La migraña abdominal es un trastorno gastrointestinal funcional que afecta aproximadamente del 0.2% al 4.1% de los niños, con preponderancia de casos en niñas. Si bien esta afección también se observa en adultos, la mayoría de los casos notificados se presentan en pacientes pediátricos. El rango de edad en el que ocurre típicamente es de 3 a 10 años, con picos informados a las edades de 5 y 10 años. A continuación, se hace la revisión de los aspectos más relevantes de esta entidad clínica

Como se describe en los criterios de Roma IV, la migraña abdominal se define como “síndrome de dolor abdominal funcional con características de migraña, como dolor abdominal paroxístico que dura 1 hora o más, que ocurre al menos 2 veces en un período de 6 meses, con al menos 2 síntomas asociados como anorexia, náuseas, emesis, fotofobia, cefalea y palidez”. Los episodios de dolor abdominal recurrente crónico pueden variar en gravedad y ubicación abdominal (periumbilical a generalizado), con eventos separados por semanas o meses. Los síntomas siguen un patrón estereotipado, interfieren con las actividades diarias y no pueden explicarse por otra afección médica. Los niños con migraña abdominal son, por lo demás, saludables y recuperan su estado de salud basal entre los episodios de dolor. <h3>Asociación con la migraña </h3>Muchos pacientes con migraña abdominal han mostrado antecedentes personales o familiares de migraña clásica. En un estudio clínico de 150 niños con migraña abdominal, el 90% de los casos se asoció con antecedentes familiares de migraña en un familiar de primer grado, un estudio retrospectivo de niños con esta patología, encontró antecedentes personales o familiares de migraña entre el 60% y el 70% de los participantes. Estos hallazgos, junto con algunos de los síntomas y patrones compartidos entre estas 2 entidades, apuntan a una patogenia similar que puede explicarse por la comunicación bidireccional entre las neuronas del cerebro y el intestino, según una revisión de 2020 realizada por Azmy y colaboradores. Un estudio clínico que comparó a niños con migraña abdominal con aquellos con cefalea por migraña (de los cuales el 24% con ambos trastornos) encontró presentaciones similares y síntomas asociados, factores desencadenantes compartidos como el estrés, los viajes y la fatiga, así como factores comunes de alivio, como comer y descansar. Al igual que otros síndromes de dolor abdominal funcional, se cree que la fisiopatología implica la combinación de hipersensibilidad visceral, alteraciones en el sistema nervioso entérico intestino-cerebro y factores psicológicos como depresión, ansiedad y altos niveles de estrés. <h3>Consideraciones diagnósticas </h3>El diagnóstico puede ser un desafío debido a la superposición de síntomas con otras etiologías funcionales y orgánicas de dolor abdominal; el niño con migraña abdominal también puede tener trastorno de dolor abdominal funcional adicional. No existen pruebas de diagnóstico confirmatorias. Su diagnóstico es clínico y la naturaleza cíclica de la enfermedad plantea desafíos diagnósticos, ya que este requiere el reconocimiento de un patrón de eventos y síntomas documentados. El patrón estereotipado de episodios de dolor recurrentes a lo largo del tiempo representa la característica definitoria clave de la migraña abdominal, en comparación con el dolor abdominal funcional no especificado, por ejemplo, que tiende a implicar dolor menos incapacitante que esta entidad. En esta patología, el peso del paciente y los valores de laboratorio de detección de referencia suelen ser normales. <h3>Opciones de tratamiento </h3>Hay poca evidencia con respecto a las estrategias de tratamiento para esta entidad. La gama de enfoques de tratamiento farmacológicos y no farmacológicos se ha derivado principalmente de evidencia anecdótica y enfoques utilizados en el tratamiento de la migraña asociada a la cefalea. Algunos autores han planteado la estrategia STRESS con los pacientes y familiares con el fin de ayudar en el manejo de la migraña abdominal: (S) tratamiento del estrés que posiblemente incluya terapia cognitiva conductual. (T) consejos para evitar el mareo por movimiento y otros factores potencialmente desencadenantes durante los viajes. (R) descanso e higiene adecuada del sueño. (E) síntomas de emergencia para que los padres informen si se presentan, como pérdida de peso, cambios en el patrón de crecimiento, fiebre, vómitos biliosos, diarrea crónica y disfagia. (S) evitar destellos luminosos y otros estímulos visuales. (S) hábitos alimenticios generales que deben evitarse, incluido el ayuno prolongado y el consumo de alimentos con alto contenido de aminas. Los tratamientos farmacológicos profilácticos respaldados por los pocos datos disponibles incluyen jarabe de pizotifeno (0.25 mg dos veces al día), propranolol (10 mg a 20 mg, 2 o 3 veces al día), jarabe de ciproheptadina (0.25 mg/kg a 0.50 mg/kg al día) y flunarizina (5.0 mg/día a 7.5 mg/día). El objetivo es disminuir el número total de episodios mediante el uso de medicamentos profilácticos, con el objetivo de mejorar los resultados a largo plazo y la calidad de vida de los pacientes afectados. El tratamiento para los ataques agudos puede incluir ibuprofeno (10 mg/kg), paracetamol (15 mg/kg) y sumatriptán intranasal (10 mg).<h3>Pronóstico </h3>Los resultados de las investigaciones sugieren que la mayoría de los casos se resuelven en la edad adulta, aunque muchos pacientes desarrollan posteriormente la migraña clásica. En un estudio clínico, la migraña abdominal finalmente se resolvió en el 61% de los casos, el 70% de estos pacientes desarrollaron migraña en la edad adulta. En consecuencia, esta patología se considera precursor pediátrico de la migraña.<h3>Discusión </h3>Es necesaria mayor investigación médica para aclarar la fisiopatología y la historia natural de esta enfermedad. Además, ciertas terapias utilizadas en el tratamiento de la migraña clásica justifican la investigación en pacientes con migraña abdominal, incluida la estimulación vagal no invasiva y los antagonistas monoclonales de péptidos relacionados con el gen de la calcitonina. <h3>Conclusión </h3>Existe la necesidad de educación médica continuada con respecto a esta condición debilitante. Esta entidad afecta hasta al 4% de los niños, por lo que la educación relacionada con el diagnóstico y el tratamiento es muy importante. <figure class="poll" data-id="253">{ Poll ID: 253}</figure>

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