En el proceso de muerte, varios pacientes se niegan a recibir comida y bebida por diferentes razones. Según la investigación médica, la interrupción voluntaria de la comida y bebida (IVCB) es la decisión autodeterminada de un individuo con plena facultad mental para terminar de manera prematura con su vida independientemente de la enfermedad básica existente.Aparte de las posibles dolencias de la vejez, aproximadamente una cuarta parte de los individuos que optan por la IVCB no tienen enfermedades subyacentes o discapacidad. Los síntomas o trastornos emocionales subyacentes son el dolor, el sufrimiento sin perspectivas de mejora, la fatiga, el miedo a la dependencia, entre otros.Durante el curso de IVCB, la persona depende del apoyo de familiares y profesionales de la salud ya que sufre de dolor, sed, debilidad, delirio y somnolencia. En países como Suiza, el suicidio asistido por un médico y la eutanasia pasiva son legales. Ante la posición de un paciente que desee la IVCB, la jurisprudencia suiza no se opone a acompañar al individuo pero enfatiza que ningún profesional de la salud está obligado a ofrecer dicho acompañamiento. Hasta la fecha, se sabe poco sobre las actitudes de los profesionales de la salud suizos sobre este tema.El presente <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0885392420306448" target="_blank">estudio clínico </a>realizado por un grupo de investigadores suizos y publicado en el Journal of Pain and Symptom Management tuvo como objetivo evaluar las experiencias, actitudes personales y posturas de los profesionales de la salud suizos con respecto a la IVCB.MetodologíaSe realizó una encuesta transversal a nivel nacional de la que participaron médicos de familia y jefes de atención ambulatoria y de cuidados a largo plazo de forma voluntaria y anónima. El cuestionario incluyó preguntas sobre experiencias, actitudes personales y actitudes profesionales con respecto a la IVCB.Para describir a los participantes, las actitudes personales y las posturas de los profesionales de la salud, se utilizaron métodos estadísticos adecuados. Posteriormente, se realizaron pruebas para determinar si existía una conexión entre el comportamiento de respuesta de los participantes y sus características (grupo ocupacional, edad, género, años profesionales, experiencia en IVCB y regiones).ResultadosUn total de 4191 profesionales de la salud fueron elegibles para participar de la encuesta, pero la tasa de respuesta fue del 40.1%. La media de edad de los participantes fue de 54.6 años y el 52% eran mujeres. La mayoría de los participantes ya habían acompañado a un individuo durante la IVCB (n: 728; 43.3%) o estaban al menos familiarizados con el tema (n: 694; 41.3%); para un 15.5% la IVCB era desconocida.<ul><li>En particular, los médicos de familia y las enfermeras para pacientes ambulatorios tuvieron más probabilidades que las enfermeras de cuidados a largo plazo de ver la IVCB como un suicidio.</li><li>Entre las mujeres y participantes con experiencia en la IVCB, era más probable que la IVCB se clasificara como muerte natural u otra cosa y con menos frecuencia como suicidio o eutanasia pasiva en comparación con los varones y los participantes sin experiencia en la IVCB.</li><li>Los participantes con experiencia en IVCB fueron significativamente más propensos a elegir la IVCB como una opción para ellos mismos que aquellos sin experiencia en IVCB.</li><li>La IVCB fue significativamente más compatible con la manera del ver el mundo de los participantes con experiencia en IVCB que para aquellos sin experiencia en IVCB.</li></ul>En general, los participantes con experiencia previa en IVCB la consideraban como una forma de morir dignamente. Determinar el juicio de las personas con deseos IVCB fue significativamente más importante para los participantes sin experiencia en IVCB que para aquellos con experiencia en esta.Fue casi unánime (97.8%) el concepto de que a las personas que están dispuestas a morir se les conceda el derecho de acompañamiento profesional durante la IVCB, y más de la mitad de los participantes (63.5%) consideró este tipo de muerte como una forma natural de morir y rara vez (5.4%) como suicidio. Los médicos de familia demostraron significativamente más preocupaciones morales durante el acompañamiento de la IVCB en comparación con los jefes de atención ambulatoria y de cuidados largo plazo (p &lt; 0.001).ConclusiónLos resultados de la presente investigación médica parecen indicar que los profesionales de la salud suizos apoyan la autonomía y la autodeterminación de los pacientes, lo que también se refleja en su actitud positiva hacia la IVCB, incluso si tienen reservas morales al acompañar a los pacientes.El derecho a morir dignamente permite a los individuos con libertad disponer de su cuerpo y de su vida  y elegir el momento y los medios para finalizarla. Estar o no de acuerdo con una decisión íntima y personal, no es papel del profesional de la salud. Ahora bien acompañar el proceso, depende de las objeciones de conciencia que cada uno tenga ¿Hay objeciones de conciencia para acompañar y mejorar el sufrimiento de un paciente que ha decidido la IVCB? También le puede interesar:<a href="https://www.docred.com/articulos/ar-mujeres-medicina-latinoamericana-sesgo-silencioso-feminizacion-medicina" target="_self"> Mujeres en la medicina latinoamericana: ¿Sesgo silencioso, o feminización de la medicina?</a>

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Interrupción voluntaria de la comida y la bebida para acelerar la muerte

Muchos pacientes optan por interrupción voluntaria de comida y bebida para terminar su vida. En investigación médica ¿Cuál es la postura de los médicos?