En 1998, los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés) reconocieron a la obesidad como una enfermedad con grandes efectos en la calidad de vida de las personas y en la salud pública. La prevalencia de esta enfermedad entre 2015 y 2016 en los EE.UU. fue de 39.8% y se proyecta que llegará a un 48.9% en el 2030. La obesidad está asociada a un mayor riesgo de mortalidad y de desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV), infarto, diabetes tipo 2, y cáncer.1<h4>Fisiopatología </h4>La obesidad es causada por un desbalance en la homeostasis energética que resulta en el desarrollo de una adiposidad excesiva. El hipotálamo es el centro principal de regulación energética que se comunica con la periferia para evaluar el estado de energía a corto y largo plazo. Este centro contiene dos poblaciones de neuronas que cumplen funciones opuestas en la ingesta:1<ol><li>Orexigénicas: aumentan el apetito por medio de los péptidos proteína r-Agouti (AgRP) y neuropéptido Y (NPY).</li><li>Anorexigénicas: disminuyen el apetito por medio de la propiomelanocortina (POMC), cocaína y el transcripto regulado por anfetamina (CART).</li></ol>La siguiente figura resume la organización de este centro de regulación energética.1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1627486661/DOCRED_Plataforma_Grafica_Farmacoterapia_Obesidad_01_d180bc6c82.webp" /></figure>Estudios en roedores han demostrado que la dieta alta en calorías causa inflamación en el hipotálamo y una reducción de las neuronas POMC. En la periferia, los adipocitos producen la hormona anorexigénica llamada leptina, para indicar el estado de las reservas energéticas de largo plazo. El péptido gastrointestinal GLP-1 activa la vía de POMC/CART o suprime la vía de AgRP/NPY. Por otro lado, grelina, la única hormona orexigénica periférica, estimula la vía de AgRP.1El inicio y la severidad de la obesidad causada por estos mecanismos patofisiológicos se determinan por la genética y el entorno. La heredabilidad de esta enfermedad, representada por el índice de masa corporal (IMC), se presenta en un rango del 40% al 70%. La evolución en la producción y marketing de alimentos, el tamaño de las porciones, y la disminución de la actividad física relacionada al trabajo, también han sido identificados como factores que contribuyen al desarrollo de la obesidad.  La obesidad se asocia con diversas enfermedades crónicas, lo cual se explica por dos mecanismos predominantes:1 el efecto del peso elevado, y2 la adiposopatía. En cuanto al primero, la severidad de las enfermedades, tales como osteoartritis de las rodillas o el síndrome de hipoventilación, es una respuesta directa del cuerpo al aumento de peso y de masa adiposa. En el caso de la adiposopatía, las citoquinas proinflamatorias y protrombóticas producidas en el microambiente isquémico de los adipocitos hipertróficos en las vísceras, conllevan al desarrollo de diabetes tipo 2 y ECV.1Farmacoterapia La farmacoterapia desarrollada para estimular la pérdida de peso debe considerarse como una ayuda para el paciente quien además debe mejorar el estilo de vida. Estas intervenciones son cruciales en individuos con un IMC mayor o igual a 30kg/m2 o mayor o igual a 27kg/m2 con al menos una comorbilidad asociada a obesidad. La lógica de agregar medicación anti-obesidad a las modificaciones en el estilo de vida tiene dos motivos;1<ol><li>Ayudar al paciente a que se adhiera a una dieta de menos calorías de manera más consistente.</li><li>Resolver de manera directa los mecanismos fisiopatológicos que causan el aumento de peso y las adaptaciones metabólicas que conllevan a esto.</li></ol>Sin embargo, muchos médicos dudan sobre este tipo de tratamiento y muchos pacientes se abstienen al uso de medicamentos. Esto se debe principalmente a que los medicamentos antiobesidad tienen una historia de baja seguridad, lo cual conllevó a que muchas de las drogas fuesen removidas del mercado. Debido a esto, en los EE.UU. solo el 3% de pacientes reportaron haber tomado medicamentos para perder peso entre el 2012 y el 2016.2Hasta junio del 2021, existen 5 drogas aprobadas por la FDA para el manejo de la pérdida de peso a largo plazo en adultos con un IMC de 30 o 27 más comorbilidades:2<ol><li>Orlistat</li><li>Fentermina + topiramato</li><li>Naltrexona + bupropion</li><li>Liraglutida</li><li>Semaglutida</li></ol>En cuanto a liraglutida (3.0 mg), se ha reportado que este agonista del receptor de GLP-1 reduce el peso en 5 kg más que placebo aproximadamente, en adultos y en adolescentes entre los 12 y 17 años. En el 2021 se reportó que la mayor pérdida de peso en pacientes con obesidad estuvo asociada al tratamiento con una alta dosis de fentermina + topiramato. La proporción de pacientes que perdieron por lo menos 5% de su peso inicial fue mayor que con placebo, con una probabilidad de 2.70 (IC 95% de 2.34-3.09) para orlistat, y una probabilidad de 9.22 (IC 95% de 6.63-12.85) para fentermina + topiramato.2Por otro lado, la semaglutida, es un agonista del receptor de GLP-1 que se aprobó para el manejo de peso en una dosis subcutánea semanal de 2.4 mg. En el ensayo clínico STEP1 se reportó que de 1961 adultos con sobrepeso y comorbilidades, aquellos que recibieron semaglutida perdieron 15.3 kg (14.9% del peso inicial), lo cual equivalía a 12.7 kg más que los que recibieron placebo. En general, el 86.4% de pacientes que recibieron semaglutida perdieron al menos 5% de su peso.2La siguiente tabla muestra un resumen de las características de los medicamentos aprobados para la obesidad:<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1627486818/DOCRED_Plataforma_Grafica_Farmacoterapia_Obesidad_02_296fa996e6.webp" /></figure>Conclusión El uso de medicamentos para el manejo de la obesidad ha sido limitado por preocupaciones sobre la seguridad de los mismos. Sin embargo, los fármacos más recientemente estudiados presentan una eficacia más prometedora con perfiles de seguridad aceptables. A pesar de que aún no existe una modalidad universal de manejo de la obesidad, el desarrollo de fármacos potentes, con grandes beneficios para los pacientes y sin riesgos para la salud, es una posible vía para el manejo exitoso de la obesidad y sus comorbilidades.

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Farmacoterapia en obesidad 

El desarrollo de nuevos fármacos para el manejo de la obesidad es una potencial vía para el tratamiento exitoso de esta enfermedad. Lea más acá en esta revisión temática. 