Las redes sociales generan aumento en la desinformación sobre el uso de medicamentos, como aquellos usados para diabetes y obesidad. Casos como el empleo inadecuado de semaglutida para la pérdida de peso destacan los riesgos de esta tendencia. Además, los mitos sobre la diabetes prevalecen, con alto porcentaje de vídeos en plataformas como YouTube que propagan información errónea. Es importante asumir un rol activo en la educación de los pacientes, simplificar mensajes y adaptarlos a su comprensión, para contrarrestar la desinformación y mitigar sus efectos.

En la actualidad, el impacto de las redes sociales en la difusión de información sobre salud es innegable.1,2 Sin embargo, esto no siempre se utiliza de manera adecuada. Múltiples plataformas se convirtieron en vehículos de desinformación sobre temas de salud, en particular sobre condiciones crónicas como la diabetes y la obesidad.1 <h3>La influencia de las redes sociales en el uso de medicamentos1</h3>Uno de los ejemplos más evidentes de esta influencia es la promoción de medicamentos aprobados para enfermedades específicas, pero utilizados de forma inadecuada debido a la propagación de información incorrecta. Un caso reciente es la semaglutida, un agonista del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (AR-GLP-1), comercializado con el nombre de Ozempic® para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2).Aunque este fármaco está aprobado únicamente para controlar la glucemia en pacientes con esta enfermedad, la tendencia en TikTok, donde el hashtag #Ozempic acumula cerca de 250 millones de visualizaciones, lo promueve como medicamento para perder de peso​.El uso inapropiado de semaglutida causa aumento en su demanda global, y afecta la disponibilidad para aquellos pacientes que lo necesitan realmente para controlar su diabetes. Esta tendencia genera preocupación significativa sobre cómo las redes sociales moldean el acceso y la percepción del uso de medicamentos.A pesar de que Wegovy, formulación de semaglutida aprobada para control de peso, cuenta con regulación en varios países, la desinformación sobre el empleo de Ozempic® para perder de peso compromete su disponibilidad para la indicación original.<h3>Mitos sobre la diabetes: la desinformación prevalente1,3</h3>La desinformación sobre la diabetes es un fenómeno que se propaga en redes sociales. Un estudio de 2018 reveló que un cuarto de los vídeos de YouTube sobre DM2 contenían información engañosa.1 En un análisis similar de vídeos destinados a audiencias del sur de Asia, se descubrió que un tercio de estos eran engañosos, y los que tenían información errónea recibieron más visualizaciones que aquellos que proporcionaban información precisa​.1La pandemia por COVID-19 exacerbó este problema.3 Durante el despliegue de las vacunas, surgieron mitos que vinculaban las inmunizaciones con la DM1.Partha Kar, asesor nacional de diabetes en el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, explicó que durante esta pandemia dedicó gran parte de su tiempo a desmentir información falsa, lo que destaca el rol crucial de los profesionales de la salud en combatir estos mitos​.1 La necesidad de contrarrestar la desinformación no solo se centra en el control de la diabetes, sino que también abarca mitos sobre curas milagrosas, como las afirmaciones infundadas de que la DM1 puede revertirse o curarse sin insulina​.1<h3>Desinformación intencionada y no intencionada1</h3>Una de las complejidades de la desinformación en redes sociales es que no siempre surge de la mala fe. En algunos casos, las personas, en su intento por ayudar, propagan de forma inadvertida información incorrecta. Jazz Sethi, directora de la Fundación Diabesties, señala que algunas personas realmente creen en los datos que se difunden, mientras que otras utilizan la diabetes como cebo para generar visitas y popularidad en línea. Sethi destaca que la desinformación es peligrosa para jóvenes diagnosticados con DM1, quienes pueden ser vulnerables a promesas de curas falsas o "trucos" para revertir la enfermedad.En el ámbito de la obesidad, también surgen campañas que promueven dietas extremas o dispositivos milagrosos, lo que genera confusión y promueve prácticas de salud peligrosas. Esta información errónea, que circula de manera extensa en redes como Facebook y WhatsApp, es difícil de corregir debido a la naturaleza cerrada de muchos de estos grupos. <h3>El papel de los profesionales de la salud1</h3>Ante el crecimiento de la desinformación, es fundamental que los médicos asuman un rol activo en la educación de los pacientes. Las siguientes son algunas recomendaciones: <ul><li>Las plataformas de redes sociales deben dirigir a los usuarios a fuentes de información confiables.</li><li>Presencia activa de los profesionales de la salud en redes sociales para combatir la desinformación. Esto permite corregir mitos, y guiar a pacientes hacia información verificada.</li><li>Emitir mensajes claros y específicos sobre el tipo de diabetes al que se refieren, ya que generalizaciones conllevan malentendidos peligrosos.</li><li>Simplificar los mensajes educativos sobre diabetes y obesidad. A menudo, la información bien intencionada es demasiado técnica o está mal redactada, lo que genera confusión en el público general.</li><li>Adaptarlos al nivel de comprensión de los pacientes para evitar malinterpretaciones. Menos es más cuando se trata de educar sobre temas de salud.  </li></ul><h4>Comentario editorial</h4>La desinformación en salud representa un reto cada vez mayor en la práctica clínica. Simplificar el lenguaje y emplear estrategias de comunicación efectivas son esenciales para evitar que la información errónea afecte de forma negativa la salud de nuestros pacientes. ¿Estamos preparados para afrontar este nuevo desafío informativo? <figure class="poll" data-id="1187">{ Poll ID: 1187}</figure>

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¡Cuidado con lo que lee!, la desinformación afecta a personas con diabetes y obesidad

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