Los médicos podemos sentir frustración, ira, impotencia, culpa e incluso deseo de abandono de la práctica cuando abordamos individuos con problemas de comportamiento. ¿Qué podemos hacer? Reconocer y comprender las conductas del paciente, entender que en su mayoría se deben a enfermedades mentales comórbidas, ser empáticos y establecer límites apropiados para la interacción profesional. Sin embargo, en muchos casos el problema no está en el paciente, sino en nosotros mismos; por lo tanto, es necesario indagar y evaluar nuestras actitudes y reacciones hacia estas personas. 

En la atención primaria, la relación médico-paciente representa un componente emocional importante.1 Los trastornos de personalidad muestran patrones generalizados de comportamiento, así como pensamientos y emociones desadaptativas que pueden causar complicaciones en la vida interpersonal del individuo.2 Los proveedores de salud pueden invertir una cantidad excesiva de tiempo y energía en el abordaje de estos pacientes, lo cual trae frustración, dudas y conductas pocos profesionales.3 <h3>¿Qué es un “individuo problemático”?3</h3>Es difícil hallar una definición útil ya que las investigaciones brindan poca información sobre los pacientes y en especial sobre el modo como los médicos reaccionan ante ellos. Lo que sí está claro es que durante este proceso los profesionales pueden sentirse frustrados, enojados, impotentes y hasta avergonzados por actitudes poco éticas. <h3>¿Cómo abordarlos?3 </h3>En primer lugar, debemos escarbar a profundidad y comprender qué hay detrás de los comportamientos problemáticos. Gran parte de la frustración se debe a la convicción de que los pacientes con estos problemas actúan así a propósito, cuando la realidad es que muchas enfermedades impactan el comportamiento y la capacidad de cooperar de una persona. <h3>Comportamientos no deliberados3 </h3><h4>Delirio</h4>Los sujetos con delirio que muestran resistencia activa al tratamiento, a veces de manera violenta, son fáciles de identificar. Quienes padecen delirio hipoactivo no muestran resistencia, pero tampoco participan de manera consistente en las terapias. ¿Qué hacer? Reconocer el delirio y tratar la causa subyacente. En casos en los que se desconoce la etiología o se evidencian dificultades en el tratamiento, los antipsicóticos facilitan el abordaje, pero suelen emplearse como última opción por sus eventos secundarios. Por el contrario, las terapias conductuales son primordiales para enfatizar la tranquilidad y la reorientación. <h4>Demencia</h4>Los individuos con demencia que muestran comportamientos pocos cooperativos tienen una condición permanente que puede derivar en deterioro. Incluso, cuando están en entornos hospitalarios no familiares, pueden presentar mayores niveles de confusión o delirio. ¿Qué hacer? El objetivo es direccionarlos a su línea de base habitual con ayuda de los familiares. Una vez realizado esto, el comportamiento problemático suele ser la incapacidad de comprender la situación. Por lo tanto, la prioridad es detectar a una persona que sustituya al paciente en la toma de decisiones, como un tutor o un responsable legal que actúe en su nombre. <h4>Trastornos de síntomas somáticos</h4>Algunos usuarios experimentan síntomas patológicos para los que no hay explicación clara de medicación, y otros están tan preocupados por tener una condición médica que ejecutan incorrectamente ciertas funciones. ¿Qué hacer? La estrategia clásica para el paciente con somatización es la programación de visitas médicas frecuentes y regulares. Aunque parece contradictorio, agendar consultas sin importar el estado actual de la persona reduce la asociación entre  síntomas y atención médica, según la teoría del comportamiento. <h3>Comportamientos deliberados3</h3><h4>Trastorno facticio y simulación </h4>Los médicos podemos sospechar que los pacientes mienten y aunque gran parte de estos no lo hacen, algunos sí fabrican deliberadamente el historial médico o los síntomas. Sin embargo, el problema radica en los motivos que generan este comportamiento. Inicialmente, debemos diferenciar entre un caso de trastorno facticio y un individuo