Debido a  los riesgos para la madre y el feto por trastornos hipertensivos del embarazo (THE), en EE.UU. se planteó la importancia de generar mayor número de estudios que aborden y discutan el tema ya que los datos existentes no son suficientes para determinar unas pautas adecuadas en el manejo de la enfermedad. Se concluyó que el tratamiento de la hipertensión en gestantes podría ser beneficioso para la madre al generar una disminución en la prevalencia de enfermedades cardiovasculares luego del parto, pero sigue en debate los riesgos fetales.

Los trastornos hipertensivos del embarazo son la segunda causa principal de morbilidad y mortalidad maternal y fetal; éstos abarcan la hipertensión crónica, la hipertensión gestacional, preeclampsia, eclampsia y preeclampsia superpuesta a la hipertensión crónica. Los THE refieren a una presión arterial (PA) ≥140/90 mm Hg.1En su estudio científico, Garavic VD, et al.,1 mencionaron los diferentes puntos que se tuvieron en cuenta para el análisis y determinación del tratamiento y manejo de los trastornos hipertensivos del embarazo al tener en cuenta los posibles riesgos para la madre y el feto, ya que en ambos casos se pueden desarrollar otras enfermedades cardiovasculares o incluso la muerte. Para determinar si un tratamiento para la hipertensión era apto para la gestante, los autores tuvieron en cuenta dos aspectos: impacto de la enfermedad y del tratamiento en la madre, impacto de la enfermedad y del tratamiento en el feto, atribuible a la importancia en la reducción de la presión arterial de la madre.1Durante el embarazo la resistencia vascular y el gasto cardíaco aumentaron, lo que pudo generar una caída fisiológica en la presión arterial de la madre debido a la vasodilatación, pero en las mujeres con THE, como la preeclampsia, estos cambios cardiometabólicos fueron más pronunciados y aumentaron la resistencia a la insulina, elevaron los niveles de triglicéridos, colesterol y lipoproteínas.1Para la prevención de preeclampsia, los médicos recomendaron que todas las mujeres sin contraindicaciones debían hacer ejercicio durante el embarazo, a la vez que se recomendó la ingesta de aspirina en dosis bajas entre la semana 12 y 16 de embarazo pues esto reducía en un 10% y 20% el riesgo en mujeres con embarazo de alto riesgo de tener la enfermedad.1 Sin embargo, para el tratamiento de la hipertensión durante la gestación existieron limitadas opciones terapéuticas. Se recomendó el tratamiento con antihipertensivos para gestantes con preeclampsia y presión arterial elevada cuando ésta fuese de ≥ 140/90 mm Hg, en aras de generar un equilibrio entre la prevención de complicaciones en la madre y el feto. El labetalol o metildopa, o betabloqueantes alternativos como metrapolol y oxprenolol, fueron los fármacos recomendados para la terapia debido a su eficacia y seguridad, pero la prescripción debía estar sujeta a la familiaridad y preferencia del médico tratante. En algunas ocasiones, el uso del tratamiento se vio limitado debido a los riesgos que éste podía desencadenar en el feto ya que algunos fármacos estuvieron asociados con la restricción del crecimiento fetal, sin embargo, dejaron clara la importancia de individualizar cada uno de los casos de hipertensión en gestantes para determinar la mejor terapia para la madre y el feto. Los autores concluyeron que no existen estudios clínicos suficientes para determinar el tratamiento correcto y eficaz para los trastornos hipertensivos en el embarazo que permitan brindar un mayor número de datos para la identificación del balance riesgo/beneficio tanto para la gestante como para el feto; las recomendaciones y guías, a pesar de su utilidad, contaron con imprecisiones y vacíos. La terapia antihipertensiva disminuyó hasta en un 50% la incidencia de hipertensión grave, por ende, la prevalencia de otras enfermedades cardiovasculares. Determinaron que el enfoque de ésta debía ser personalizado mediante la identificación de características de la paciente como su raza, edad, frecuencia cardíaca, antecedentes clínicos y variaciones en la presión arterial para generar una mayor protección a la madre y feto durante la gestación y después del parto. Comentario editorial Los trastornos hipertensivos del embarazo son de las principales causas de muerte en gestantes y fetos, por lo que el desarrollo de estudios que identifiquen los posibles tratamientos para la hipertensión y presión arterial con antihipertensivos es de suma importancia para la disminución de su prevalencia.

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