El dolor abdominal supone un reto diagnóstico para el médico debido a la similitud de su presentación clínica en diferentes patologías. Las imágenes diagnósticas son útiles para su detección, pero se propone la laparoscopia como un método más efectivo.

El dolor abdominal requiere de un diagnóstico temprano para instaurar un tratamiento rápido que mejore la sobrevida de los pacientes. En muchas ocasiones, el diagnóstico por imágenes se dificulta y en tales casos se necesita una laparoscopia, que la mayoría de veces permite instaurar un manejo concreto de manera rápida1. Existen patologías abdominales agudas para las cuales la laparoscopia promete estancias hospitalarias más cortas y una rápida recuperación, como colecistitis aguda, úlceras perforadas, apendicits aguda, trastornos ginecológicos y dolor abdominal inespecífico2. Sin embargo, aunque la laparoscopia diagnóstica sea una opción feasible, no deja de ser un procedimiento quirúrgico que conlleva riesgos y posibles complicaciones posoperatorias. Estudios previos han reportado complicaciones hasta en el 25% de los casos, incluidas fístulas enterocutáneas y choque séptico3. Una revisión retrospectiva publicada recientemente pretende explorar las ventajas de la laparoscopia sobre las imágenes diagnósticas en abdomen agudo1. <h3>Metodología </h3>Se revisaron de manera retrospectiva las historias clínicas de pacientes que requirireron cirugía abdominal entre enero de 2013 y diciembre de 2019. Se excluyeron los pacientes menores de 18 años y aquellos que fueron llevados a laproscopia para estadificación de cáncer.  Dado que el diagnóstico posoperatorio varió ampliamente, se clasificaron los casos en seis dominios: enfermedades ginecológicas, perforación intestinal, infecciones no asociadas a perforación, obstrucción intestinal mecánica, lesiones relacionadas con biopsias y laparoscopias negativas. En todos los casos se evaluó la capacidad diagnóstica por imágenes, y se enfatizó en las razones por las cuales algunos requirieron de laparoscopia1. <h3>Resultados </h3>Se incluyeron un total de 347 pacientes, de los cuales 216 se excluyeron por no cumplir criterios. De los 131 pacientes restantes, 68 fueron mujeres y 63 hombres, con un promedio de 42.7 ± 16.53 años y 45.49 ± 18.56 años respectivamente.  Del total de casos incluidos, 79.4% fueron de abdomen agudo y 20.6% no tenían sintomatología abdominal específica. El 64.9% requirieron laparoscopia diagnóstica, con posterior conversión a laparotomía en el 35.1% de los casos. La causa más frecuente de conversión a laparotomía fue la identificación de perforación intestinal1. En cuanto a los diagnósticos posoperatorios, se encontraron 21 casos de enfermedad ginecológica, 19 de perforación intestinal, 22 con infección intraabdominal no asociada a perforación, 23 con obstrucción intestinal mecánica y 27 con requerimiento de biopsia. Los pacientes con diagnóstico de isquemia mesentérica y perforación del fondo uterino murieron1. <h3>Discusión </h3>La laparoscopia es un recurso bastante útil en el diagnóstico y posterior tratamiento del dolor abdominal. En este estudio se evidenció además que minimiza las laparotomías innecesarias, lo que reduce la morbimortalidad quirúrgica. Evidentemente, mucho del éxito de la terapia por laparoscopia sin necesidad de conversión quirúrgica depende de la experticia del cirujano. Sin embargo, hay patologías que en la mayoría de casos ameritan la laparotomía, como las perforaciones intestinales1. Para el caso de las mujeres y la posibilidad de enfermedad ginecológica (que fácilmente se puede confundir con problemas gastrointestinales por su presentación clínica), la laparoscopia diagnóstica arroja grandes luces de cara al tratamiento. Del total de mujeres que fueron llevadas a laparoscopia por falta de claridad en el diagnóstico por imágenes, 40.4% sufría enfermedad de origen ginecológico1. <h3>Conclusión </h3>Los falsos negativos de la ecografía abdominal y la tomografía axial computarizada son comunes en pacientes con abdomen agudo secundario a perforación intestinal o lesiones diafragmáticas. En estos casos, si la sospecha clínica persiste a pesar de la negativa del diagnóstico por imágenes, la laparoscopia cobra especial irelevancia. En casos de abdomen agudo, y en manos expertas, es superior a las imágenes en tanto aporta un diagnóstico definitivo, permite un tratamiento y reduce la necesidad de laparotomía1. <figure class="poll" data-id="363">{ Poll ID: 363}</figure>Comentario editorial Si bien la laparoscopia diagnóstica permite dictámenes más precisos, no debería incluirse de manera rutinaria en el diagnóstico del dolor abdominal, pues no deja de ser un procedimiento quirúrgico que requiere anestesia general y, por ende, tiene riesgo de morbimortalidad. Las imágenes continúan siendo protagonistas en el proceso diagnóstico, poniendo especial énfasis en la clínica del paciente. No hay que olvidar, además, que nos enfrentamos a pacientes, no solo a resultados diagnósticos.

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Dolor abdominal: cuando las imágenes no lo dicen todo

La laparoscopia diagnóstica es útil en la detección del dolor abdominal no explicado por imágenes, conozca más aquí.