urotelial-alto-grado" target="_self">posible influencia de los intereses comerciales de la industria</a> en la prescripción de algunos medicamentos menos innovadores y de menor valor clínico, ya que la investigación en este campo ha demostrado que recibir dinero de la industria afecta los hábitos de prescripción.1La oncología, por supuesto, no es ajena a este fenómeno:1 de cada tres oncólogos clínicos, dos reciben pagos de la industria cada año.1 Este pago suele ser más alto que lo que podría recibir un especialista en la mayoría de los otros campos de la medicina,1,2 lo que puede atribuirse al alto costo de los tratamientos.2<h4>Pero ¿cómo afecta esto la calidad de la prescripción?</h4>Estudios sugieren que la preocupación sobre la influencia en la conducta médica también aplica en oncología. Por ejemplo, recibir dinero por parte de la industria se asocia con una mayor prescripción de nilotinib sobre imatinib para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica, a pesar de:1<ul><li>mayor costo del nilotinib,</li><li>mayor incidencia de toxicidad grave.</li></ul>Comprender qué medicamentos son los más promovidos a través de pagos y cómo estos pagos cambian con el tiempo arrojaría luz sobre el panorama cambiante de la práctica oncológica y la posibilidad de que estos pagos afecten la calidad de la atención,1,3 pues la industria farmacéutica asegura que solo satisfacen una necesidad de educación médica.1Pero ¿será esto cierto? En ausencia de pagos por parte de la industria, ¿sería mucho más difícil satisfacer este supuesto vacío en la educación médica sobre nuevas opciones terapéuticas? En realidad, no se ha evaluado a profundidad si estos pagos a los médicos se distribuyen de forma tal que faciliten la función formativa.1-3<h3>¿Qué dice la literatura?</h3>Mitchell et al. evaluaron si la distribución de los pagos por medicamentos oncológicos era consistente con un propósito educativo, e intentaron probar dos hipótesis:1<ul><li>Primero, estos pagos deberían ser proporcionales al número de médicos que prescriben.</li><li>En segundo lugar, como la necesidad educativa es mucho mayor en el momento de la entrada de un medicamento al mercado, los pagos deberían disminuir con el tiempo.</li></ul>Sorprendentemente, los hallazgos reportados por los autores probaron ambas hipótesis.1 Encontraron que el aumento en los pagos se podía justificar por nuevas moléculas, algo consistente con una (también nueva) necesidad educativa entre los oncólogos,1 como se pudo observar con las <a href="https://www.docred.com/noticias/nt-esmo-2023-enfortumab-vedotin-mas-pembrolizumab" target="_self">inmunoterapias aprobadas antes de (o durante) 2014 (específicamente, nivolumab y pembrolizumab)</a> que explicaron bien este incremento.1Otros resultados de este estudio también sugieren que la industria realiza una mayor inversión en promocionar los medicamentos más rentables.1 Sin embargo, los autores no encontraron evidencia de esta asociación.1 Los pagos no parecían estar impulsados por los ingresos/médico, mientras que una parte de la varianza sí se explicaba por el número de médicos prescriptores.1Lo anterior, y el hecho notable de que los pagos disminuyeron en los años posteriores a la aprobación de cada medicamento, parece consistente con la explicación de que la intención de la industria para realizar los pagos es más una cuestión educativa:1 la necesidad de educación es mayor, naturalmente, poco después de su aprobación.1Se debe subrayar que, si bien esta observación es coherente, no prueba la hipótesis.1 Se asume que si los pagos de la industria fueran para fines no educativos (únicamente para marketing y aumento de la prescripción), entonces permanecerían estables en el tiempo pues persistiría la capacidad de promover la prescripción a través de mercadeo.1<h4>La otra cara de la moneda</h4>Que estos pagos funcionen principalmente para facilitar la educación sobre nuevos fármacos parece tranquilizador, pero quizá no lo sea del todo.1 La información proporcionada a los médicos por parte de la industria farmacéutica a menudo contiene información “imprecisa”,1 y no es claro hasta qué punto está realmente alineada con un beneficio para el paciente.1Es probable que el pago que reciben los oncólogos por parte de las farmacéuticas funcione como un conjunto de “fichas de dominó”. La primera “ficha” (la que acciona a las demás) está representada por los esfuerzos de la industria por educar continuamente acerca de nuevas moléculas. Sin embargo, esto implica una serie de elementos sucesivos.Sin importar cómo se aborde, es preferible que sean estos objetivos en vez de otros, no tan bien intencionados, los que aproveche la industria farmacéutica y que afectarían la respuesta clínica de los pacientes.<h3>Conflicto de intereses (CDI) en oncología</h3>Algunos especialistas oncólogos también reciben pagos por dar conferencias, consultorías o escribir artículos para la industria;2 por tanto, el CDI también hace parte del “efecto dominó”. Es necesario que médicos e industria farmacéutica gestionen bien su CDI;2 además, instituciones educativas, sociedades científicas y editores exigen cada vez más su divulgación.3Los editores de revistas sobre oncología, por ejemplo, pueden influir en la difusión de la evidencia científica.3 Sin embargo, la prevalencia y la naturaleza de este tipo de pagos todavía no están bien caracterizadas.3 Algunos estudios señalan que los equipos editoriales de revistas importantes están íntima y desproporcionadamente vinculados a la industria.3Las revistas de alto impacto suelen contar con un mayor número de lectores y de credibilidad y publican más estudios que <a href="https://www.docred.com/guias/gi-uspstf-tamizaje-cancer-colorrectal" target="_self">pueden modificar la forma en la que se ejerce la oncología</a>.3 Como el CDI afecta la confianza de los lectores y, en consecuencia, la traducción de la investigación a la práctica clínica, se debe promover la transparencia editorial.3Comentario editorialLa oferta de incentivos por parte de la industria farmacéutica involucra varias actividades en los médicos; la evidencia respalda que estas actividades tienen como ejes: 1) el propósito de educación continua, y 2) el compromiso de no maleficencia con una población particularmente vulnerable.

Interés general

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Efecto dominó: pagos a médicos oncólogos por parte de la industria

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