Aunque no se conoce bien la prevalencia del sangrado uterino anormal (SUA), se estima que afecta al menos a 1 de cada 4 mujeres en edad reproductiva. Puede incluir sangrado menstrual abundante (SMA) y hasta hace poco se utilizaban muchas definiciones y clasificaciones diferentes. En 2011, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) publicó dos sistemas y un conjunto de recomendaciones para ayudar a médicos e investigadores a interpretar los resultados de la literatura y a proveer atención clínica de calidad y basada en evidencia.

El SUA es común entre las mujeres en edad reproductiva1, 2 y comprende varios síntomas: frecuencia anormal del sangrado, SMA, sangrado prolongado, etc.1 Impacta los aspectos físicos y emocionales de las pacientes y afecta su calidad de vida.2, 3 No se conoce bien su prevalencia, pues muchas mujeres normalizan los síntomas, no acuden a sus servicios médicos o los profesionales consideran estos síntomas como "normales", aunque se estima que afecta al menos a 1 de cada 4 mujeres.1 Además, se utilizan definiciones diferentes para abordarlo.3<h3>¿Cómo se emplea la terminología?</h3>Hasta la última década, <a href="https://www.docred.com/guias/gu-evaluacion-radiologica-sangrado-uterino-anormal-revision-2020-1" target="_self">la terminología utilizada para describir el sangrado normal, el SUA y las causas subyacentes era inconsistente</a>, lo que generalizó el uso de palabras mal definidas.1 En el pasado, esta circunstancia dificultó la docencia y la gestión clínica y representó un reto para el diseño e interpretación de investigaciones sobre trastornos menstruales.1, 2Descartar varios términos relacionados con estos trastornos (menometrorragia, metrorragia, polimenorrea) beneficiaría a médicos e investigadores.3 Desde la admisión, los profesionales registran el historial de la paciente y el volumen (abundante, normal o ligero), la regularidad (irregular, regular o ausente), la frecuencia (frecuente, normal o infrecuente) y la duración (prolongada, normal o corta) de los episodios menstruales, pero cada término podría interpretarse de forma diferente en todo el mundo.3<h3>Perspectiva histórica</h3>Se cree que el término "menorragia" fue utilizado por primera vez por William Cullen, profesor de física de la Universidad de Edimburgo, en el siglo XVIII.1 Aparece en su texto de conferencias para estudiantes de medicina.1 Uno de los primeros usos fue en un discurso en latín escrito por uno de sus alumnos y se atribuye a Cullen.1 Proviene del griego mene, que significa “luna”, y de regnumi, “estallar”, “soltar” o “romper”, y alude a un sangrado repentino y severo.1Entre finales del siglo XIX y principios del XX se empezaron a reconocer las causas del SUA.1 Con la llegada de la anestesia, las evaluaciones histológicas y la radiología, estas causas se hicieron más evidentes.1 El confuso término “sangrado uterino disfuncional” (SUD) no apareció sino hasta la década de los treinta, cuando se empezaron a considerar las posibles etiologías del SUA en un grupo de mujeres que no presentaban una patología pélvica reconocible.1<h3>El problema con la terminología tradicional</h3>Existe una confusión considerable en la literatura médica al describir el <a href="https://www.docred.com/noticias/noticia-medica-impacto-de-las-vacunas-contra-covid-19-en-el-ciclo-menstrual" target="_self">sangrado normal, los síntomas del SUA y distinguir esos síntomas de la etiología</a> subyacente.1 En el pasado (aunque también ahora) términos como SMA y SUA, y anteriormente, menorragia y SUD, se han utilizado para indicar un síntoma y un diagnóstico,1 lo que puede afectar negativamente el diseño y la interpretación de las investigaciones y, por lo tanto, la atención clínica.1, 2Parece que "menorragia" se empleó para describir alguna forma de sangrado menstrual, abundante o prolongado, pero no existía una definición clara.1 Woolcock et al. revisaron 100 artículos publicados entre 2000 y 2006 donde aparecía el término en el título.1 El análisis sugirió que 1 de cada 5 autores lo usó para referirse a un diagnóstico y no a un síntoma y casi el 75% empleó un adjetivo calificativo después (idiopática, esencial, etc).1<h3>Evolución de la terminología</h3>Lograr un consenso internacional ha sido un proceso de varias etapas.1 El