El tratamiento no quirúrgico mediante rehabilitación funcional del tendón de Aquiles ha demostrado desenlaces similares a los logrados con el tratamiento quirúrgico. El presente estudio muestra el protocolo GAPNOT para el tratamiento conservador de esta condición.

La ruptura del tendón de Aquiles es una de las lesiones más frecuentes en deportistas. Tradicionalmente, el tratamiento ha sido quirúrgico con beneficios como aumento de la fuerza, disminución del riesgo de nueva ruptura y una recuperación más rápida de la actividad física de alto impacto. Sin embargo, tiene riesgos asociados como infección, lesión nerviosa, trombosis y disminución del aporte sanguíneo al tendón1-3.Dos estudios de muy alta calidad han demostrado que la rehabilitación funcional para la ruptura del tendón de Aquiles provee desenlaces equiparables a los logrados con cirugía. Con esto se quiere enfatizar que el manejo no quirúrgico no implica la ausencia de tratamiento; implica el seguimiento de un protocolo de rehabilitación conocido como Glaze-brook/ Rubinger Achilles protocol for non operative treatment (GAPNOT), el cual se presenta a continuación1,2.<h3>¿Cómo se diagnostica la ruptura del tendón de Aquiles?</h3>Se realiza una historia clínica completa y examen físico, y se toman algunas imágenes diagnósticas de ser necesario. Es clave que el paciente refiera chasqueo súbito del Aquiles, con dolor agudo severo localizado y dificultad para soportar peso sobre el pie1.El examen físico se realiza en decúbito prono con los pies colgando de la camilla; se debe palpar un espacio hacia la mitad del tendón con ausencia de la respuesta plantar flexora al palpar el gastrocnemio (test de Thompson) y observar equimosis y edema localizados1.Aunque en muchos casos no son necesarias, la ecografía o la resonancia magnética pueden ser imágenes complementarias para el diagnóstico. La radiografía simple puede descartar avulsión ósea concomitante, que en caso de estar presente, definiría las opciones de tratamiento1.<h3>¿Cómo saber si el paciente es candidato al tratamiento no quirúrgico?</h3>Los pacientes que estén en los primeros siete días de la lesión y hayan tenido actividades que impliquen soportar un mínimo peso en el tendón durante este tiempo son candidatos a tratamiento conservador1,2.Si hay avulsión del calcáneo o desgarro del gastrocnemio concomitante, se debe optar por el tratamiento quirúrgico1.<h3>GAPNOT (Glaze-brook/ Rubinger Achilles protocol for non operative treatment)</h3>Los pacientes llevados a tratamiento conservador requieren inmovilización rígida con yeso en flexión plantar pasiva máxima y no deben apoyar la extremidad en las primeras dos semanas. Pasado este tiempo pueden utilizar bota ortopédica con tacón de 40 grados. El protocolo incluye un aumento progresivo del peso soportado por el tendón e incrementar un 25% del peso corporal cada semana desde la tercera semana a la sexta. De manera paralela, los pacientes realizan ejercicios de dorsiflexión plantar gradual a tolerancia y técnicas convencionales de terapia física para manejo del dolor y la inflamación1.El apoyo empieza con dos muletas, pero alrededor de la quinta semana se pasa a una sola, que se retira pasada la sexta1.De la semana seis a la ocho se eleva un poco más el tacón de la bota ortopédica a medida que se incrementa el peso soportado por el tendón, después de lo cual se retira completamente la bota. Se aconseja el uso constante de zapatos con tacón y subir las escaleras lentamente, escalón por escalón1.Durante el siguiente mes, hasta completar las doce semanas, los pacientes pueden iniciar la flexión plantar activa sin sobrepasar la postura neutra del tobillo en la dorsiflexión. Se permite normalidad en las actividades de la vida diaria y la continuidad de terapia física convencional teniendo cuidado de no estirar demasiado. No se debe lograr el rango total de movimiento a este punto1.A partir de este momento y hasta las dieciséis semanas pueden aparecer complicaciones como la nueva ruptura o elongación del tendón, dado que para entonces los pacientes ya han ganado algo más de movilidad. Pasados los primeros cuatro meses, los pacientes empiezan actividades como trote suave y skipping, además de fortalecimiento con elevaciones de talón1.Luego de seis meses el paciente puede retomar actividades deportivas sin impacto o de alta intensidad. Finalmente, de los nueve a los doce meses, se retoma con normalidad toda la actividad deportiva1.<h3>Complicaciones</h3>- Nueva ruptura completa: se presenta hasta en el 4% de los pacientes. En este punto el tratamiento quirúrgico es necesario1.- Nueva ruptura parcial: es poco común pero se puede manejar con inmovilización en posición flexora plantar y sin apoyo1.- Elongación: es la complicación más frecuente cuando no se sigue adecuadamente el protocolo. Se presenta frecuentemente entre las semanas diez y dieciséis de recuperación. Se identifica con una pobre progresión del fortalecimiento1.- Trombosis venosa profunda y embolia pulmonar1.- Atrofia o hipotonía del gastrocnemio: normalmente se presenta por falta de ejercicios específicos de fortalecimiento de pantorrillas1.<h3>Conclusión</h3>La rehabilitación funcional es una muy buena estrategia de tratamiento no quirúrgico de la ruptura del tendón de Aquiles, siempre y cuando se siga adecuadamente el protocolo descrito1.<h4>Comentario editorial</h4>Aunque la ruptura del tendón de Aquiles es psicológicamente retadora para el deportista, conocer la opción de tratamiento conservador no quirúrgico es fundamental para ofrecerla a pacientes que cumplen criterios y en quienes la cirugía podría dificultarse. La actualización constante en protocolos de rehabilitación es fundamental para el clínico relacionado con áreas afines al sistema musculoesquelético. ¿Aplicaría usted el tratamiento conservador en el caso de ruptura de tendón de Aquiles?

Medicina Física y Rehabilitación

Ortopedia y Traumatología

Medicina Familiar

Docred

Rehabilitación funcional para el tratamiento no quirúrgico de ruptura de tendón de Aquiles

El tratamiento no quirúrgico con rehabilitación funcional es útil para la ruptura del tendón de Aquiles. Lea más acá