<p><span class="text-big" style="color:hsl(240, 75%, 60%)"><i><strong>¿Sentir o no sentir? La empatía es una habilidad fundamental en la relación médico-paciente que genera confianza, promueve la satisfacción, reduce la ansiedad y aumenta la adherencia a los diferentes tratamientos, pero como todo, el exceso también puede ser malo. La empatía excesiva es el origen de la vulnerabilidad y la falta de objetividad en el abordaje médico, entonces, ¿cómo encontramos el equilibrio? La suma de profesionalismo, comunicación asertiva, prudencia, igualdad, dedicación, empatía, equilibrio emocional y cuidado propio, son la clave para alcanzar este objetivo.</strong></i></span></p><p>Establecer una relación médico-paciente empática es una habilidad médica esencial. Gran parte de los estudiantes o médicos con mayor empatía ingresan a especialidades caracterizadas por una gran cantidad de contacto con el paciente y continuidad de la atención; mientras que aquellos con niveles más bajos de empatía desean especialidades que tengan poco o ningún contacto.</p><h3>¿Por qué es importante la empatía del médico?</h3><p>Los pacientes desean un médico empático que sea capaz de escuchar y expresar con claridad la condición médica en que se encuentran. La empatía es un rasgo profesional altamente deseable: promueve la satisfacción del paciente, establece confianza, reduce la ansiedad, aumenta la adherencia a los regímenes de tratamiento, mejora los resultados de salud, y reduce la probabilidad de demandas por negligencia.</p><p>Además, los médicos empáticos son más felices en su lugar de trabajo, disfrutan más atender a sus pacientes, son competentes clínicamente y ceden con menos frecuencia al agotamiento y el estrés, que regularmente son los factores que impactan en detrimento de dicha empatía, y en consecuencia chocan en la relación con el paciente.</p><p>Hablar de empatía no es tan fácil como parece, se trata de un rasgo multidimensional de factores que contribuyen a desarrollarlo. No es sinónimo de simpatía o lástima, es decir, cuando se favorece o se siente lástima por otro, sino que es una definición que combina dos aspectos clave: el pensamiento y el sentimiento. En otras palabras, la empatía se puede dividir en dos tipos principales: afectiva (vicaria) y cognitiva (imaginativa).</p><p>La empatía afectiva es “la respuesta emocional indirecta de un individuo a las experiencias emocionales percibidas de los demás”; mientras que la empatía cognitiva es “la capacidad de un individuo para asumir imaginativamente el papel de otro a fin de comprender y predecir con precisión los pensamientos, sentimientos y acciones de esa persona”.</p><p>La primera definición refleja una respuesta emocional innata, es decir, una "reacción visceral", mientras que la segunda definición refleja una capacidad aprendida para imaginar e intelectualizar, es decir, un "juego de roles".</p><p>Independientemente de la definición que se prefiera, hay que “sentir” al paciente y considerarlo emocionalmente y/o cognitivamente, pero, ¿cuál aspecto es más importante, el afectivo o el cognitivo? De hecho, no hay razón para debatir si alguno es más relevante, lo valioso es que el médico refleje su factor empático en la manera en que se comunica verbal y corporalmente con el paciente.</p><p>Larson y Yao consideran que la empatía de los profesionales de la salud es un "trabajo emocional", en el que pueden usar una "actuación profunda", es decir, un método de actuación para generar reacciones afectivas y cognitivas consistentes en un paciente, o una "actuación superficial", forjando una conducta empática en ausencia de reacciones cognitivas o afectivas hacia éste.</p><h3>¿Duro e insensible o débil y vulnerable?</h3><p>¿Cómo lidia un médico con el dolor de los demás y no se vuelve demasiado empático?, ¿puede la empatía provocar fatiga por compasión, atención ineficaz, estrés y ansiedad?, ¿deberían entonces los médicos tener un corazón endurecido?</p><p>Los médicos con frecuencia nos enfrentamos con la carga emocional de la vida, la muerte y los pacientes con dolor durante la práctica, pero aun así tenemos que responder de manera empática, y para esto existen varias formas.