El aumento del índice de masa corporal infantil se asocia positivamente con el desarrollo de síndromes y síntomas premenstruales en la edad adulta joven, así lo señaló un estudio publicado recientemente. Esta relación inicia antes de los 20 años de edad y parece ser independiente de las comorbilidades psiquiátricas, como la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento alimentario.

Los trastornos premenstruales (TPM) caracterizados por síntomas emocionales y físicos antes de la menstruación afectan a millones de mujeres en edad reproductiva en todo el mundo. Éstos incluyen el síndrome premenstrual (SPM) y el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) que es una forma más incapacitante en la que predominan los síntomas psicológicos y se acompaña de un deterioro del funcionamiento social.  Estas condiciones crónicas y cíclicas tienen efectos profundos en la calidad de vida y consecuencias importantes para la salud (p. ej., conducta suicida e hipertensión). Aunque la edad máxima para recibir un diagnóstico es a los 30 años, estudios recientes revelaron que el 70% de las personas con SPM tenían un inicio de síntomas en la adolescencia, lo que sugiere que los factores de la vida temprana pueden contribuir de manera importante a la etiología. Sin embargo, se identificaron pocos factores de riesgo infantiles para estas afecciones, a excepción del abuso infantil y el momento de la pubertad. Tanto los estudios transversales como los prospectivos indican que la adiposidad en la edad adulta se asocia positivamente con los SPM. No obstante, tal asociación puede ser atribuible a la obesidad presente en la infancia, de hecho, varias investigaciones encontraron que las niñas con SPM tienen un índice de masa corporal (IMC) más alto que aquellas sin esta condición.  <h3>¿El tamaño corporal infantil está asociado con el riesgo de TPM en la adultez temprana? </h3>Un artículo reciente y publicado en JAMA evaluó sí el tamaño corporal infantil y los cambios durante la adolescencia se asocian con el desarrollo de SPM en la edad adulta. Se trató de un estudio de cohorte prospectivo que incluyó a 6524 mujeres participantes; los datos se analizaron desde el 26 de febrero de 2020 hasta el 23 de junio de 2021, el IMC se estimó al utilizar la altura y el peso autoinformados. Los resultados informaron que del total de las participantes 15.4% (1004) cumplieron con los criterios para un TPM. El aumento del IMC informado a una edad media de 12.7 años se asoció con un mayor riesgo de TPM y mayor carga de síntomas premenstruales. Las asociaciones fueron particularmente pronunciadas para el TDPM, para los SPM con aparición de síntomas antes de los 20 años de edad, y permanecieron en ausencia de comorbilidades psiquiátricas, como depresión, ansiedad y trastornos del comportamiento alimentario.  Al analizar el cambio del IMC a lo largo del tiempo, las personas que tenían un valor alto durante la adolescencia poseían mayor carga de síntomas premenstruales en comparación con aquellas con un IMC normal durante esta etapa. Las mujeres con un IMC alto temprano seguido de la disminución leve más tarde, no informaron síntomas premenstruales más elevados. <h3>Conclusiones </h3>La obesidad infantil es una crisis de salud pública alarmante que tiene un efecto profundo en el bienestar físico y psicosocial. Este es el primer estudio que muestra que el IMC infantil se asocia positivamente con el desarrollo de síndromes premenstruales y síntomas premenstruales en la edad adulta joven. Tal asociación inicia antes de los 20 años de edad y parece ser independiente de las comorbilidades psiquiátricas.  Un estudio anterior demostró que un IMC más alto en la edad adulta (edad media de 35 años) y un gran aumento de peso (≥ 20.4 kg) después de los 18 años se asocian con mayor riesgo de SPM durante los 10 años de seguimiento. Aunque es posible que el IMC más alto en la edad adulta provoque que se desarrollen estos síndromes entre los 30 y los 40 años, parte de la adiposidad se puede rastrear hasta la niñez, lo que quiere decir que la adiposidad infantil es un factor de riesgo para los TPM en la adultez. Se necesita investigación futura para aclarar aún más cómo las edades específicas de exposición se relacionan con el riesgo. La adiposidad infantil se asocia con una variedad de resultados psicosociales más adelante en la vida, que incluyen depresión, ansiedad y trastornos alimentarios que a menudo son comórbidos con los SPM. Sin embargo, en la investigación1 se observó asociación entre el IMC y los TPM en ausencia de comorbilidades psiquiátricas comunes. Además, la obesidad infantil puede provocar menarquia temprana, que se asocia con un mayor riesgo de SPM, incluso se estimó que la edad de la menarquia mediaba el 38.4% de la asociación entre el IMC premenárquico y estas alteraciones.  Es posible que la interacción entre la adiposidad y las hormonas sexuales contribuya al aumento del riesgo de SPM. La respuesta inflamatoria a la obesidad está bien documentada y varios marcadores inflamatorios se asocian a ésta y con los SPM. Los datos emergentes también respaldan el papel central de la inflamación en el desarrollo de la depresión, por lo tanto, es posible que la adiposidad infantil afecte el desarrollo de los TPM a través de la inflamación crónica. Comentario editorialEste estudio demuestra la importancia de implementar estilos de vida saludables desde la infancia. Cada vez más se evidencia que los patrones de alimentación deben ser adecuados desde que nacemos para evitar el desarrollo de ciertas enfermedades. ¿Qué recomendaciones suelen dar a sus pacientes para mantener un buen estado de salud?

Pediatría

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Docred

Relación del Sobrepeso Infantil con los Trastornos Menstruales en la Adultez 

¿Puede la obesidad infantil promover el desarrollo de trastornos premenstruales? Descúbralo acá.  