Los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) estandarizaron una nomenclatura para describir los perfiles de resistencia adquirida en bacterias. La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una cuestión compleja y multifacética que afecta no solo a los seres humanos, sino también a los animales y al medio ambiente, lo que justifica la iniciativa “Una Salud”, promovida por las principales organizaciones de salud humana, animal y ambiental del planeta.

Las bacterias pueden ser intrínsecamente resistentes a una o más clases de antibióticos o pueden adquirir dicha resistencia mediante la mutación de genes existentes o recibidos de otras cepas o especies a través de la transferencia horizontal.1 Estos microorganismos <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-infeccion-urinaria-complicada-germenes-multirresistentes" target="_self">han desarrollado diferentes mecanismos para evitar la acción de los antibióticos</a> (figura 1).1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1701202561/Figura_1_Principales_mecanismos_de_RAM_8e0006c4f3.webp" /></figure>Las infecciones causadas por bacterias resistentes plantean un desafío global.1 En 2008, se acuñó el acrónimo ESKAPE para nombrar aquellas bacterias que pueden "escapar" fácilmente de los efectos de los antibióticos: Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, complejo Acinetobacter baumannii-calcoaceticus, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter spp.1Esta lista está desactualizada, ya que los patógenos más frecuentemente afectados por la RAM incluyen, en la actualidad, a Escherichia coli, Mycobacterium tuberculosis y Neisseria gonorrhoeae.1 Como se observa en la figura 2, los CDC estandarizaron una nomenclatura para describir los perfiles de resistencia adquirida en bacterias.1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1701202571/Figura_2_Clasificacion_de_las_bacterias_segun_su_patron_de_resistencia_fb9929a5f8.webp" /></figure>Cada vez hay más pruebas de que la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) aceleró la aparición y propagación de la RAM, al menos en entornos hospitalarios.1 Varios autores han reportado que más de 6 de cada 10 pacientes con COVID-19 y coinfección bacteriana albergaban un organismo altamente resistente.1Este artículo examina las últimas cinco reglas de las diez definidas por la colaboración WARNING para darles un mejor uso a los antibióticos (ATB).1<h4>Sexta regla: preferir la duración más corta del ATB basada en evidencia</h4>Acortar la duración de la terapia es crucial para reducir el uso innecesario de ATB en pacientes hospitalizados, donde la presión selectiva sobre el desarrollo de RAM es intensa.1,2 Si bien hay circunstancias que pueden requerir una terapia prolongada (p. ej., endocarditis, osteomielitis), el tratamiento siempre debe ser lo más breve posible.1El tratamiento ATB guiado por procalcitonina (PCT) puede reducir la duración de la terapia y la estancia hospitalaria, y es recomendable en adultos con sepsis o shock séptico y foco controlado, si no es clara la duración óptima de la terapia.1<h4>Séptima regla: controlar el foco de infección</h4>El control del foco tiene como objetivo eliminar la fuente de infección, reducir el inóculo bacteriano y corregir los trastornos anatómicos para restaurar la homeostasis.1 Implica actividades en las que los ATB, por sí solos, tienen una eficacia limitada:1<ul><li>Drenar abscesos o colecciones de líquido infectado.</li><li>Desbridar tejido necrótico.</li><li>Retirar dispositivos médicos contaminados.</li></ul>Cuando se logra desde la intervención primaria, permite un ciclo más corto de tratamiento con ATB, lo que mejora los resultados clínicos de los pacientes.1<h4>Octava regla: vigilar las infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS) y la RAM y monitorizar el consumo y la calidad de la prescripción de ATB</h4>Determinar la frecuencia de las IAAS es crucial en toda estrategia para reducir su incidencia y contener la RAM.1 Estos datos permiten a los hospitales, en última instancia, medir la eficacia de las actividades de prevención y control de infecciones (PCI), mientras que vigilar las bacterias resistentes proporciona una base para tomar medidas y controlar la RAM.1Finalmente, los datos sobre la prescripción de ATB (volumen e idoneidad) son esenciales para evaluar el impacto de los programas de optimización de antimicrobianos (PROA).1 Se pueden medir a diferentes niveles, lo que permite esfuerzos informados para reducir el uso innecesario o inapropiado de ATB:1<ul><li>La dosis diaria definida (DDD) se refiere a la dosis promedio de ATB empleada en adultos durante un día, para su indicación principal, y es la métrica más común para monitorear el consumo de antibióticos en PROA.