</p><p>Se puede ser empáticamente neutral y realizar lo que debe hacerse con el paciente sin sentir dolor, arrepentimiento u otras emociones difíciles. Alternativamente, se podría utilizar la percepción indiferente para comunicarse con el paciente y tratarlo. Este desapego abruma las vías en que se desarrolla la empatía afectiva, y permite al médico responder al paciente con un comportamiento de juego de roles.</p><p>Lograr esto puede ser más difícil de lo que parece, ya que mostrar una empatía dramatizada al paciente, mientras lo que se siente es distinto, lleva a un desacuerdo empático dentro del profesional. Se necesita de mucho esfuerzo para presentar una fachada empática al enfermo, sobre todo cuando esto causa angustia personal. Por eso, muchos profesionales encuentran que mantener una relación empática no es tarea fácil y se compara con un trabajo emocional.</p><p>Entonces pensaríamos, ¿es mejor tener un corazón endurecido? Ser demasiado empático puede dejarnos vulnerables a las consecuencias negativas de la condición médica de un paciente. Cuando hay mucha empatía se corre el riesgo de identificarnos demasiado con la otredad, poniendo en riesgo la objetividad médica.</p><p>Por lo tanto, es necesaria una cierta cantidad de desapego emocional del paciente o, de lo contrario, la empatía afectiva restará valor a la capacidad de manejar eficazmente la situación. Sin embargo, en el otro extremo del espectro empático, un desapego total del paciente da una percepción de insensibilidad o poca preocupación, no permite establecer la conexión empática que el paciente desea, espera o que muchas veces necesita.</p><p>En última instancia, la respuesta a la pregunta sería: no todo es blanco o negro. Se necesitan tonos de gris empáticos según la especialidad del médico y sus niveles innatos de empatía afectiva y cognitiva. La tarea emocionalmente más difícil es moderar el grado en que se endurecen nuestros corazones, todos los días caminamos sobre una fina línea empática para asegurar una buena relación con el paciente.</p><p>Con el objetivo de brindar herramientas al médico, se mencionan 10 recomendaciones para reforzar esta habilidad y encontrar un equilibrio emocional:</p><h4>1. Ser profesional</h4><p>· Actúe como un profesional a cada instante, su única preocupación debe ser el bienestar de sus pacientes.</p><h4>2. Saber comunicar</h4><p>· Exprese con claridad tanto oral como escrita todo lo relacionado con la enfermedad, los exámenes, las terapias, etc.</p><h4>3. Ser prudente</h4><p>Utilice con inteligencia todos los recursos que el sistema de salud pone a su disposición.</p><h4>4. Tratar a todos los pacientes por igual</h4><p>· Todos los pacientes son diferentes: procedencia, clase social, religión, creencias, etc. Como buen médico, es importante tratarlos a todos por igual, sin juzgar ni discriminar a nadie.</p><h4>5. Ser dedicado</h4><p>· Ante todo, siempre mantener la dedicación médica. Es posible que esta carrera sea la profesión con más vocación del mundo.</p><h4>6. Brindar confianza</h4><p>· La confianza entre el médico y el paciente se basa en la confidencialidad, lo que se conversa en el consultorio debe quedarse en allí.</p><h4>7. Preparación</h4><p>· Un buen médico debe actualizarse continuamente para mejorar sus competencias profesionales. Debe estar al día de las nuevas tecnologías e innovaciones de su especialidad médica.</p><h4>8. Ser empático per se</h4><p>· Recordar que los pacientes sufren a diario, ponerse en el lugar de ellos, animarlos la mayor parte del tiempo hará que se sientan mejor.</p><h4>9. Equilibrio emocional</h4><p>· Sin dejar de ser empático, las emociones no pueden afectar la objetividad del trabajo.</p><h4>10. Cuidado propio</h4><p>· Es importante cuidar la salud propia. El cansancio y el estrés o incluso cualquier malestar, puede representar un riesgo para los pacientes.</p><p>También le puede interesar:  <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-como-ser-buen-medico" target="_self"><strong>¿Cómo ser un Buen Médico?</strong></a></p>

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