De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de partos que se producen anualmente no tienen complicaciones, no obstante, el número de cesáreas innecesarias aumenta, esto obedece a prácticas clínicas que poco se alinean con el parto humanizado y que muchas veces se relacionan con violencia obstétrica; además, el concepto de ‘experiencia en la atención’ tiene impacto positivo en la garantía de calidad de la atención durante el trabajo de parto y el parto, lo que contribuye a mejores resultados centrados en la madre.

Cada vez que una mujer da a luz, no puede sólo vérsele desde el punto de vista médico; en ese momento, junto al bebé, también nace una madre con necesidades, preguntas e incertidumbres que necesita resolver para cuidar bien de su pequeño; no obstante, el trato del personal médico hacia las embarazadas no resulta, en todos los casos, ser una experiencia mágica. Las prácticas médicas en el trabajo de parto fácilmente pueden escalar de un embarazo sin complicaciones a una emergencia obstétrica de un momento a otro, es por esto que cada historia resulta única; en cuanto la paciente llega a sala, cualquier cosa puede pasar. <h3>Violencia obstétrica, una realidad. </h3>Esta modalidad de violencia de género hace referencia a las acciones y omisiones en todo el proceso de atención del embarazo (desde las consultas en las 40 semanas de embarazo, el trabajo de parto, parto y puerperio en el ambiente hospitalario), cualquier actividad relacionada con los siguientes ítems es considerada violencia obstétrica: <ul><li>Maltrato físico y verbal. </li><li>Humillación a la materna. </li><li>Procedimientos médicos sin consentimiento o coercitivos (incluida la esterilización). </li><li>Falta de confidencialidad. </li><li>Incumplimiento con la obtención del consentimiento informado. </li><li>Negativa de administración de analgésicos. </li><li>Violaciones flagrantes de la privacidad. </li><li>Rechazo de la admisión en centros de salud. </li><li>Retención de las mujeres y de los recién nacidos debido a incapacidad de pago. </li></ul>En un momento de vulnerabilidad, de dolor, de miedo, lo último que la paciente necesita es un trato hostil, aunque muchas veces se quiera negar que el maltrato, las palabras groseras o la indiferencia existe en la sala de partos, es la realidad retratada por muchas pacientes alrededor del mundo, especialmente en mujeres en condiciones de pobreza o maternas adolescentes. Según la OMS, en un informe del 2015, en Latinoamérica casi 4 de cada 10 partos son por cesárea injustificada (38.9%), cuando la recomendación se encuentra entre el 10% y el 15%; el incremento de este procedimiento expone a las mujeres a nuevos problemas de salud como la inserción anormal de la placenta que representa riesgo de muerte materna por hemorragia. <h3>La importancia de permitir el acceso a un parto humanizado </h3>Igualmente, la OMS también reitera que de los 140 millones de partos que suceden anualmente, la mayoría no tiene complicaciones, lo que debería fortalecer el concepto de ‘experiencia de la atención’: aspecto crítico en el ambiente clínico que permite que la materna dé a luz a un bebé saludable en un entorno psicológicamente seguro, preferiblemente apoyada emocionalmente por alguien de confianza y por personal sanitario amable y competente. De este modo, las prácticas médicas para iniciar, acelerar o finalizar el proceso fisiológico del parto, deben ser cuestionadas por el médico encargado de su paciente, preguntarse, ¿es necesaria la administración de oxitocina en este caso?, ¿realmente la paciente necesita de cesárea?, ¿hay alguna forma de apoyar a la materna más allá de la dosificación de analgésicos?, entre otras cuestiones. Las mujeres desean un parto que satisfaga sus necesidades emocionales y de salud, en donde si quieren acceder a la ayuda farmacológica se les brinde, así como si requieren de apoyo de un familiar o una doula, pueda permitírseles aquella compañía. Estas condiciones estarán dadas según su seguro médico, capacidad económica y reglamentos hospitalarios y clínicos, pero la posibilidad de alternativas, así como la participación en la toma de decisiones sobre las intervenciones médicas es lo que humaniza y dignifica este momento en el que la mujer está completamente expuesta en su intimidad. La OMS, en su guía de recomendaciones para los cuidados durante el parto, propone 56 formas en las que el personal médico puede hacer que la atención durante todo el trabajo de parto, parto y posparto sea una experiencia positiva que se aleje de la imagen de evento traumático en la vida de las embarazadas.  También puede interesarle: <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-practicas-perinatales-riesgo-de-infecciones-neonatos" target="_self">Prácticas perinatales alternativas y riesgos de enfermedades infecciosas</a>.Comentario Editorial: Parir es un acto fisiológico, pero también es un evento que cambia la vida; constantemente se lee sobre mujeres que tuvieron partos traumáticos relacionados con maltrato por parte del personal sanitario, y es que el enfoque humanitario en los procedimientos clínicos, supone cambios en la cultura hospitalaria, pues puede transformar una sala fría y desconocida en un ambiente acogedor y favorable para la asistencia médica humanizada.

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¿Es el Parto Humanizado un Freno a la Violencia Obstétrica?

Cuando una paciente está en trabajo de parto, necesita más apoyo, más empatía y un mejor trato, empodérese con este artículo.