La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central (SNC) que se caracteriza por episodios inflamatorios agudos del SNC, que a menudo progresan a una fase neurodegenerativa. El ejercicio es una herramienta útil en estos pacientes, con impacto en la fatiga, la calidad de vida y la percepción de dolor, pero los individuos con EM son poco adherentes a este por intolerancia al calor y el favorecimiento de síntomas de dolor. Se propone un estudio que permite reconocer la factibilidad del entrenamiento en caminadora en un cuarto frío como estrategia de rehabilitación. 

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central (SNC) que afecta aproximadamente a 2.3 millones de personas en el mundo. Se caracteriza por episodios inflamatorios agudos del SNC, que a menudo progresan a una fase neurodegenerativa.1En Latinoamérica, seis estudios examinaron la prevalencia e incidencia de EM de 1992 a 2009. En Panamá, se encontró una incidencia de 5.24 casos por cada 100,000 habitantes, aunque la ocurrencia más alta fue detectada en Argentina y la Patagonia, con 17.2 casos por cada 100,000 habitantes al año.2Varios estudios en modelos animales sugieren que el ejercicio tiene un efecto protector y restaurador directo para pacientes con EM. Una revisión sistemática de la literatura mostró que el entrenamiento aeróbico alteró de manera significativa los niveles periféricos de citoquinas, interleucina 6 (IL-6), interleucina 10 (IL-10), interferón-gamma (IF-) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF- α).1,3No se sabe a ciencia cierta si el ejercicio aeróbico tiene el potencial de afectar los  marcadores de neuroplasticidad mediante la regulación a la alta de neurotrofinas y la atenuación de la inflamación neural con el control de citoquinas. Aunque pareciera que el ejercicio aeróbico es una estrategia de rehabilitación prometedora en EM, incrementa la tasa metabólica de 5 a 15 veces por encima del nivel basal, lo que aumenta la temperatura corporal, que podría actuar como barrera para la adherencia a la actividad física.1Síntomas paroxísticos como dolor punzante y sensación de parestesias dolorosas ocurren a menudo en los lugares inervados por axones desmielinizados y se disparan cuando aumenta la temperatura corporal. Por esto, un estudio propone el entrenamiento físico en caminadora para pacientes con EM, en un cuarto con temperatura ambiente de 16 ºC, con el fin de evaluar su tolerancia al ejercicio y el impacto general en su salud.1<h3>¿Cómo se hizo el estudio?</h3>Los investigadores realizaron  un estudio de viabilidad de medidas repetidas de un solo brazo no aleatorizado, con el objetivo de examinar la factibilidad y los efectos de la intervención, en este caso, el entrenamiento de moderado a vigoroso en caminadora en un cuarto frío.1Entre los criterios de inclusión estaban individuos con EM que no hubiesen tenido periodos de remisión en los últimos tres meses, que requirieran dispositivos de asistencia para la deambulación ambulatoria, que tuvieran vida sedentaria y que su última aplicación de toxina botulínica hubiera sido hace más de 6 meses.1Se excluyeron las embarazadas, participantes en otros ensayos clínicos, los mayores de 75 años, aquellos con inhabilidad para el control de esfínteres, quienes estuvieran en un programa de rehabilitación o los individuos que no tuvieran dificultades para la marcha.1Los individuos fueron sometidos a un programa de entrenamiento de 10 semanas en caminadora de intensidad de moderada a vigorosa, en un cuarto con temperatura ambiente de 16 ºC, y se evaluó la velocidad de marcha, la fatiga, el estado físico, la calidad de vida y muestras de sangre para dterminar niveles de neurotrofinas y citoquinas, al inicio del estudio y en el seguimiento.1<h3>¿Qué se encontró?</h3>Fueron reclutados diez pacientes con diagnóstico de EM que reportaron tener fatiga y sensibilidad al calor. Nueve eran mujeres, con edad promedio de 53.2 años y un índice de masa corporal de 28.2 kg/m2, cuatro participantes tenían diagnóstico de EM progresiva, y seis estaban en proceso de transición a la fase progresiva de la enfermedad.1En cuanto a la carga de ejercicio y su respectiva tolerancia, todos los participantes fueron capaces de desarrollar el programa de entrenamiento a un 40% a 65% de la frecuencia cardíaca máxima. Sin embargo, no hubo cambios en su frecuencia cardíaca basal tras completar el programa de entrenamiento.1En cuanto a la temperatura ambiente, todos los participantes toleraron el aire acondicionado, y solo dos reportaron síntomas de parestesias y dolor punzante, que se autolimitó a los pocos segundos de finalizar la sesión de entrenamiento.1En cuanto a la velocidad de la marcha, tras diez semanas de entrenamiento, los participantes caminaban 1.4 veces más rápido, pero esta mejoría no se mantuvo en el tiempo. En el caso de la fatiga, los participantes reportaron mejoría en un 36.4% tras el entrenamiento.1El estado físico no cambió de forma significativa en términos de consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca máxima, pero los pacientes pudieron mejorar la tolerancia al ejercicio y aumentar la carga de entrenamiento.1La calidad de vida mejoró significativamente, así como la autopercepción de la salud y la reducción en el dolor corporal. Estos datos se vieron limitados por el estado anímico y emocional de los pacientes.1Finalmente, los exámenes de sangre mostraron niveles indetectables de IL-6, citoquina ampliamente proinflamatoria, además de una disminución significativa de neurotrofinas posentrenamiento.1En conclusión, el entrenamiento en caminadora en un ambiente frío en pacientes con EM y discapacidad de moderada a severa para la marcha es una estrategia factible, con mejoría clínica significativa no solo en la marcha, sino en los niveles de fatiga y la calidad de vida.1<h4>Comentario editorial</h4>Este estudio permite entender el efecto del frio en la rehabilitación de EM, dado que la temperatura es una barrera importante para la adherencia a la actividad física en estos pacientes. Existe una necesidad imperiosa de desarrollar mejores estrategias que logren estabilizar y mejorar los síntomas de EM, sobre todo en pacientes con discapacidad severa secundaria a su enfermedad. ¿Qué otra estrategias para lograr tolerancia al ejercicio conoce en pacientes con EM? Déjenos saber su respuesta en los comentarios.

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Temperatura ambiente y su impacto en la rehabilitación de pacientes con esclerosis múltiple

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