primer resultado fue un sistema que definía tanto el sangrado normal como el anormal con términos simples.1 Luego, el proceso evolucionó para incluir un segundo sistema que clasifica las posibles causas del SUA y se denominó PALM-COEIN.1 En 2011, los dos sistemas se presentaron juntos en un documento de la FIGO que se actualizó en 2018, después de un riguroso proceso de revisión.1<h3>Los dos sistemas FIGO-SUA</h3>En 2011, tras reconocer la necesidad insatisfecha, la FIGO publicó dos sistemas y un conjunto de recomendaciones para ayudar a médicos e investigadores en la interpretación de la literatura y en la provisión de atención clínica basada en evidencia.1 En 2012, respaldó estos sistemas y creó un comité permanente de trastornos menstruales.1 La actualización más reciente se publicó en 2018, donde se utilizaron las contribuciones del comité y de epidemiólogos, ginecólogos y otros expertos del mundo, entre 2012 y 2017.1<h3>Terminología y definiciones (sistema 1)</h3>Este sistema describe el SUA, en general, para las alteraciones en uno o más aspectos de la menstruación (frecuencia, regularidad, duración y volumen del sangrado, incluido sangrado intermenstrual [SIM]),1 y puede subdividirse en:1<ul><li>SIM de mitad de ciclo: pequeño sangrado alrededor de la mitad del ciclo. Puede ser fisiológico debido al nadir de estradiol circulante.1</li><li>SIM pre o posmenstrual: se presenta al comienzo (fase folicular) o al final (fase lútea) del ciclo, a menudo como sangrado leve de uno o más días.1</li><li>SIM acíclico: cuando el sangrado no es predecible.1</li></ul><h3>Causas (sistema PALM-COEIN o sistema 2)</h3>Describe las causas subyacentes o contribuyentes a los síntomas del sistema 1.1 Son nueve categorías, organizadas según el acrónimo (en inglés) de pólipo, adenomiosis, leiomioma, malignidad e hiperplasia, coagulopatía, disfunción ovulatoria, <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-endometriosis-riesgo-accidente-cardiovascular" target="_self">trastornos del endometrio</a>, iatrogenia y lo no clasificado de otra manera.1, 2 Desde la publicación original, la categoría “N” cambió de "todavía no clasificado" a "no clasificado de otro modo", y así se reconoció que algunas entidades pueden no encajar en una categoría específica.1Los componentes del acrónimo PALM son generalmente entidades estructurales que pueden evaluarse o medirse con alguna combinación de técnicas de imagen e histopatología. El grupo COEI, por su parte, comprende entidades que no están definidas por imagen o histopatología (no estructurales).1, 2 Esta clasificación es un sistema útil, clínica e histopatológicamente, ya que la identificación adecuada de una categoría ayuda a optimizar el tratamiento.2<h3>Finalmente</h3>Estos sistemas están diseñados para describir los síntomas menstruales (sistema 1) y categorizar las posibles causas (sistema 2) del espectro de síntomas.1 Es importante comprender que el 1 debe considerarse como una puerta de entrada obligatoria a la aplicación del 2, ya que muchos diagnósticos requieren una descripción clara de los síntomas.1Desde su introducción, los sistemas FIGO han recibido aceptación mundial.1 El SUA puede tener una o múltiples causas, y la precisión del diagnóstico depende del grado de sofisticación del servicio médico.1, 3 Este enfoque es importante para para identificar opciones de tratamiento e individualizarlas según la situación clínica de la paciente, los deseos futuros con respecto a la fertilidad, sus normas culturales y religiosas, etc.1<figure class="poll" data-id="447">{ Poll ID: 447}</figure>Comentario editorialLa terminología actual está diseñada para ser flexible, con clasificaciones y subclasificaciones propuestas de cara al futuro, y permite a los profesionales optimizar la atención médica de estas pacientes. Además, brinda a los investigadores clínicos y epidemiólogos una estructura para diseñar e interpretar la evidencia relacionada con el SUA. Cuéntenos en los comentarios cuál ha sido su experiencia con estos sistemas de clasificación.

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Sangrado ginecológico y evolución de la terminología

La terminología empleada para describir los sangrados normal y anormal generalizó el uso de palabras mal definidas. Lea acá el artículo completo.