La falta de reconocimiento de la adición a la cafeína como trastorno por abuso de sustancias limita la divulgación de un potencial problema para la salud, pues a pesar de considerarse bueno para la salud, el café tiene serios efectos secundarios en el cuerpo, especialmente si se abusa de él. Identificar si hay problemas con el consumo desmedido es el primer paso hacia la desintoxicación o al menos hacia el mejor control de la ingesta de cafeína diaria en las personas.

Diversas investigaciones médicas constatan los beneficios de la cafeína en el ser humano, no obstante, es necesario hacer una revisión de cuánto café toma una persona diariamente. Según la quinta edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (MDE), la adicción a la cafeína no se encuentra tipificada como trastorno por abuso de sustancias, aunque si se identifica como área que requiere estudio. Si bien el aporte nutricional del café está respaldado científicamente, no implica que sea la mejor opción para la apropiación de vitaminas, minerales y antioxidantes, pues la prioridad debe ser el consumo balanceado de alimentos, especialmente frutas y verduras. Además, se determinó que el consumo de café, aun en cantidades moderadas, trae consigo desventajas para la salud como: <ul><li>Diminución de la absorción de hierro y calcio </li><li>Agudiza la sintomatología en enfermedades gastrointestinales </li><li>Afecta la salud cardiovascular </li><li>Aumenta la tensión arterial </li><li>Puede aumentar los niveles de colesterol en sangre </li><li>Está contraindicado durante el embarazo. </li></ul><h3>Cómo reconocer que hay un problema </h3>De acuerdo con el MDE-5, si de los siguientes criterios una persona caracteriza su consumo de cafeína con al menos 3, puede estar cerca del consumo problemático: <ul><li>El deseo persistente o esfuerzos infructuosos de frenar o controlar el consumo de cafeína. </li><li>Uso continuo de cafeína a pesar de reconocer que persiste un problema físico o psicológico causado por el consumo. </li><li>Manifestaciones de abstinencia. </li><li>Consumo de cafeína en cantidades mayores a las pensadas o en períodos prolongados. </li><li>Uso de cafeína para lograr mejor desempeño en obligaciones (hogar, trabajo, estudio). </li><li>Uso continuo a pesar de tener persistentes o recurrentes problemas sociales e interpersonales causados por los efectos de la cafeína. </li><li>Manifestaciones de tolerancia (aumento marcado en la cantidad de consumo para lograr el efecto deseado o disminución marcada del efecto de la cafeína con la misma cantidad consumida). </li><li>Pasa demasiado tiempo en actividades donde necesariamente necesita consumir cafeína o demasiado tiempo de recuperación de sus efectos. </li><li>Fuerte deseo, ansia o urgencia por consumir cafeína. </li></ul>Cabe resaltar que más allá de juzgar la cantidad actual de cafeína consumida diariamente, la adicción se define por la forma en la que esta sustancia afecta al individuo en su funcionalidad diaria. La severidad de la adicción está calculada en cuánta angustia le produce a la persona cuando no obtiene cafeína y qué tanto quebranta su cotidianidad. <h3>Cómo disminuir la dependencia a la cafeína </h3>Reducir el café es un desafío para quien ya está habitado a esta bebida, lo mismo sucede con las bebidas de cola y otros energizantes; estos 3 en conjunto son las bebidas con cafeína más consumidas por las personas que adquieren una adicción.  Estudios sobre el consumo de la cafeína encontraron que las personas con dependencia severa no encuentran muchas opciones de tratamiento profesional. De este modo, el primer paso (además de reconocer que hay problemas) es conversarlo con un profesional e intentar seguir las siguientes recomendaciones: <ol><li>Estar alerta sobre lo que se consume: leer bien las etiquetas, algunos alimentos o bebidas no mencionan que tienen cafeína. </li><li>Reducir la cafeína progresivamente: una lata menos de bebida de cola o una taza más que pequeña de café al día ayudará al cuerpo a disminuir los niveles de cafeína y disminuir los posibles efectos de la abstinencia. </li><li>Consumir descafeinado: casi todas las bebidas con cafeína tienen su versión sin este componente, ¡incluso tienen el mismo aspecto y sabor! </li><li>Saber elegir el té: existen hierbas que no contienen cafeína, además, reducir el tiempo de difusión. </li><li>Revisar los componentes de los medicamentos: ya que algunos analgésicos de venta libre contienen cafeína, en la medida de lo posible es mejor elegir aquellos que no la contienen. </li><li>Aumente la ingesta de agua: eventualmente, reemplazar toda bebida con cafeína (o con azúcar), por agua sola es mejor para el cuerpo. </li></ol>Finalmente, incorporar rutinas de ejercicio diario funciona como estimulante natural para el cuerpo y el sistema nervioso central; las actividades deportivas alivian los síntomas de la abstinencia y liberan endorfinas. El descanso también es fundamental, pues así la necesidad de alerta disminuye. Otras alternativas pueden ser la meditación, yoga o técnicas de relajación que impulsen a la persona hacia un bienestar basado en métodos menos dañinos con la salud. Comentario Editorial¿Sabía usted que la cafeína desde el 2004 ya no se encuentra en la lista de sustancias prohibidas por la World Anti-Doping Agency? Muchos deportistas han visto en este componente la forma de mejorar su rendimiento, especialmente en los deportes de actividad intermitente o de alta intensidad (1 a 60 minutos). De una u otra forma, el consumo de cafeína sí altera al deportista, es por esto que vale la pena reflexionar sobre el impacto que tiene en el cuerpo.

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Reconocer y Manejar la Adicción a la Cafeína

Conozca métodos de intervención temprana frente a una posible adicción a la cafeína.