Múltiples mecanismos se han desarrollado en los últimos años para tratar el estrés y demás alteraciones emocionales que generan cambios físicos y psicológicos en las personas. Recientes investigaciones sugieren la práctica de yoga como una terapia altamente efectiva para tratar el estrés. Un estudio científico  publicado hace poco evaluó los niveles de estrés en una población seleccionada luego de practicar Kripalu yoga por un período de año y medio.  Los resultados arrojaron que una práctica de yoga bien orientada puede generar cambios significativos en los valores de estrés de las personas.

El estrés es uno de los principales sentimientos generados en la mayoría de la población a nivel mundial. Existen múltiples factores tanto físicos como emocionales que lo pueden generar, por lo que se han realizado investigaciones científicas para desarrollar y evaluar mecanismos que logren estabilizar sus niveles. Una de las herramientas que se han investigado en los últimos años es la práctica del yoga mediante la comprensión de su funcionalidad para que pueda ser usado como tratamiento alternativo al optimizar las intervenciones físicas y mentales toda vez que se generan buenos resultados.1Un estudio científico evaluó los niveles de estrés de un grupo conformado por 42 participantes, en su mayoría mujeres (62%), mediante 3 encuestas a partir de la escala de estrés percibido (EEP), las cuales fueron realizadas cada 4 semanas (T1, T2, T3) para evaluar el progreso de las personas al practicar yoga, y poder determinar si esta práctica generó o no beneficios.1Los científicos usaron una de las subcategorías del yoga, el “Kripalu yoga”, el cual estuvo fundamentado en cinco pilares: conciencia, conciencia interoceptiva, bienestar espiritual, autocompasión, y autocontrol.1 Esta práctica permitió que las personas con altos niveles de estrés pudieran trabajar de forma articulada con su cuerpo y mente para lograr estabilizar la sensación y continuar con sus actividades de forma tranquila. Para este estudio se aplicaron unos criterios de exclusión en la selección de la población, como aquellos que realizaran algún tipo de actividad física durante más de 180 minutos a la semana, tuvieran una dieta balanceada con frutas y verduras, hubiesen sido diagnosticados con algún trastorno psiquiátrico o alimenticio, con experiencia en yoga, que estuviesen medicados con fármacos para el apetito, o que tuviesen condiciones médicas que limitaran la realización de actividad física. Luego de la aplicación de las tres encuestas y de la evaluación comparativa de los resultados, los autores determinaron que hubo valores significativos en la reducción de estrés. Las pruebas determinaron si las variables diferían entre T1 y T2, T2 y T3, T1 y T3. En promedio, de T1 a T3 se disminuyó la reactividad al estrés. Todos los mecanismos psicosociales aumentaron de T1 a T3, con cambios de T2 a T3, a excepción de la autocompasión. Los aumentos en cada mecanismo se asociaron con las disminuciones en ambas medidas de estrés entre T1 y T2 y disminuciones en el estrés percibido de T1 a T3, exceptuando el autocontrol.1Los autores concluyeron que la práctica de yoga como terapia antiestrés funcionaba siempre y cuando la dirección de ésta estuviese enfocada en el objetivo y requerimientos de la persona, por lo que recomendaron la realización de estudios más grandes para investigaciones más rigurosas. Comentario editorial Siendo el estrés una sensación que abarca a la mayoría de población a nivel mundial, se requiere de nuevas herramientas que permitan disminuir los valores de éste en las personas. El yoga es uno de los mecanismos alternativos últimamente usados, ¿Cree usted que este tratamiento realmente funcione?

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Yoga como Terapia Antiestrés

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