La etiología de la esofagitis por reflujo (ER) es multifactorial. Un estudio publicado hace poco en la revista BMC Gastroenterology analizó la relación de la depresión, la ansiedad, el estilo de vida y los hábitos alimenticios con la ER y su gravedad.  En adultos sanos la incidencia estimada de esofagitis por reflujo (ER), una forma frecuente de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), es de 9% a 24.6%, diagnosticada a través de endoscopia. La ER puede progresar a esófago de Barrett (EB) (riesgo estimado de progresión 0.5% anual). El 85% de los adenocarcinomas de esófago se presentan en pacientes con EB. La inhibición de la secreción ácida gástrica se acompaña de alivio sintomático en la mayoría de los pacientes con ER, pero en un porcentaje considerable de enfermos, los síntomas son refractarios al tratamiento, incluso con inhibidores de la bomba de protones. En la etiología de la ER participan múltiples factores de estilo de vida y hábitos de alimentación, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, las comidas ricas en grasas y la ingesta excesiva. Algunos trastornos mentales, especialmente la ansiedad y la depresión, se vinculan de manera estrecha con el inicio y el pronóstico de la ER, una entidad que compromete considerablemente la calidad de vida. El presente estudio se llevó a cabo en China y reclutó 689 pacientes con edad promedio de 49.5 años, que se dividieron en dos grupos: pacientes con ER diagnosticada por endoscopia (n: 361) y el grupo control (328 sujetos sanos sin pirosis, regurgitación u otros síntomas gastrointestinales). Los individuos completaron diversos cuestionarios: el cuestionario de GERD (GerdQ), la escala de depresión Patient Health Questionnaire (PHQ)-9, y la escala de ansiedad General Anxiety Disorder (GAD)-7. La ER se clasificó en 4 grados según la clasificación de los Ángeles. Entre los hábitos de vida se consideraron el tabaquismo, el consumo de alcohol, el consumo de té fuerte y café, el estreñimiento y el uso de almohadas bajas. Para los hábitos alimentarios se consideraron las preferencias por los alimentos dulces, las comidas picantes o ácidas, las frutas, los tallarines, las frituras y las comidas grasas, el intervalo entre la última comida y el ir a dormir y la ingesta excesiva. Entre las comorbilidades se tuvieron en cuenta la hipertensión arterial, la enfermedad cardíaca isquémica, la diabetes, la hiperlipidemia y el asma. Se consideraron el uso de dosis bajas de aspirina, agentes hipoglucemiantes, clopidogrel, bloqueantes de los canales de calcio, bloqueantes de los receptores de angiotensina, estatinas, teofilina y betabloqueantes.  Resultados Las indicaciones para endoscopia dependieron de los síntomas principales (pirosis y regurgitación) y su duración. El 12.7% de los pacientes referían pirosis únicamente, el 19.7% solo tenían regurgitación y el  51.5% ambos síntomas. El 16.1% tenía síntomas atípicos. La sintomatología tenía una duración de 3 a 6  meses en el 50.1% de los casos. El nivel educativo bajo, el tabaquismo, el consumo de té fuerte, la ingesta excesiva, el intervalo corto entre la cena y el sueño, la preferencia por alimentos dulces, ácidos, frutas, tallarines, frituras y alimentos grasos, el dormir con almohadas bajas, la constipación, el sobrepeso y la obesidad, el antecedente de hipertensión arterial y la utilización de bloqueantes de los canales de calcio fueron factores asociados con la ER. Las medianas de puntajes en la GAD-7  y en el PHQ-9 en el grupo de ER fueron significativamente más altas que las del grupo control. Al considerar un puntaje normal de 0 a 4 puntos, el porcentaje de pacientes con ansiedad y depresión fue significativamente más alto en el grupo de ER, respecto del grupo control (p &lt; 0.01). Los pacientes que referían dormir con almohadas bajas tuvieron ER más grave (p = 0.025). El consumo de té fuerte, la preferencia por alimentos dulces, la ingesta excesiva, el intervalo corto entre la cena y el sueño, la preferencia por alimentos ácidos y tallarines, la ansiedad y la depresión, el nivel educativo bajo, la constipación, el antecedente de hipertensión arterial, y el uso de bloqueantes de los canales de calcio no se vincularon con la gravedad de la ER. El dominio C del GerdQ estima esencialmente las consecuencias de la ERGE sobre la calidad de vida; incluye dos partes: el reflujo nocturno que afecta el sueño, y la necesidad de uso adicional de drogas para aliviar la sintomatología y mantener una vida normal. Un total de 180 pacientes presentaron compromiso de la calidad de vida atribuible a la ERGE, en tanto que 181 pacientes no refirieron afectación de la calidad de vida. La gravedad de la depresión se correlacionó de manera positiva con la magnitud de las consecuencias de la ER sobre la calidad de vida, no así la ansiedad.  Conclusión Los resultados indican que el nivel educativo bajo, la ingesta de té fuerte, la alimentación excesiva, el intervalo corto entre la cena y el ir a dormir, el uso de almohadas bajas, la ansiedad, la depresión, la constipación, el antecedente de hipertensión arterial, la utilización de bloqueantes de los canales de calcio, y la preferencia por las comidas dulces, ácidas y tallarines se asociaron positivamente y de manera fuerte con el inicio de la ER. El uso de almohadas bajas también se correlacionó con la gravedad de los síntomas; la depresión se vinculó con la gravedad de la sintomatología y con las consecuencias de la ER sobre la calidad de vida.

Psiquiatría

Farmacología Clínica

Gastroenterología

Docred

Estilo de vida y su relación con la gravedad de la esofagitis por reflujo

El reflujo gastroesofágico y su gravedad se relacionan de forma directa con el estilo de vida. Un estudio de BMC lo confirma.  