</li><li>Expresar el consumo en DDD/1000 días-paciente permite realizar comparaciones estandarizadas a lo largo del tiempo.</li></ul><h4>Novena regla: educar y crear conciencia en el personal de salud</h4>Uno de los objetivos del Plan de Acción Mundial de la Organización Mundial de la Salud es mejorar la comprensión de la RAM mediante comunicación y formación continuas y eficaces.1 Para abordar la RAM, todos los prescriptores deben convertirse en “gestores” de los ATB, prescribiéndolos de manera apropiada y educando a colegas y pacientes sobre su uso adecuado.1En este sentido, no solo son inapropiados los comportamientos, creencias y prácticas con respecto al uso de los ATB, sino que también lo son los conceptos de resistencia en sí, su aparición, propagación e impacto.1Los líderes clínicos deben promover la “concientización” con el fomento de una cultura institucional de seguridad del paciente y uso responsable de ATB, <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-consecuencias-del-abuso-de-antibioitcos-en-pediatria" target="_self">en la que se convenza (en lugar de obligar) a los médicos</a> de emplear los ATB de manera adecuada, con respeto a las prácticas de prescripción recomendadas y siguiendo las medidas de prevención y control de infecciones.1El objetivo final de cualquier PROA debería ser estimular un verdadero cambio de comportamiento.1 Una cultura sólida, centrada en la seguridad del paciente, promueve automáticamente la educación, la colaboración y el compromiso.1<h4>Décima regla: promover PROA multidisciplinarios</h4>Promover los PROA en todas las especialidades es crucial para garantizar el uso racional de ATB en un sistema de atención médica.1 Esta colaboración interdisciplinaria permite básicamente compartir conocimientos.1 Cuando participan en un PROA, los prescriptores clínicos con conocimiento en enfermedades infecciosas pueden:1<ul><li>ayudar a perfeccionar la política de ATB basada en datos locales,</li><li>auditar la prescripción de antibióticos brindando retroalimentación a los colegas,</li><li>integrar las mejores prácticas de uso de antibióticos.</li></ul>Un buen ejemplo son los cirujanos, responsables de muchos de los procesos que impactan en el riesgo de infección del sitio quirúrgico.1 Por ende, desempeñan un papel clave en su prevención.1 Los cirujanos también deben estar a la vanguardia en el tratamiento de pacientes con infecciones, proporcionando un control rápido de la fuente y una adecuada terapia ATB.1En conclusión, debido a los desafíos que plantea el desarrollo de nuevos ATB, es probable que la aparición de bacterias resistentes supere la introducción de nuevas moléculas para combatirlas.1 Mientras que la investigación trabaja en <a href="https://www.docred.com/noticias/noticia-medica-porque-algunos-antibioticos-no-funcionan-clostridioides-difficile" target="_self">desarrollar nuevas terapias y técnicas de manejo para abordar la RAM</a>, los médicos prescriptores deben preservar el uso de ATB tanto como sea posible.1<figure class="poll" data-id="877">{ Poll ID: 877}</figure>Comentario editorialEn palabras de los autores, existe un aforismo (de origen árabe, según algunas fuentes) que reza “si quieres ir rápido, ve solo, pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”, y sirve para recordar la clara necesidad de una red de solidaridad global, no solo para reducir las desigualdades en salud, sino para estar unidos contra los principales desafíos de salud en el mundo, incluida la resistencia a los antimicrobianos.

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Diez reglas de oro para optimizar el uso intrahospitalario de antibióticos, parte II

Acá le explicamos por qué el uso inadecuado de antibióticos contribuye cada vez más a la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.