La resistencia a la insulina (IR) es causa y consecuencia de múltiples patologías metabólicas, en las que hay alteración de la función intracelular de la insulina. Actualmente no se cuenta con criterios diagnósticos, pero se puede identificar mediante la Homeostatic Model Assessment for Insulin Resistance index (HOMA-IR). En este artículo se revisa la información actual de esta prueba y cómo obtenerla.

La IR es una menor actividad de insulina a nivel celular. Produce elevación y mantenimiento de la glicemia, lo que incrementa, por retroalimentación, la secreción de insulina. El aumento compensatorio de esta última estimula efectos anabolizantes como aumento de peso, lipogénesis, lo que a su vez genera una retroalimentación de la célula beta pancreática, que eventualmente no puede cumplir con la demanda de insulina, y el resultado es una hiperglicemia que puede llegar a diabetes1-3. Se estima que aproximadamente 25-35% de la población occidental tiene IR, con un incremento directo sobre los síndromes cardio-metabólicos y la diabetes. La IR contribuye al desarrollo o pobre pronóstico de diabetes, obesidad, síndrome de ovario poliquístico, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal, hígado graso no alcohólico, psoriasis, cánceres (como colon, páncreas e hígado), síndrome metabólico, entre otros.1 La etiología de la RI es muy variable, y se ha dividido en dos grandes gurpos:2<ul><li>Etiología adquirida: exceso de tejido adiposo disfuncional, envejecimiento, inactividad física, desbalance nutricional, fármacos (glucocorticoides, antiandrogénicos, inhibidores de proteasa, antipsicóticos atípicos, insulina exógena), dietas altas en sodio, toxicidad por glucosa, lipotoxicidad por exceso de ácidos grasos circulantes. </li><li>Etiología genética: distrofia miotónica, ataxia-telangiectasia, síndrome de Alstom, síndrome de Rabson-Mendenhall, síndrome de Werner, lipodistrofia, síndrome de ovario poliquístico, resistencia a la insulina tipo A y tipo B. </li></ul>La falta de criterios diagnósticos claros y de rutina en la práctica clínica ha dificultado el estudio de esta condición. El estándar de oro para su diagnóstico es el clamp hiperinsulinémico-euglicémico (HIEC), en el cual se hace una prueba de secreción y sensibilidad de la insulina, y la prueba de tolerancia intravenosa a la glucosa (Intravenous Glucose Tolerance Test [IGTT]), aunque ambas son costosas, no están fácilmente disponibles y son complicadas de hacer en la población general.2 Debido a estos obstáculos, se crearon maneras más sencillas de evaluar la RI, como el HOMA-IR. Se utiliza para cuantificar la resistencia y está validado y altamente correlacionado con la prueba HIEC, ya que relaciona los niveles de glucosa e insulina bajo condiciones de ayuno.2,3 Su cálculo se hace con la siguiente fórmula: glucosa sérica en ayunas (mg/dL) x insulina en ayunas (mUI/L)/405.El punto de corte está dado por las curvas del laboratorio, donde se reporta y se define la IR como el valor sobre el percentil 75 o 90 de los valores de la población sana. La distribución del HOMA-IR varía según edad, sexo, raza, distribución del tejido adiposo y masa muscular, por lo que es complejo. En la tabla 1 se muestran puntos de corte en Latinoamérica.<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1707774344/Tabla_1_Homa_IR_entendiendo_la_resistencia_a_la_insulina_dc0b431dd1.webp" /></figure>HOMA-IR se debe realizar a todos los pacientes que reciban evaluación metabólica, para así identificar y tratar de manera temprana esta enfermedad.2,3Comentario editorial El HOMA-IR adicionalmente se ha estudiado para evaluar otras patologías, por ejemplo como biomarcador de hígado graso no alcohólico, progresión de la diabetes tipo 1 y predictor de sensibilidad ovárica en el tratamiento de fertilización asistida.<figure class="poll" data-id="1020">{ Poll ID: 1020}</figure>