La formación clínica nos ha enseñado el concepto de salud como el estado de bienestar físico, psicológico y social, y ha quedado como parte de un sinnúmero de criterios diagnósticos, puntuaciones, escalas de medición. Pero este concepto omite (a veces parcialmente y a veces de forma más trascendental) el sustrato humano de las personas que tratamos y el de nosotros mismos. La dimensión espiritual, la satisfacción con la historia de vida, con los proyectos logrados, y la resiliencia hacia los no logrados pueden ser la clave de un envejecimiento exitoso y no solo saludable.

El envejecimiento como fenómeno biológico produce bastantes cambios fisiológicos que se consideran inevitables1 y que pueden deteriorar la salud global del adulto y su calidad de vida.2 Ciertas enfermedades, en cambio, sí podrían evitarse a partir de algún punto en el proceso de envejecimiento (incluso las históricamente asociadas a la edad). En la mitad del último siglo se han intentado crear o modificar varias definiciones al interior del envejecimiento mismo: ¿cuándo se es viejo?, ¿cómo se envejece?, ¿es posible “envejecer mejor”? Estas definiciones son el punto de partida de otras mucho más recientes y robustas como la de envejecimiento saludable y su papel en el envejecimiento exitoso.<ul><li>Desde que Havighurst, un científico inglés experto en desarrollo humano, introdujo en 1961 el término “envejecimiento exitoso” en el primer número de The Gerontologist,3 se ha debatido sobre si este constructo se debe basar en una perspectiva objetiva o subjetiva y si es posible predecir un envejecimiento exitoso. Al respecto, uno de los mayores desafíos ha sido separar el envejecimiento, marcado por el paso del tiempo,3 del envejecimiento exitoso.3</li></ul>Pero no todas las personas mayores sufren de enfermedades relacionadas con la edad. Algunos “grandes gerontes” han logrado retrasar el proceso de envejecimiento y vivir incluso más de cien años, es decir, hasta los límites de la vida humana.1 En estas personas se ha encontrado una gran cantidad de moléculas antiinflamatorias y un equilibrio dinámico entre los niveles proinflamatorios y antiinflamatorios, equilibrio que ha sido exhaustivamente analizado en los estudios de inmunosenescencia.1<ul><li>El ejercicio aeróbico de toda una vida en los atletas profesionales ha demostrado beneficios en la salud músculo-esquelética.2 En esta población se ha encontrado una capacidad aeróbica máxima ~50% mayor que en los adultos que no hicieron ejercicio y que (hacia sus 70 años de edad) podrían tener valores de capacidad aeróbica similares al percentil 50 de individuos ~30 años más jóvenes.2</li></ul>Hay dos elementos que se han considerado en el desarrollo de un “envejecimiento habitual” dentro del constructo del bienestar físico, mental y social del adulto, para llevarlo hacia un “envejecimiento saludable”: la actividad física regular y la alimentación balanceada. Sus resultados han sido notorios, más o menos consistentes y podrían perdurar en el tiempo, pero poco se habla de lo que le falta a este proceso de envejecimiento saludable para caber en el concepto de envejecimiento exitoso, y menos aún, del papel del profesional de la salud en esta conceptualización.Es claro que, entre más holísticamente comprendemos las definiciones y los mecanismos subyacentes al envejecimiento, más oportunidades tendremos para prevenir y tratar muchas de las condiciones y/o enfermedades relacionadas con la edad.1 Sin embargo, no se trata de crear una puntuación o una lista de chequeo más, para determinar cuándo se es lo suficientemente viejo como para iniciar estas estrategias de prevención, sino de entender el envejecimiento en aras de ofrecer un acompañamiento que verdaderamente se adapte a las necesidades de cada persona y de su entorno.<ul><li>Una definición popular sostiene que el éxito3 es tener:<ul><li>Una baja probabilidad de enfermedad y discapacidad relacionada con la enfermedad.</li><li>Una alta capacidad funcional cognitiva y física.</li><li>Un compromiso activo con la vida, principalmente en lo que respecta a las relaciones interpersonales y productivas.</li></ul></li><li>Estos atributos están indisolublemente ligados a la naturaleza misma del envejecimiento (excepto por la tercera característica).3</li></ul>El momento actual podría ser el adecuado en la historia para entender cómo la satisfacción frente al proyecto de vida personal y familiar y frente a la propia historia de vida, es el elemento restante del “envejecimiento saludable” para considerar un “envejecimiento exitoso”. Este último, el envejecimiento exitoso, antes que marcar una diferencia exclusivamente semántica, debería ser un compromiso del clínico para  abordar la dimensión espiritual en la atención del adulto (a través de consejería, cuidado espiritual o cualquiera otra estrategia).<ul><li>Un estudio de McLaughlin et al. encontró en 2010 que, comparadas con los más jóvenes, las personas de 75 años o más tenían un 70% menos de probabilidades de experimentar un envejecimiento exitoso.3 Esto sugiere la importancia de distinguir el "envejecimiento habitual" del "envejecimiento exitoso" ya que, a pesar de las disminuciones en las características fisiológicas y psicosociales que se desarrollan con el tiempo, algunas personas mayores experimentan una pérdida mínima o incluso nula.3</li></ul>El componente subjetivo del envejecimiento exitoso se ha construido por separado al paso del tiempo.3 Antes de que pueda estudiarse e interpretarse a lo largo del tiempo y entre personas de diferentes edades, resulta muy importante que se demuestre la consistencia en su medición.3 Como se ha dicho, si bien resulta interesante avanzar en el proceso de cuantificación del envejecimiento exitoso con fines investigativos y demográficos, es imperativo iniciar con un enfoque cualitativo desde la atención primaria, que pretenda entender antes que medir y acompañar antes que diagnosticar.Comentario editorialLa evidencia sugiere que un buen estilo de vida (dieta, actividad física, etc.) ayuda a estimular el sistema inmunológico y permite que las personas mayores vivan más tiempo y con más salud. Sin embargo, no le preguntamos al adulto mayor si se siente a gusto con su vida, si tiene una historia qué contar o preferiría haberla complementado de alguna manera. Es importante integrar la dimensión espiritual en lo que conocemos de envejecimiento saludable y darle al paciente la oportunidad de construir un proceso de envejecimiento exitoso. Cuéntenos en los comentarios qué otra característica tendría usted en cuenta a la hora de definir el éxito de toda una vida.

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¿Envejecimiento saludable o envejecimiento exitoso?

Más allá del bienestar biopsicosocial, la satisfacción propia debe formar parte de un envejecimiento sano. Ingrese y lea el artículo completo.