Un estudio realizado a los residentes de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en 2022 evidenció que la violencia en entornos clínicos limita su aprendizaje. La prevalencia de violencia en las residencias médicas fue del 53% (principalmente psicológica). Se identificó entorno favorecedor para aprendizaje en medicina interna y pediatría, y limitante en cirugía y ginecología; mayor tolerancia hacia la violencia en unidades con 100 a 500 residentes y discriminación hacia las mujeres y los hombres no heterosexuales, además de su normalización a medida que los residentes avanzan en la formación.

La violencia es un comportamiento social aprendido mediante la observación y/o la experiencia, pero su ejecución depende del ambiente sociocultural.1 El abuso es una forma de violencia y es la manifestación inapropiada e injusta de autoridad en relaciones asimétricas de poder (desde expresiones de menosprecio hasta delitos).1 La violencia institucional puede manifestarse de manera psicológica, física, sexual, laboral y cibernética por intereses individuales que colisionan.1,2 En los entornos clínicos, las diferencias de poder se establecen de acuerdo con normas institucionales y cargos, aunque existen relaciones de poder informales basadas en género, nivel académico, clase social y religión.1<h3>Cultura organizacional y tipos de educación1</h3>La comunicación y la coordinación en las interacciones sociales crean una cultura organizacional propia de cada institución, y definen una orientación expansiva o restrictiva en la educación médica (tabla 1). <figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656462/tabla1_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_883e14190a.webp" /></figure>En los entornos restrictivos surge la violencia debido a marcadas relaciones de poder y menor comunicación, que entorpece la adaptación de los residentes a la cultura del departamento y limita su participación en el trabajo en equipo.<h3>Violencia en entornos clínicos (figura 1)</h3>Todos los profesionales de la salud están en riesgo de sufrir violencia interpersonal por sus superiores, colegas y pacientes, y las mujeres suelen ser las primeras afectadas.1-3Los médicos abusados por otros colegas constituyen una población invisible de víctimas altamente prevalentes en las organizaciones de salud educativas.1,2 La aceptación social invalida a las víctimas, promueve la culpa, minimiza las situaciones, predispone al síndrome del trabajador quemado y genera insatisfacción con la profesión y la vida.1-3 La exposición a la violencia en los residentes fomenta la reproducción de estos comportamientos en el futuro con sus colegas y promueve ambientes de aprendizaje restrictivos y abuso en las relaciones entre profesionales.1<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656474/figura1_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_b1e53af33e.webp" /></figure>Un estudio determinó la relación entre los entornos clínicos (restrictivos o expansivos) y las expresiones de violencia desde la perspectiva de los residentes.1Se realizó con los residentes registrados en el periodo 2021-2022 de la UNAM que presentaron el examen anual del Plan Único de Especializaciones Médicas (PUEM) en enero de 2022.1 Participaron 12 900 estudiantes (6827 mujeres [52.92%] y 6073 hombres [47.08%]), distribuidos en 78 especialidades, 156 unidades médicas y 686 programas.1Se trató de un cuestionario autoadministrado compuesto por 8 secciones que exploraron:<ul><li>identidad de género;</li><li>orientación sexual;</li><li>expresiones de violencia, abuso y acoso en las unidades clínicas;</li><li>tipos de violencia, discriminación de género y ciberagresión;</li><li>haber experimentado violencia y sus características;</li><li>efectos generales en la salud y apoyo en salud mental;</li><li>datos sociodemográficos de los residentes.1</li></ul><h3>Resultados </h3>Los hallazgos del estudio fueron los siguientes:<figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656487/figura2_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_1ed75c823b.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656500/figura3_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_9d564963c1.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656514/figura4_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_d8be59caf7.webp" /></figure><figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1702656531/figura5_19_XI_2023_Violencia_en_entornos_de_aprendizaje_clinico_prespectiva_de_los_residentes_de_Mexico_MCC_AC_MPVC_2_1_88be089268.webp" /></figure>Se encontró que el miedo al castigo y la tolerancia institucional hacia el abuso disuade la denuncia de los eventos violentos y la solidaridad hacia las víctimas.1  <ul><li>Reporte de eventos violentos: 30% percibió riesgo en reportarlos debido a que la mitad de ellos piensa que el agresor no será castigado.1</li><li>Apoyo a las víctimas de violencia: 30% consideró que podía tener consecuencias personales.1</li><li>Normalización del abuso por las instituciones: entre 21 y 24% reportó que el abuso era normal en su hospital.1</li><li>Entornos intimidatorios y restrictivos: 30% de las unidades médicas tenía entornos intimidatorios y restrictivos debido al abuso y a los diferentes tipos de violencia impune.1</li></ul><h3>Conclusiones</h3>La violencia en las instituciones de salud altera los entornos de aprendizaje y el crecimiento profesional y personal del residente.1 El residente tiende a normalizar estos comportamientos para sobrevivir a la violencia, y a reproducirlos en el futuro con sus colegas.1 La jerarquía vertical rígida, la cultura patriarcal, las interacciones ofensivas y el lenguaje inapropiado predisponen al abuso por las desigualdades de poder.1 Los comportamientos violentos en las unidades clínicas generan entornos de aprendizaje restrictivos (en especial en cirugía) que alteran su salud mental y generan pensamientos suicidas.1-3 La impunidad produce inseguridad, que resulta en inacción para la denuncia.1Los residentes abusados con frecuencia tienden a cumplir menos con sus tareas y a proveer una atención al paciente de menor calidad.1 La práctica de los comportamientos no violentos, la denuncia, las sanciones institucionales, la mediación y la reparación por los daños puede limitar la violencia y promover interacciones cooperativas y actitudes de simpatía, solidaridad y reciprocidad.1 Comentario editorial Los distintos tipos de violencia institucional e interpersonal han sido normalizados en la educación médica. El apoyo de las instituciones con sanciones efectivas y mayor vigilancia hacia los comportamientos violentos abre paso a la denuncia para romper el círculo de la violencia. La comunicación asertiva y compasiva es la base de una cultura organizacional sana que permita el crecimiento integral del médico en formación. <figure class="poll" data-id="866">{ Poll ID: 866}</figure>

Medicina General

Bioética

Educación médica

Docred

Violencia en entornos de aprendizaje clínico: perspectiva de los residentes mexicanos

¿Sabía que la violencia en los hospitales afecta el aprendizaje? Entérese en este artículo qué dicen los residentes de la Universidad Autónoma de México. 