El término doctor se empleó para designar al especialista en medicina a finales del siglo XVII. En la actualidad, la Real Academia Española (RAE) emplea esta palabra para el galeno o para el experto de cualquier técnica terapéutica. Sin embargo, algunos estudios muestran que existen pacientes que se refieren al profesional por su primer nombre, en especial si se trata de una médica o de un profesional de atención primaria. Esto perjudica a los trabajadores de diferentes formas, por ello, es importante que las instituciones creen intervenciones de apoyo para abordar esta situación.

La palabra doctor proviene del latín docere que significa “profesor” o “docente”. Aunque fue utilizada en un principio para referirse a los apóstoles y primeros evangelizadores, con el tiempo y la expansión de la universidad como instituto, el término pasó a ser característico de la relación entre estudiante y docente.1 La literatura señala que este vocablo es uno de los más antiguos del español. Sin embargo, también existe en inglés (doctor), francés (docteur), italiano (dottore), portugués (doutor), alemán (doktor) y con algunas variantes en otros idiomas.1 Hacia 1462 apareció el primer registro en español de “doctor”, que hacía referencia a “título universitario”, pero no fue sino hasta finales del siglo XVII que se empleó para describir al especialista en medicina. De hecho, fue utilizado como sinónimo de médico al final del Barroco o la Edad Moderna.1De acuerdo con la RAE, doctor es “el médico u otro profesional especializado en alguna técnica terapéutica, como el dentista, podólogo, etc.”. Sin embargo, también se utiliza para designar el grado académico universitario más alto, el cual requiere la superación previa de la maestría en gran parte de los países occidentales.2 <h3>¿Cómo llaman los pacientes a sus médicos?3</h3>Los pacientes suelen referirse a los médicos como “doctores” durante la relación con el médico, como símbolo de respeto y por las normas sociables establecidas. Sin embargo, una encuesta publicada en JAMA señala que alrededor de una cuarta parte de esta profesión es llamada por su primer nombre (de pila) y el 61% reporta molestias por esto. Estudios señalan que las etiquetas de identificación de “doctor” se asocian con médicos y médicas subrepresentados que experimentan menos episodios de sesgo por identificación errónea. Por esta razón, una investigación reciente y publicada en JAMA evaluó los factores que conducen a los pacientes a dirigirse de cierta forma a los galenos por mensajería electrónica. Para el estudio, los autores definieron el saludo formal como “Dr. (o Doctor) Apellido” o “Dr. Nombre y Apellido”, el cual se comparó entre mujeres y hombres. Se recibieron 90,830 mensajes de 34,829 pacientes y los resultados mostraron lo siguiente:<ul><li>Se registraron mensajes a 1092 médicos, de los cuales 52% eran mujeres.</li><li>Las médicas tenían más del doble de probabilidades que los hombres de ser llamadas por su primer nombre. </li><li>Los especialistas en medicina osteopática y los médicos de atención primaria tenían casi el 50% más de probabilidades de ser citados por su nombre de pila. </li></ul><h3>¿Cómo impacta la forma de dirigirse a los médicos?3</h3>El patrón de llamar a los profesionales según género, grado y/o especialidades es una forma de sesgo. Investigaciones encuentran que durante rondas o reuniones es menos probable que las médicas sean abordadas con el título profesional completo cuando son presentadas por hombres. La destitulación –no emplear el título propio de un profesional– impacta de manera negativa a los médicos, ya que se percibe como irrespetuoso y minimiza la formalidad de la relación médico-paciente o del lugar del trabajo. Los esfuerzos individuales de líderes y autoridades administrativas deben enfocarse en promover culturas de apoyo, con especial atención para abordar estos sesgos inconscientes. Parte de las intervenciones incluyen pautas formales, cambios en la práctica, educación directa del paciente y mayor investigación para evaluar otras áreas de sesgo.<h4>Comentario editorial</h4>Existe una delgada línea en la forma en que un paciente se dirige a su médico. Si bien somos profesionales destinados a servir con humanidad, empatía y respeto, también esperamos recibir lo mismo. La ardua y larga carrera médica nos confiere un título que deseamos sea valorado, en especial para las médicas y los profesionales de atención primaria, que parecen ser los más afectados por esta situación. ¿Qué estrategias propondría para visibilizar este escenario de una forma humilde y respetuosa con los pacientes? ¿Prefiere ser llamado médico(a), doctor(a) o con su nombre de pila?

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Médico(a), doctor(a), señor(a) o nombre de pila, ¿cómo deberíamos ser llamados?

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