Los profesionales de la salud tienden a verse seriamente afectados por burnout cuando la sobrecarga laboral, la burocracia de las instituciones de salud y las expectativas propias y del paciente junto a sus familiares afectan la eficacia de la atención de los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA). Revisar las expectativas propias y de los demás involucrados funcionará como factor preventivo del agotamiento, así como la insistencia en la identificación temprana de signos y síntomas que lleven al diagnóstico de estas condiciones tan difíciles de manejar en TEA.

Los niños con TEA suponen un reto para profesionales y padres debido a las particularidades del trastorno y las diferencias en cada pequeño; para los médicos enfocados en la atención de TEA (pediatras del desarrollo, neurólogos pediatras, psiquiatras infantiles) y otros profesionales como enfermeros, psicólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, afectarse por burnout está relacionado con una serie de factores como: <ul><li>Expectativas demasiado altas del trabajo </li><li>Expectativas altas de pacientes y familiares </li><li>Limitaciones institucionales </li><li>Percepción de autoeficacia </li></ul>La percepción que los padres tienen frente a la situación, la gravedad del trastorno (es decir, la intensidad de las conductas) y los obstáculos de la atención que no están en control de los médicos y terapeutas, suelen ser temas reincidentes que eventualmente desgastan la estabilidad psicológica del personal médico. <h3>Mediciones de agotamiento profesional</h3>Según un estudio de Behavioral Sciences, las mediciones sobre el agotamiento profesional fueron tomadas gracias al cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI), que revisa 3 grandes dimensiones: el agotamiento emocional, la despersonalización y la realización personal, las 2 primeras son las más comunes para medir el burnout en el trabajador. La investigación demostró que los trabajadores involucrados con niños con TEA sufrían de agotamiento emocional en 62%, despersonalización en 23.7% y, en contraste, realización personal en 76.5%; estos porcentajes hablan de que, a pesar de las dificultades presentadas en un ambiente laboral tan complejo, este trabajo resulta ser gratificante a nivel personal.   Además, los médicos se aquejaron de ciertas condiciones físicas como: frecuencia cardíaca acelerada, extremidades débiles, dificultad para respirar y otros pensamientos intrusivos que son manifestaciones claras de ansiedad; el nivel de estrés en los involucrados con esta población infantil puede aumentar según la gravedad de la condición, pues los comportamientos de cada paciente son diferentes, algunos pueden ser más intensos y agresivos, y es el tiempo prolongado del tratamiento lo que dificulta la terapia. Las consecuencias del burnout pueden resultar en malestar en el profesional y mal desempeño laboral, además de otras preocupantes condiciones de salud como: ideación suicida, depresión y abuso de sustancias. <h3>¿Cómo evitar el agotamiento en la atención a niños con TEA?</h3>En primera instancia, el diagnóstico precoz de TEA facilita mucho el trabajo de los profesionales involucrados, pero esta detección temprana no se logra con frecuencia. Sucede que las características en diferentes aspectos del TEA como la complejidad, heterogeneidad, la elevada comorbilidad y los cambios en los síntomas a lo largo de los años, complican el diagnóstico en la atención temprana. Adicionalmente, la detección y la remisión apropiadas del autismo son obstaculizadas tanto por profesionales como por padres, que asumen que ciertas acciones del menor son causadas por otro tipo de ‘gustos’ del niño y no por la relación con el cuadro clínico. Si bien no existe un algoritmo simple para el tratamiento del TEA, la evidencia insiste en la intervención temprana con énfasis en la educación que fomente las habilidades sociales y comunicativas, acompañadas del apoyo comunitario, que son el principal soporte del tratamiento. El error y la demora en el diagnóstico limita la intervención temprana que es clave para el desarrollo fluido de esta condición; igualmente, la incertidumbre sobre el diagnóstico aumenta la tensión del grupo familiar, lo que afecta más al menor y, eventualmente, dificulta el proceso de los profesionales. En segunda instancia, deben manejarse los factores que se encuentran fuera del alcance del médico, es decir, las expectativas del trabajo con menores necesitan bajar, al igual que las de los pacientes y los familiares, pues para el TEA no existe cura como podrían pensar las personas, pero sí existe un claro manejo del desarrollo del niño que facilitará su vida adulta. También ejercer presión a las instituciones prestadoras de salud para fortalecer programas de promoción y prevención, que alerten a la población sobre cómo identificar cuando existen características relacionadas con el diagnóstico y, finalmente, redireccionar la percepción de la autoeficacia médica hacia estándares realistas en el contexto socioeconómico del paciente y de la entidad en la que se trabaja. A pesar que el TEA sea mal explorado y tardíamente diagnosticado, el seguimiento de los menores desde diferentes disciplinas (psicoterapia, terapia de lenguaje y ocupación, farmacología, entre otras) permite que puedan tener calidad de vida desde temprana edad; es el profesional de la salud que se encuentra tranquilo y en control sobre sus emociones aquel que mejor puede ayudar a su paciente.Comentario Editorial: El miedo al diagnóstico del TEA juega un papel fundamental en la intervención temprana, los padres suelen negar muchas manías de sus hijos por alguna razón; si bien los médicos tardan en diagnosticar este trastorno, el correcto cuestionamiento durante la consulta pediátrica ayudará a que el padre o cuidador del menor detalle aquellas características en el hogar o en el entorno educativo que no ha notado. Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero es importante hacerle ver al familiar del menor que el diagnóstico no es símbolo de un futuro fatalista para el niño y que las diferentes intervenciones le darán ‘ese empujón’ hacia un mejor mañana.

Interés general

Docred

El Agotamiento en la Atención a Niños con Trastornos del Espectro Autista

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