que simula malestar. En el primer caso, los pacientes elaboran los síntomas probablemente para ser tratados como enfermos, mientras que, en el segundo, los sujetos mienten por algún objetivo racional, es decir, secundario, fácilmente comprensible e identificable, por ejemplo, por dinero, alivio de responsabilidad, refugio o protección. ¿Qué hacer? En primer lugar, diferenciar entre el trastorno y la simulación. Aunque parece difícil, es importante recordar que los pacientes con la primera condición tienen varios trastornos psiquiátricos comórbidos que demandan una evaluación cuidadosa, mientras que los segundos actúan independientemente de una enfermedad mental. Ahora bien, adoptar la postura de que los pacientes deshonestos son molestos no genera ningún beneficio. En general, es preferible evitar la confrontación directa, la cual puede causar ira, negación y alta abrupta en contra de la recomendación médica. Asimismo, se debe abordar a los pacientes con franqueza y empatía, para intentar aclarar el diagnóstico e involucrarlos en terapias que incluyan educación de sus enfermedades y posibles consecuencias. Igualmente, es útil considerar y abordar lo que el usuario quiere obtener con su comportamiento, sobre todo en casos en los que esta conducta no forma parte de una patología de personalidad más amplia. Por ejemplo, se le puede brindar con amabilidad asistencia médica a una persona que busca refugio y que no tiene conocimiento de las alternativas disponibles. Lo más importante es no hacer daño con procedimientos diagnósticos o medicamentos innecesarios. <h4>Desorden de personalidad</h4>Para evitar utilizar las definiciones rígidas del Manual diagnóstico y estadístico de trastorno mentales 5 (DSM-5) relacionadas con los trastornos de personalidad, se puede recurrir al enfoque de Grove, el cual permite reconocer ciertos tipos generales de personalidad que tienen dificultades específicas con el sistema médico (tabla 1).<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1665188222/GM_Medicos_frustrados_Pacientes_problematicos_0c8597d12e.webp" /></figure>¿Qué hacer?El primer paso es reconocer y comprender a estos sujetos al recordar que los comportamientos son parte de un problema interpersonal mayor que afecta todas las áreas de la vida.Segundo, puede ser útil notar que algunos de los sentimientos desagradables que experimentamos los médicos, ofrecen información sobre el grado de insuficiencia, tristeza y odio a sí mismo que el paciente experimenta cada día. Tratar de comprender esto fomentaría la empatía, o al menos la simpatía, y facilitaría la creación de planes de tratamiento adecuados con límites apropiados para la interacción profesional. <h3>¿Qué pasa cuando el problema no está en el paciente?3</h3>En ocasiones, el “problema” está en el profesional. Según los estudios, los galenos que informan mayor frustración con los pacientes tienen menos experiencia, trabajan más horas y muestran mayores síntomas de depresión, estrés y ansiedad. Por tal razón, antes de calificar a una persona como “problema” es necesario examinarnos a nosotros y evaluar las reacciones que tenemos ante diferentes situaciones.  Podemos evitar asignar fallas y ver una situación problemática como una “falla de comunicación” mutua. El tema principal es trabajar para reestablecer la relación y crear confianza, empatía y profesionalismo. Incluso cuando el paciente pertenece a cualquiera de las categorías descritas para los tipos de personalidad, este enfoque es más fructífero que descartar al individuo con una etiqueta. Comentario editorialLos médicos experimentamos múltiples sentimientos cuando abordamos pacientes con comportamientos difíciles. Sin embargo, mantener la tranquilidad, recordar que estas conductas pueden ser producto de enfermedades mentales y ser empáticos puede facilitar el proceso de atención. ¿Usted qué hace en estos casos?

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Médicos frustrados, ¿cómo abordar a los “pacientes problemáticos”?

¿Ha sentido frustración, ansiedad o estrés al momento de atender a un paciente con comportamientos difíciles? Descubra qué hacer en estos casos. 