La hipoacusia es un factor de riesgo potencialmente modificable para el desarrollo de demencia en el adulto mayor, además de que viene acompañada de depresión, ansiedad y disminución importante de la calidad de vida cuando no se trata. A continuación, se presenta un estudio en el que se evalúa la plausibilidad del uso de implante coclear en adultos mayores como estrategia de rehabilitación auditiva aunque no exista sordera profunda. 

Los adultos mayores de 65 años componen el 16% de la población total de Estados Unidos. El Instituto de Sordera y otros Desórdenes de Comunicación (NIDCD) de dicho país reportó que un tercio de este grupo poblacional tiene pérdida de la agudeza auditiva y esta proporción se incrementa a dos tercios cuando se trata de adultos de 75 años.1La pérdida auditiva se asocia con ansiedad, depresión, disminución de la sociabilidad, aislamiento y reducción importante de la calidad de vida. Estudios sugieren que la pérdida auditiva no tratada se relaciona con mayor incidencia de morbilidad por eventos cerebrovasculares, depresión y enfermedad cardiovascular cuando se compara con adultos que no la tienen.1,2,Además, los problemas auditivos son un factor de riesgo potencialmente modificable para el desarrollo de demencia. De hecho, la función ejecutiva, la memoria de trabajo y la atención visual mejoran de manera significativa con la rehabilitación auditiva.1,2La literatura reporta una mejoría importante de la calidad de vida en los pacientes que se someten a un implante coclear, sin distinción por género o edad.3A pesar de que la población de adultos mayores de 65 años crece rápidamente, no existen datos completos sobre la utilidad del uso de implante coclear en este grupo poblacional ni tampoco estudios suficientes que reporten la plausibilidad de utilizar esta tecnología en personas mayores de 80 años.1Por lo anterior, un grupo de estudio en Estados Unidos se propuso evaluar los desenlaces posoperatorios tras seis meses de haber practicado implantes cocleares en pacientes mayores de 65 años y su impacto en la calidad de vida.1<h3>¿Cómo se hizo el estudio?</h3>Se evaluaron los desenlaces posoperatorios tras implante coclear en 145 adultos mayores de 65 años entre abril de 2017 y mayo de 2020. Los pacientes se dividieron en tres grupos de acuerdo con su edad, con 53 individuos mayores de 80 años. La edad promedio del implante para todos los grupos fue 77 años.1Tras seis meses del implante, se practicó audiometría, la cual mejoró en un 33%  de los pacientes menores de 80 años y en un 23% de los mayores de 80 años. Ambos resultados fueron estadísticamente significativos.1En cuanto al lenguaje y la discriminación de palabras aun con ruido en el ambiente, los resultados no fueron tan prometedores, aunque sí hubo mejoría tras el implante.1<h3>Discusión</h3>El implante coclear es útil en la recuperación auditiva de los adultos mayores, aun cuando estos no presenten una sordera profunda, lo que aporta evidencia sobre su utilidad en otros rangos de pérdida de la agudeza auditiva.1Se estima que la pérdida auditiva no tratada podría costar hasta 790 billones de dólares anuales alrededor del mundo. Contrastado con el costo de vida y el impacto en salud, es una medida costo-efectiva para el manejo de las pérdidas auditivas de los adultos mayores.1El presente estudio demuestra que los participantes presentaron mejoría clínica significativa en su audición y en su posibilidad de comunicación tras seis meses del posoperatorio. Aunque la edad pareciera obstaculizar estos resultados, tanto los pacientes jóvenes como los mayores de 80 años presentaron mejoría estadísticamente signifiactiva.1Es importante resaltar que seis meses es un tiempo muy corto para evaluar la mejoría tras el implante coclear. Se especula que, si de manera tan temprana se lograron resultados exitosos, la mejoría en la agudeza auditiva tenderá a incrementarse con el tiempo y con la adecuada rehabilitación.1Si bien hubo muy pocos pacientes nonagenarios en el presente estudio, los pocos incluidos en el análisis evidenciaron una recuperación auditiva significativa. Quienes no presentaron resultados satisfactorios tras el implante podrían tener desórdenes en su sistema nervioso central favorecidos por la edad.1Algunas barreras encontradas para el implante coclear en el adulto mayor fueron el miedo por parte del equipo médico y los cuidadores de la cirugía y anestesia general a intervenir en edades tan avanzadas, además del desconocimiento de la posibilidad de realizar un implante coclear a pesar de no tener una sordera profunda. La evidencia actual demuestra que la cirugía de implante coclear es segura y efectiva en el adulto mayor.1<h3>Conclusiones</h3>El tratamiento de la pérdida auditiva es importante pues está ligado a la mejoría en la salud mental de quienes la padecen. Mejora la sociabilidad, la motivación personal, la autoestima y, por supuesto, la calidad de vida. Además, detiene el deterioro cognitivo asociado a la pérdida auditiva severa. El implante coclear, en definitiva, aporta calidad de vida significativa incluso a los pacientes nonagenarios.1<h4>Comentario editorial</h4>La hipoacusia es muy frecuente en el adulto mayor. Este artículo permite conocer el impacto de la misma en la calidad de vida de los pacientes, su asociación a la enfermedad mental y su papel en el desarrollo progresivo de demencias. Reconocer que es posible realizar implante coclear a este grupo poblacional, le permite al galeno tener presente la necesidad de remitir a estos pacientes de manera temprana a otorrinolaringología, para hacer los estudios respectivos y tratar cuanto antes esta condición.

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La hipoacusia y el envejecimiento no tienen que ser sinónimos

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